Ciencia

Científicos catalanes crean tejido cardíaco capaz de crecer y sobrevivir a largo plazo en un animal

Un avance pionero del IDIBELL logra mantener vivo durante un mes un tejido cardíaco impreso en 3D, abriendo la puerta a futuras terapias personalizadas para enfermedades del corazón

Entrada de la zona de consultas externas del Hospital de Bellvitge (Barcelona).
Instituto de Investigación Biomédica de BellvitgeToni AlbirAgencia EFE

Investigadores del Institut d’Investigació Biomèdica de Bellvitge (IDIBELL) han logrado por primera vez desarrollar un fragmento de tejido cardíaco capaz de crecer, madurar y mantenerse con vida a largo plazo dentro de un animal. Hasta ahora, este tipo de ensayos solía fracasar debido a la complejidad del tejido del corazón: sin un suministro adecuado de sangre y nutrientes, el tejido no maduraba correctamente y acababa muriendo.

El avance se ha conseguido gracias a una bioimpresora 3D, con la que han creado diminutos vasos sanguíneos que han permitido que el tejido se integre en el sistema circulatorio del animal y sobreviva durante al menos un mes tras su implantación. En anteriores experimentos, la supervivencia de estos tejidos no superaba las dos semanas. Este nuevo enfoque abre la puerta a crear “parches” de corazón que puedan sustituir zonas dañadas del órgano en pacientes con enfermedades cardíacas, devolviéndole su funcionalidad.

Un trozo de miocardio que late y se alimenta por sí mismo

En concreto, los científicos han desarrollado un fragmento de miocardio —el músculo encargado de bombear la sangre— y han comprobado que no solo latía correctamente, sino que además había generado nuevos vasos sanguíneos que lo nutrían con sangre y nutrientes. Aunque por ahora los ensayos solo se han realizado en animales, los investigadores creen que en el futuro esta técnica podrá aplicarse en humanos como terapia para tratar enfermedades cardiovasculares.

“Para poder aplicar esta terapia en el primer paciente, calculamos que harían falta unos cuatro años más de investigación y la colaboración con otros centros. Hemos solicitado financiación europea, pero no nos la han concedido, así que tendremos que buscar otras vías para seguir adelante”, explica Ángel Raya, responsable del estudio.

La receta del corazón: capas de biotinta con células madre

La clave del éxito reside en la bioimpresión 3D, una técnica que permite construir tejidos con estructura y estabilidad suficientes para sobrevivir tras el implante. Para ello, se utiliza biotinta, un material compuesto por células madre. La fórmula desarrollada por el equipo del IDIBELL consiste en alternar tres capas de biotinta muscular con dos de biotinta vascular.

Estas biotintas contienen gelatina, que aporta consistencia y plasticidad, así como proteínas como el fibrinógeno y el ácido hialurónico, que brindan soporte, flexibilidad y estructura a las células. También incluyen transglutaminasa microbiana, una enzima que favorece la unión entre capas celulares, algo fundamental para que el tejido implantado sea estable.

A partir de esta base, se elaboran dos tipos de biotinta: la muscular, enriquecida con cardiomiocitos (las células del músculo cardíaco), y la vascular, creada con microfragmentos vasculares extraídos del propio paciente. Este último detalle podría facilitar la compatibilidad del implante y reducir el riesgo de rechazo.