Música
Entrevista a Luis Arnaldo: "Los adolescentes antes tenían a Jimi Hendrix, ahora los móviles, las tablets y el vacío
El multiinstrumentista aragonés presenta "Judas Traitor", el debut de su proyecto
Luis Arnaldo es uno de los multiinstrumentistas más talentosos de España. Se encuentra ahora inmerso en un ambicioso proyecto, Traudl Junge, del que nos habla a continuación, entre muchas otras cosas.
- Hola ¿Luis, qué tal estás y que tienes entre manos estos días?.
- ¡Hola Como siempre es un placer atenderte! Estoy bien gracias!!
En estos días, como de costumbre permanezco inmerso en las faenas cotidianas de producción en Qudrumphonic Estudio al servicio de la grabación de baterías y locuciones diversas (Publicidad, Audiolibros, Doblaje, Podcast), compaginando la producción con diversos proyectos musicales tanto personales como en otros de los que formo parte. Al mismo tiempo continúo dándole forma al libro que comencé a esbozar hace algún tiempo y en el que hago un recorrido por cuanta singularidad profesional y personal ha pasado por mi vida desde que la capacidad de la retentiva se instaló en mi memoria. No pretendo enfocar la obra como un esfuerzo literario acuñado a la parcela biográfica o como una procesión de memorias del naufragio dignas de exponer. Es más bien un testimonio centrado en desmitificar numerosos conceptos que actualmente siguen cegando a mucha gente, debido a numerosos conceptos y percepciones que actualmente se siguen teniendo en base a los protagonistas de los mismos. Me he metido en este esfuerzo literario fundamentalmente para devolverle los puntos a las íes sobre su correspondiente posición.
En líneas generales, éste es prácticamente el estribillo de mi día a día.
- ¿Puedes explicarnos qué es Traudl Junge?, y también de dónde viene el nombre?
- Es una provocación perpetrada dentro de un universo singular, cuya finalidad no es otra más que la exportar claustrofobia ritualista en constante expansión a bordo de tímbricas costumbres. Son una serie de piezas, algunas de ellas grabadas hace más de cuatro años sumadas a otras composiciones más recientes que he decidido exponer haciendo uso de un concepto irritante, debido a que el fenómeno de la sensibilidad acecha en la sociedad con peligro extremo, tanto en el carácter sentimental como la parcela del odio. Este hecho está detonando unas formas de vida que preservan una metodología basada en manifestar un distorsionado sentido de la felicidad a base de capturas de atención cuya pretensión es exhibir una forma de vida idónea, exenta de vientos huracanados y leyes inexorables de la misma. Como ejemplo véase una metástasis llamada redes sociales, la ponzoña que auspicia la difusión televisiva… O las conversaciones que se suceden entre adolescentes y adultos en cualquier superficie pública. Se vive demasiado deprisa descartando valores fundamentales cuya vigencia es inquebrantable. Por otra parte todo el mundo sabe quien fue Traudl June, secretaria de un tirano tan alabado como cuestionado, cuyo nombre permanece en boca de coherentes e ineptos en el capítulo veintitrés del siglo XXI.
No conocí a Traudl June, secretaria de Hitler ni tan siquiera a este austriaco del que certifican personas que compartieron con él minutos de sus vidas, que era un personaje que sin estar acechado por el miedo y despojado de su uniforme, no le hacía ningún asco a sus manías, odios y temores. Pero si el miedo y la inseguridad comulgan a sus anchas en un ser humano sediento de idolatría, la cobardía resulta ser una enfermedad grave y peligrosa cuyo discurso se centra en la creación de un universo ficticio forjado a base de verticalidad esquizoide. No obstante, Traudl June no es bajo ningún concepto un trabajo expandido hacia la apología de esta mujer. Simplemente he elegido éste nombre porque es igual de pavoroso que la música albergada en el disco, con la que la pretensión de su contexto radica en perpetrar un atentado sonoro contra dictaduras como la inmediatez, la carencia de realidades, la apología a ciertas utopías y la escasez de esa coherencia que viene habitando en la sociedad desde prácticamente tiempos inmemoriales.
- Tocas en el disco muchos instrumentos. ¿Los aprendiste gradualmente? ¿de pequeño ya eras multiinstrumentista?
