Entrevista
Daniel Sirera: "La reserva del 30% para vivienda protegida debería eliminarse"
El líder del grupo popular en el Ayuntamiento no ve en el gobierno actual "ningún cambio sustancial" respecto al de Colau
Daniel Sirera (Badalona, 1967), volvió a la capital catalana en 2023 desde Valencia con la misión de recuperar las perspectivas electorales del PP en Barcelona, y consiguió doblar los concejales de su partido respecto a la anterior legislatura, pasando de 2 a 4.
¿Cómo cree que ha cambiado Barcelona desde 2023?
Con el cambio de alcaldía parecía que iba a haber un giro, pero dos años después lo que veo con Collboni es que quiere llevar a cabo las mismas políticas que Colau. No hay un cambio sustancial. No en las formas, pero sí en el fondo: políticas que criminalizan los sectores productivos, el turismo y no apuestan por la seguridad. Los dos primeros años de mandato de Collboni son una gran decepción.
¿Cuál será el papel del PP en los próximos 2 años de mandato?
Somos la oposición real al gobierno de Collboni. Nuestra oposición es constructiva, pero dura. En los temas en los que creemos que Collboni acierta, le apoyamos, y en los que creemos que no, le combatimos. Por lo tanto, nosotros apoyamos todo aquello que creemos que es bueno para los barceloneses y nos oponemos a lo que creemos que es malo.
En el último barómetro de la ciudad, los barceloneses vieron el acceso a la vivienda como el principal problema, y la inmigración alcanzó su valor máximo...
Las políticas de vivienda de Collboni son absolutamente equivocadas, todas ellas. En seis años de aplicación de la reserva del 30% para vivienda protegida solo se han conseguido 22 viviendas. Es una medida que debería eliminarse. Además, la burocracia provoca que en algunos distritos se tarde hasta 1.000 días en conseguir una licencia de obra. Nosotros proponemos que si pasado un mes el Ayuntamiento no responde, se aplique el silencio positivo. También pedimos que el consistorio ceda suelo público para que sean los privados quienes construyan esas viviendas y las gestionen durante 50 o 70 años. Otra de las medidas que queremos es eliminar la declaración de zona tensionada, que provoca que aquellos con menos recursos tengan menos acceso al alquiler de viviendas. Es impresentable que una habitación en la ciudad cueste 600 euros. Hay que incentivar la construcción, eliminar las trabas burocráticas y ceder suelo público. Por otro lado, en Barcelona existe un grave problema de seguridad. Hay mucha gente que está ilegalmente en este país y que no puede acceder a un puesto de trabajo y que para comer comete delitos. La inmigración es buena y necesaria, pero los que delinquen tienen que ser expulsados del país. Para mí, los mayores problemas de la ciudad son la delincuencia, la ocupación, la falta de vivienda, el caos circulatorio y una red administrativa que dificulta la creación de negocios.
¿Qué opina de los últimos datos de seguridad en Barcelona?
Son ciertamente preocupantes. Barcelona ha identificado 266 personas que han sido detenidas 1.776 veces. Eso significa que la multirreincidencia sigue siendo un grave problema que no se resuelve por culpa del PSOE, que tiene bloqueada en el Congreso la modificación de la ley que presentamos hace más de un año. Los datos también dicen que hay delitos que están incrementando, como las agresiones sexuales. Los delitos que se denuncian son cada vez más violentos, ya que intervienen navajas o pistolas. Estoy convencido, por lo que hablo con vecinos, asociaciones y policías, que lo que baja no son los delitos, sino las denuncias. Para presentar una hay que disponer de 2 a 3 horas para hacer cola en una oficina o pedir cita previa y tardar 20 días. Hay que incentivar, a través de un mayor número de agentes en las comisarias, que la gente denuncie esos robos. Una cosa son los datos de Collboni y otra es la realidad de la ciudad.
¿Cómo valora la movilidad y transporte en Barcelona?
Los gobiernos de Colau y Collboni atacan al vehículo privado y apuestan por sacar de las calles a coches y motos, poniendo trabas a su circulación y construyendo carriles bici que no usa nadie. Además, no existe una alternativa en transporte público, lo que genera mayor contaminación, más atascos y una lentitud en el transporte público. Están colapsando absolutamente la ciudad.
¿Se arrepiente entonces de haber votado a favor de la investidura de Collboni como alcalde?
No es el mejor alcalde que puede tener Barcelona, pero en aquel momento la opción era o Collboni o Junts y Esquerra poniendo Barcelona a los pies de Puigdemont. Barcelona necesitaba no estar dirigida desde Waterloo. Y, por lo tanto, estoy trabajando para ser alcalde de la ciudad y no contemplo otra alternativa que no sea esa para las próximas elecciones.
¿Qué crítica que le hacen al pacto de financiación singular?
Cataluña necesita una mejor financiación, como la necesitan todas las comunidades autónomas. El problema es que el sistema de financiación se tiene que acordar entre todos, en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera, y no con unos y con otros. Hemos de buscar un modelo que a todos nos satisfaga, que sea razonable para todos y que mejore la financiación de todas las comunidades autónomas para dar servicios esenciales a los ciudadanos en materia de educación o de sanidad, pero cumpliendo la legalidad. En este sentido, Illa está al servicio no de los intereses de los catalanes, sino de los intereses personales de Pedro Sánchez.
Usted fue nombrado miembro de la ejecutiva del PP.
El presidente elige a los que tienen claro lo que hay que hacer en sus territorios y en el conjunto de España. A mí lo que me pidió es que sea alcalde de Barcelona, y pretendo es conseguir que el PP sea visto por la mayoría de los ciudadanos de barceloneses como un partido de gobierno en Barcelona. Y, en un sentido más general, creo que deberíamos ir a elecciones generales para que los ciudadanos elijan libremente si quieren un gobierno corrupto o uno como el de Alberto Núñez Feijóo, que pretende gobernar para todos.