- En este nuevo álbum al igual que en mis obras previas personales, me ocupo de las baterías, percusiones, el bajo y de teclados puntuales. Multinstrumentista es una acreditación que me queda muy grande, básicamente porque no lo soy. Existen un buen número de músicos y productores desplegados por doquier que pueden presumir de ser multiinstrumentistas con el pecho bien hinchado, porque son muy buenos, porque se han sometido a una severa y longeva disciplina cuya recompensa les ha posicionado en el lugar que les corresponde dentro de la musicalidad . Y precisamente cuantos multiistrumentistas conozco tanto de este país como de fuera de nuestras fronteras, carecen de manías como las de inhalar y retener exceso de aire en sus pulmones, y transitan en sigilo por la profesión y fuera de ella. De todos ellos nunca dejas de aprender, pero en mi caso, con ‘’defender’' dentro de mis posibilidades algunos instrumentos de percusión me puedo dar con un voluminoso adoquín en los dientes.
De pequeño fui un niño que dormitaba en las aulas en los tiempos de aprendizaje escolar que sufría en la E.G.B. Estaba condenado al fracaso por la evidente falta de atención a los mundos matemáticos, sociales, lingüísticos, históricos o de habilidades manuales y gimnastas. Así que en muchas clases, me evadía de las mismas trazando mundos imaginativos a base de paisajes coloreados por melodías que retenía en la memoria de los discos que escuchaba en casa en la más absoluta intimistas, y creaba otra muy próximas a las que me inspiraban libertad. El tedio que me provocaba el colegio y las normas por las que había que guiarse para avanzar en el aprendizaje general me condujeron a empezar a tocar una guitarra acústica, posteriormente una española y después una eléctrica hasta que al presenciar en directo en mi etapa adolescente a bateristas como: Ángel Celada, Enrique Ballesteros, Luis García, Hermes Calabria, David Biosca, Larry Martín, Jordi Colomer, Ian Mosley, Bill Bruford, Simon Negus, Paul Wertico o Nicko McBrain entre tantos y tantos desencadeno en mi cabeza la inclinación por la batería como instrumento. Desde que comenzaba a escuchar música en mi niñez, por encima de las melodías y las armonías de aquellos discos que consumía, que iban desde el Rock al Folk, y desde la canción Española a la electrónica de Berlín, mi atención se centraba en las resoluciones de las baterías y sus ejecutores. En el pulso de aquellas canciones. Quizá comencé rompiendo cuerdas de nylon y acero a las guitarras porque era el instrumento por el que abogamos una gran mayoría de los adolescentes que comenzábamos a electrificarnos por el Rock´n´Roll, y para unas cosas, algunos niñatos éramos tímidos y herméticos, pero para hacer alarde de la ignorancia pecando sobre pedantería, carecemos de vergüenza. Con tanto postear en las paredes de Jimi Hendrix, Ritchie Blackmore, Steve Howe, Frank Zappa o Salvador Dominguez en las paredes, muchos mocosos de aquella época éramos el equivalente a los adolescentes de hoy con tanto teléfono móvil, tablets y vacío en una palabra en sus manos. La diferencia es que nuestra inquietud pasional procedía del cuarto arte, y el poder del mismo, nos hacía ver la vida desde otra perspectiva y con un enfoque mucho más claro de la misma sabiendo que por encima de soñar despierto lo más importante era poder dialogar empleando un lenguaje claro y conciso en el que lo elemental era estar dentro de su contexto. Esto nos hacía ser devoradores de grandes verdades como las que se hallaban impresas en los Masters de las grabaciones y para hacer un seguimiento de los mismos, nos ceñíamos a propuestas audiovisuales muy puntuales y a otros medios de difusión que bajo el legado del criterio, nos mantenían al corriente de todo cuanto estaba aconteciendo en la actualidad del arte sonoro. Leyendo revistas musicales añejas como: Musical Express, Vibraciones, Popular 1 a otras más actuales de la época, al menos yo, encontraba mucha más motivación y formación de gran complejo vitamínico que acudiendo a clase de Francés, Religión o Educación Física. Creo que si fuese tan disciplinado en otros instrumentos de cuerda, de viento y de percusión inclusive, lograría ser un desperdicio de miltiisntrumentista sobrecargado de ego y perdido en el laberinto de la prepotente asamblea de soplapollas infumables, intratables y despreciables, creyéndome ser alguien con derecho a excesivas atenciones que si me negasen, llegaría a adoptar la peor de las posturas que una persona se puede colgar como ropaje en su piel.
- ¿Te consideras una “one man band”?
En mis proyectos personales me encargo de la ejecución de percusiones y teclados, ‘’un hombre banda’' es algo más que eso. A veces interpreto de forma simultánea batería y teclados, y otras, grabo los teclados después de registrar la sección rítmica. Atribuirse el término de One Man Band, como lo he hecho en alguna ocasión es un delito del que soy más que consciente, y del que a su vez he abusado porque hasta la fecha no he sido sentenciado por el fallo de un Juez que me aplique un poco de respeto bajo la condena de la reflexión.
- Es muy difícil, ¿pero cómo definirías tu música?
- Como compositor y ejecutor, tratándose de mi propia obra me resulta fácil de describir, porque mayoritariamente me apoyo en la armonía negativa, las superposiciones y la improvisación libre que en ocasiones peca de manías aleatorias, mientras que otras veces llega a delinquir en la secta del éxtasis sin complejos. No estoy inventando nada a pesar de que evito el mayor contacto posible con el trato melódico y me ciño en intentar trazar ambientes convulsos que se rebelan en contra todo aquello que en las distancias largas huele a norma sodomizada por la afamada triquiñuela y sus modales sistemáticos. Ubicar mi música es sencillo porque la pretensión es agitar y provocar fundamentalmente desasosiego y tensión en quien la percibe. La pretensión personal no es ni cuanto menos, ser previsible en transiciones que den lugar a que el oyente pueda intuir lo que va a suceder después de un determinado compás. La definición más apropiada que puedo encontrar es un cóctel de agonía y éxtasis, dentro de un contexto que expone intensos momentos de radicalismo sonoro, y otros más sosegados de carácter oscuro, predominando en ambos la libertad de expresión del Free Jazz de la que afortunadamente no soy pionero, sino deudor.
- ¿Qué referentes musicales o no musicales has tenido para “Judas Traitor”?
- Desde el Avant Garde pasando por la improvisación libre, el minimalismo hasta acariciar el Thrash Metal distópico y por supuesto, la presencia del sentido del humor. A fin de cuentas no deja de ser una visión personal de ese mundo político-social tan palpable como visible que me rodea, que percibo desde un prisma surreal. ¿Es una cuestión en parte de anclarse en el postulado de un tiempo pasado, y negarse a leer el guión del presente? ¿Es un presente solapado en la ilusión de un futuro más nítido? Ni una cosa ni otra. Vivimos a tiempo real el transcurso del día a día, y en mi caso, de las veinticuatro horas que discurren en mi día a día, paso la mayor parte de las mismas en el estudio de grabación y el resto escribiendo, leyendo, visualizando cine y escuchando música pretérita y presente. Es decir, no estoy en contacto habitualmente con más de veinte personas a excepción de mis clientes físicos y para quienes trabajo Online al margen. Entiendo que con esta forma de vida puedo dar pie a pensar que estando tan apartado de la dimensión masiva y real ¿por qué esa constante denuncia hacia ese fenómeno político y social al que tanto aludo en mi obra? Quizá porque he vivido muchas épocas diferentes en grandes urbes en su mayoría, así como también en pequeños núcleos de población desde mi adolescencia al presente, y en este país, hubo, hay y seguirá habiendo cosas que no van a cambiar lo más mínimo porque son inquebrantables y se instauran como patrón confeccionado para el molde generacional. Cosas que presencié con ocho años de edad y que con medio siglo de vida a mis espaldas, sigo viviendo aquí, allá y más lejos a pesar de que mi vida gira en torno al arte como profesión de afluente pasional. Con este manifiesto no quiero decir que sea una persona antisocial (descripción muy en boga últimamente empleada por muchos) sino que soy conocedor de ciertas reglas impuestas que hay que seguir, y que no me seducen lo más mínimo. Las faltas de respeto, de valores, la recarga de risa fácil, la insatisfacción, la bipolaridad, los inadecuados métodos empleados para evadirse de lo ineludible, la carencia de realismo y los falsos placeres unánimes me generan indiferencia, invitándome a mantener largas distancias con ese mundo imperfectamente perfecto, que desde mi percepción solo queda en el esbozo de una nueva cara de Bélmez. Ante la desmedida saturación de absolutamente todo, aprecio que un incalculable número de personas repartidas en su mayoría por cuatro de los cinco continentes, todavía no tiene el suficiente escarmiento de acartonada mediocridad. Pero no siempre me centro en la sociedad como punto de mira en el objetivo de discordia de mis obras musicales. Existen otros muchos motivos y tendencias de alto octanaje que me inspiran, que entre otros, oscilan desde el surrealismo, al sentimentalismo de enjundia, la nobleza y la lealtad a los principales valores éticos y morales.
- ¿Con qué discos compararías la música en el disco?
- No me puedo comparar a mis maestros, porque beber de sus influencias es un aprendizaje constante y la comparativa es un groso error, y más aún cuando transitas por la senda de un supuesto concepto del Avant Garde jugando a la innovación en un estado de coma sin el menor reparo. Puedo sonar a muchos grupos determinados de la escena del alto riesgo en cualquier variante de la misma, pero evidentemente nunca como sonaré como lo hacen esos artistas. Si he de comparar Judas Traitor con mis obras anteriores, es totalmente opuesto a otros trabajos en las que la melodía tenía más presencia.
-¿Tocaís en directo? Debe de ser difícil pero fascinante, con tantos instrumentos.
No, por ahora no me he planteado llevar al directo ninguno de con ninguno de mis proyectos ni es mi prioridad en este momento. La complejidad esquizoide y extravagante de mi música es demasiado arriesgada y escabrosa para llevarla al directo, y no resultaría ser una tarea sencilla. Por el momento los mantengo como proyectos personales de estudio, con los que ocasionalmente expongo temas puntuales o algún disco. No descarto de cara un futuro barajar la posibilidad de poder llevar al directo mi obra personal, pero todavía no es el momento. Estoy comprometido actualmente con tres bandas en directo y creo que un cuarto compromiso sería excesivo en este momento. Siempre es mejor dejar que las cosas vengan a su debido momento si han de llegar.
- Cómo llevas todos tus otros proyectos/bandas, Fontoria, Boot Hill, French TV, Arnaldo & Antonio Smash?
- Son proyectos y bandas en las que milito como intérprete. Todos me resultan tan afines como interesantes y a su vez, no dejan de ser un gran aprendizaje que contribuye a la expansión de propia obra. Fontoria le corresponde al inquieto músico asturiano Maxi Areñes en el que aborda una propuesta intimista ligada al Folk de raigambre progresiva. Maxi Areñes es músico que posee una gran capacidad creativa contrastada en cuatro discos y un quinto en camino que han sido creados en los cinco años de existencia de Fontoria. A lo que hay que señalar que es fácil trabajar con quien te permite estar cómodo en su banda. Con Fontoria estaremos nuevamente en concierto en Asturias el nueve de Diciembre siendo éste, el último evento del año 2023 dentro del Goetia Tour. Será en el concejo de Infiesto (Asturias), localidad de origen de este proyecto.
Por otra parte Boot Hill procede de una propuesta de Mike Sary de French TV basada en añejas esencias de la escena del Psysco Hard Rock de origen británico, totalmente opuesta al concepto de French TV. Los planes futuros con ambos polos sonoros están centrados en grabar el próximo Verano de 2024 el primer álbum de Boot Hill con los miembros de French TV y realizar una gira por Europa y USA con French TV. Y Arnaldo & Antonio Smash lo pusimos en marcha el pasado Verano el propio Antonio Smash y un servidor, prácticamente con la idea de despojarnos de marcajes y tendencias. Seguimos haciendo temas que sin prisa vamos subiendo a donde en cierto modo, no queremos y menos nos gusta, me remito a las redes sociales, pero por el momento hemos decido ir haciendo así. En YouTube se puede escuchar la pieza EL Profeta y próximamente tendremos listo otro tema nuevo que compartiremos en la misma plataforma. Antonio Samuel Rodríguez, a pesar de que nadie le llama así actualmente y sigue siendo conocido como Antonio Smash, es un veterano activista del arte sonoro que viene vomitando energía orgánica de alto voltaje desde la recta final de la década de los sesenta desde el corazón de la Sevilla más explosiva. Un músico que hasta la actualidad ha prestado sus servicios a otros muchos artistas hispalenses y nacionales de diferentes estilos musicales: Lole y Manuel, Goma, Kiko Veneno o Santiago Auserón son entre muchos, los artistas que conocen el potencial de Antonio como baterista e instrumentista de cuerda. Antonio es una persona inquieta que reúne unas cualidades creativas, eficaces y resolutorias francamente admirables y que le siguen manteniendo en plena vigencia artística en pleno año veintitrés del presente siglo. Cuando Antonio comenzaba a electrificar Sevilla y España entera, y cuando nació el grupo Smash un servidor ni tan siquiera estaba en proyecto de vida. Antonio Smash sabe perfectamente cómo hacer las cosas, cuando y donde, y esa táctica de desarrollo no entiende de prisas y se mantiene muy escorada de la desidia que habita en la escena actual.
- ¿A qué te refieres con “la desidia que habita la escena”?
- La apatía postrada ante las ganas de musicalizar personalidades se ha venido acomodando en los últimos años inclusive hasta en dentro de un sector de la escena Underground. La doctrina del tributo y las versiones se ha adueñado de las estrategias numéricas de propietarios de salas de conciertos que apuestan por músicos y grupos tributo. La demanda que éstos tienen por todo el mundo es muy alta, y son muchos los músicos, muy buenos músicos, que practican estos homenajes instaurados como ley de consumo a modo de alternativa de ocio. Músicos que propiamente, tienen algo que decir y que expresar pero debido al cómodo alojamiento en la suite del tributo, reniegan de apostar por personalidades expresivas que a priori según muchos de ellos, no creen que desemboquen en buen puerto creyendo que una forma de subsistir en el cuarto arte, es homenajear a aquellos artistas más convencionales que en su día fueron mitología y pasto de este negocio. Si a eso le sumamos que prima la inmediatez y que la demanda de todo es más que desbordante, la falta de interés en hacer música propia no es que se haya desvanecido por completo sino que se ha quedado sepultada. Encontrar músicos profesionales con inquietudes y predisposición a exportar propiedad y autoría personal, es una tarea ardua, y si no son músicos que se dediquen al arte sonoro a modo profesional exclusivamente, la inquietud, actitud y las ganas en la mayoría de los casos es la misma.
-¿Qué hay de nuevo de Pluralis y JJ Iglesias?
- J.J. Iglesias es quien puede responder a esta pregunta porque él es Pluralis. Me resulta curioso que después de la publicación del álbum B4 se me asocie a Pluralis cuando este proyecto fue creado por J.J. Iglesias y Adrián de Felipe desde hace más de veinte años y el proyecto cuenta con varios discos publicados. No cabe duda que B4 es el más extravagante de la discografía de Pluralis debido a mi aportación como colaborador en las baterías del disco. Pero el futuro de Pluralis está en manos de J.J. Iglesias y es él quien decidirá cuándo publicar una nueva obra discográfica y elegir a los colaboradores con los que estime oportuno contar si llega el caso. Si decide repetir conmigo yo estaría encantado, y si opta por prescindir de mis cismas rítmicos, seguiré apoyando su obra igualmente porque J.J. Iglesias es otra persona totalmente desvinculada de prisas y presiones, disfruta del día a día a merced de la difusión del arte sonoro de selecta calidad, y cuando le visita el duende de la creatividad si ha de venir, le permite el paso sin ponerle abusivas condiciones. Las músicas de innovación, el Rock, el Jazz y la vanguardia nacional e internacional le deben mucho a J.J Iglesias, lleva más de cuatro décadas apoyando en clave de difusión a artistas que gracias a él y al equipo de redacción que configura la todopoderosa página Web Rockliquias, para muchos devoradores inquietos de músicas de culto algunos de ellos jóvenes, Rockliquias es sin duda una Biblia de consumo obligatorio para entender los orígenes y la evolución del Underground. Y en calidad de músico, el concepto que adopta en Pluralis es tan cercano como íntimo, tan evocador como expansivo y hacer una lectura correcta de estos aspectos asociados al Kosmiche pone la piel de gallina y ayuda mucho a descubrir el potencial de J.J Iglesias como compositor e intérprete. Pero volvemos a encontrarnos con un problema elemental para el trato orgánico y directo que por norma artística le corresponde a la gestación musical, y es que los músicos de afinidad e inquietudes paralelas solemos vivir distanciados geográficamente. Podemos disponer de Internet que solo sirve para acortar distancias en lo que al contacto se refiere, pero a la hora de hacer música orgánica no estamos juntos en el mismo local tocando de forma simultánea, fluyendo, debatiendo, sumando o restando ideas. Desgraciadamente no existe un país o comunidad autónoma llamada Musicolandia en la que convivamos todos los pasionales afines para darle rienda suelta a nuestras tendencias orgánicas. Recurrimos a una de las gélidas ventajas del trabajo Online, un método que se despreocupa por completo de que con quien trabajes y colabores viva en Tokyo o New Orleans mientras que tú vives en Cangas de Morrazo. Existen las videoconferencias, las notas de voz de WhatsApp, los emails y el messenger de Facebook para menesteres de enfoque y desarrollo de un disco, pero nunca será lo mismo que de manera presencial, cuando interpretando y grabando conjuntamente se pueden predecir muchas más cosas que las que Esperanza Gracia revela en su Tarot del infortunio. Es mucha materia básica y elemental la que se ha perdido desde mediados de los años noventa hasta un presente de extrema agitación. De hecho, actualmente cuando grabas a muchos grupos o a un músico determinado, todo vale y a ser posible, le dan el visto bueno a dos tomas máximo por cada canción. Y si hay algo que en la ejecución no les termina de cuajar, dejan la grabación en tus manos y en las del Daw que utilices para Lourdes haga el milagro que no se ha querido hacer con la toma definitiva, con la que se toca toca techo y satisfacción, y ésta toma, puede ser la cuarta o la quinta por muy amarradas que estén las canciones que hay que registrar. J.J. Iglesias es de esa misma escuela, y conste en acta que cuando aceptó mi colaboración para la grabación de baterías de B4, no me puso ninguna norma ni condición, ni quiso que le fuese enviando fragmentos del transcurso de la grabación hasta que no estuviese terminado, depositó toda su confianza en mi trabajo y en el resultado final. Así que al acabar todo el proceso le envié el primer Master para su valoración, y ése mismo fue publicado meses más tarde en una pequeña tirada de Cd´s con mi sello independiente, de la que inclusive no quiso formar parte de la recaudación de las ventas. El álbum B4 puede escucharse en YouTube y por el momento no va a contar con más ediciones físicas a no ser que J.J. Iglesias lo crea conveniente. Así que respecto a Pluralis solo J.J. Iglesias puede despejar dudas respecto a su continuidad y planes futuros. Con J.J. Iglesias mantengo contacto y tenemos pendiente un recorrido por diversos rincones de Zaragoza de los que no vamos a salir sin vinilos bajo el brazo, y debatiendo de forma entrañable cercanías culturales.
- ¿Qué es del proyecto Audiovisual de difusión de bateristas que ibais a emprender tú y Pedro Andreu de Héroes del Silencio?
Pedro es otro arquitecto que apuesta por la calma en la construcción de los muros de un palacio. Llevamos un tiempo estructurando un espacio de difusión en el que la batería sea protagonista dándole un enfoque que se ocupe de esos otros bateristas que están en el anonimato y que forman parte de propuestas musicales muy interesantes. Recientemente hemos hablado de reunirnos personalmente para cerrar el proyecto y comenzar a barajar el desarrollo del mismo con diversas entidades de difusión que están expuestas sobre la mesa. Pedro también tiene otros proyectos en los que se encuentra ceñido actualmente, y podremos avanzar algún detalle después de lo que se acuerde en nuestra reunión. ¡¡Además me debe un vinilo de La Red!! Una super banda de Zaragoza de la que formó parte, y que dispuso de un corto periodo de singladura. La Red no tuvo repercusión a pesar de ser un grupo que tenía en sus filas a algunos de los músicos más sobresalientes del circuito de Aragón. Hicieron un disco redondo, cuya resonancia no encontró eco en el diáfano pabellón de la suerte. Pedro Andreu es otro buen tipo, e ideal para hacer música, Televisión, conversar, comer, cenar… Viajar y lo que proceda, porque es otra persona que no pierde tiempo en discutir, ni tiene el mínimo interés en practicar morbosidades de portera de barrio, ni le preocupa lo más mínimo lo que puedan opinar de su trayectoria profesional y personal. Me ha demostrado ser un buen colega, y al igual que entre otras muchas prácticas de la vida, en la amistad también cuentan los hechos. Pedro es todo un héroe y no precisamente de leyenda, sino de lealtad, honestidad, transparencia y sobre todo de mucha discreción.
- ¿Cómo está yendo tu trabajo en Quadrumphonic Estudio, uno de los imperios de grabación de baterías por excelencia en España, y que además, ha sido diseñado por Phillip Newell y Michel Martín?
Como bien es sabido, el campo de la grabación ha dado un giro de más de ciento noventa grados y el volumen de trabajo ha descendido de forma considerable para los estudios de grabación que preservan las fórmulas y conceptos al uso dentro del contexto de la misma. En la actualidad, los Home Studios son una realidad instaurada que ha venido para quedarse y donde básicamente se suelen trabajar todas las producciones de Audio debido a las exigencias de la industria para el posicionamiento y consumo de música en tiempos actuales. Muchos estudios de grabación se han amoldado a los nuevos tiempos y defienden aquellas producciones en las que son más o menos fuertes. Sin ir más lejos, Quadrumphonic Estudio está especializado en la grabación de baterías y en las producciones de voz destinadas al campo audiovisual, siendo ambos servicios los que mantienen una fuerte demanda. En lo que a mi trabajo en producciones de Audio se refiere trabajo mayoritariamente baterías para producciones discográficas de diversa procedencia musical con aquellos productores que estiman oportuno tenerme en cuenta en sus trabajos. Con algunos productores ejerces un papel más mecánico que orgánico porque lo que buscan es una ejecución clonada de la idea o canción que han registrado con secuencias MIDI, y exigen que la interpretes tal cual está escrita haciendo uso exclusivamente de un tempo preciso y sin añadir un ápice de las ideas y arreglos que puedas aportar, debido a que cualquier feel o sugerencia que les grabes en la toma en la que te permiten aportar tu identidad, va a ser descartada porque lo que realmente quieren es mecánica cuántica pura y dura.
Y podrás grabar con una batería del año 1968 o con otra de actualidad de la gama más alta, pero una vez envíes las pistas de tu batería a su destinatario, el resultado final se distancia con creces de lo que has grabado a pesar de haber sido registrado en una sala presuntamente adecuada y con la batería y el equipo menos indicado para acabar sonando a todo lo contrario de orgánico, uniforme y cálido. Como he citado con anterioridad, la calidad y la musicalidad en la industria discográfica nunca ha sido supervisada en demasía, y a día de hoy es lo que menos se requiere para hacer música sujeta al mainstream. No son precisamente este tipo de grabaciones Online a las que más me preste porque no comulgo con esta filosofía de grabación. Trabajo mayoritariamente con artistas de otra escena en la que el tiempo de grabación y el respeto por lo orgánico es la norma elemental. Y por otro lado, recíbo la visita de bateristas procedentes de diversos puntos de España y Europa que vienen a grabar las baterías de sus proyectos al estudio, o de músicos puntuales que deciden grabar en Quadrumphonic las baterías de sus propuestas, sumado a grupos puntuales de músicas progresivas e innovadoras y de Jazz. Soy un apasionado de las fórmulas de grabación tradicionales y del trato analógico el cual combino con la grabación digital.
Y es mucho lo que me queda por seguir aprendiendo dentro de este apasionante campo y no menos todo cuanto le debemos al legado que nos han dejado los grandes maestros de la grabación. A pesar de que los tiempos actuales del registro de Audio no presentan un cuadro salud muy favorable para la grabación y de que hay que amoldarse al guión del presente siglo XXI, me mantengo al margen de la industria en la medida de lo posible, aunque siendo franco, no puedo adoptar una postura pesimista porque no sería del todo justo. Afortunadamente puedo permitirme elegir las producciones que me resulten atractivas. No estoy diciendo con esto que Quadrumphonic Estudio esté siendo un negocio redondo, porque nada más lejos, ni que mi volumen de trabajo sea un intenso y agotador veinticuatro siete. Las producciones de voz que realizo en calidad de locutor para el campo audiovisual junto con la grabación de baterías me permiten margen de maniobra para seguir componiendo música, de la que destino una gran parte al campo audiovisual. Hace años que aposté por mi gran pasión a la hora de combinar la batería con la grabación lo que me ha llevado a ir coleccionando kits de batería tanto vintage (desde los años cincuenta a los noventa) como otros más modernos de gama alta de las firmas más prestigiosas, hasta llegar a almacenar veintidós en total.
A lo que hay que sumar una amplia flota de platos, cajas, pedales y otros elementos de percusión. Aposté porque Qudrumphonic Estudio fuese el hogar del baterista de criterio y del músico que todavía apuesta por preservar el desarrollo y consecuente trato que precisa la grabación. Tener un estudio equipado con todo este arsenal percusivo, consola de válvulas, previos y compresores de cálida enjundia y la microfonía precisa y un soporte de grabación eficaz sumado a amplias salas de anchos muros de piedra original irregular y elevados techos de madera, no es ninguna garantía de facturación ni se le da el valor de antaño por la sencilla razón del giro que ha dado la producción musical. A pesar de estar ubicado en un enclave ideal para llevar a cabo un trabajo cómodo, eficaz y estimulante, no el viento no va a soplar a tu favor porque ni eres el único que dispone de este tipo de espacios, ni la industria ni quienes forman parte del mercado tienen en su punto de mira este tipo de estudios de los que hace más de cuatro decenios salieron las producciones discográficas más significativas de las que nos hemos venido nutriendo durante toda una vida. Son tiempos de inmediatez, de resolución ágil y del empleo de otras metodologías de grabación que facilitan la brevedad de un proceso que precisamente, de lo que menos entiende es de prisas y de un trato ajeno a lo orgánico.
Son tiempos en los que si quieres estar dentro del negocio de la música, se valora todo menos el talento y lo que puedas aportar. Estamos en la era de ese vale todo y si ese mismo todo carece de esencia orgánica en su mayoría, mucho mejor. A pesar de este hecho, Quadrumphonic Estudio sigue estando a la entera disposición de aquellos que decidan venir a alojarse durante horas o días a registrar sus propuestas a merced de la calma, disfrutando en todo momento de un trabajo que requiere de tiempo y concentración y para el que es necesario evadirse de todo. Por eso ofrecemos alojamiento rural completo con cocina tradicional y vagan, amplias y cómodas habitaciones con cuartos de baño independientes, aparcamiento, vistas hipnóticas y además, estamos muy próximos a la costa y a otros puntos de montaña de gran atractivo que forman parte de la reserva de Biosfera y el cliente puede visitar para recrearse. A Quadrumphonic Estudio se viene a trabajar sin prisas, para centrarse en un proceso de grabación y creatividad cuyos resultados han de ser altamente satisfactorios. Y este proceso requiere de días. En referencia a la contribución de los ingenieros de sonido Phil Newell y Michel Martín para la mejora de la calidad de Quadrumphonic Estudio, decidí contactar con ambos para trabajar en la remodelación de las salas y ampliar más espacio porque llegó un momento en el que se estaba quedando pequeño y básicamente, no estaba trabajando en una sala de control room adecuada. Así que tras barajar opciones con arquitectos contacté en primer lugar con el experimentado y reconocido Phil Newell cuya trayectoria en la ingeniería de sonido y el diseño de estudios de grabación cuenta con largas décadas de prestigio a sus espaldas, de su trabajo pueden dar fe entre otros artistas: Mike Olfield, Phill Collins, Queen, Colosseum y un largo etc. Phil me pidió los planos y medidas exactas de todo el complejo, y tras diseñarme varios planos me sugirió una remodelación con lo que lograba disponer de dos cabinas, por una parte la esencial para la grabación de baterías con una calidad de sonido francamente sobresaliente, y otra más reducida para voces, teclados y otros instrumentos, empleando al mismo tiempo un espacio más amplio para ubicar la nueva sala de control room. Una vez aprobada la sugerencia de Phil, contacte con Michel Martín, otro reconocido y experto técnico de sonido en cuyo currículum figura una buena parte de la escena del Pop y el Rock español tanto en estudio como en directo, y otros artistas y empresas internacionales con las ha hecho giras durante cuarenta años. Michel Martin formó parte del equipo de grabación del Rock & Rios de Miguel Rios, y desde que vio a los británicos Yes en España en el año 1984 como consecuencia del tour 90125, le cambió el concepto del sonido en directo. Con Michel trabajé el trato adecuado que precisaba la sonorización de la nueva sala de control, y la verdad es que los resultados evidencian que el haber contado con el apoyo de ambos expertos ha sido más que un acierto.
Gracias por tu interés en mi actualidad Joan, y gracias a todos los que habéis dedicado parte de vuestro tiempo en leer el testimonio de un transeúnte más, que patea cerros de asfalto.
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