
Historia
Este es el único yacimiento arqueológico de España con huellas de los griegos y los romanos
Se trata de una ciudad que cambió la historia de la Península Ibérica y de Europa, y sus restos son prueba de ello

Las antiguas civilizaciones que estuvieron presentes en la Península Ibérica dejaron su legado en muchos aspectos, de tal manera que su rastro fue imborrable y se pueden comprobar en nuestra cultura e historia, pero también en monumentos, lugares o edificios de nuestras ciudades. Eso sí, la gran parte de restos arqueológicos solo muestran los vestigios de cada uno de los pueblos, excepto uno, el único de España que cuenta con las huellas tanto de los griegos como de los romanos.
Posiblemente, la ciudad que cambió el destino de Europa fue Ampurias, la actual Emporion. Fundada sobre el 575 antes de Cristo por los colonos griegos de la ciudad de Focea (en la actual Turquía), originalmente se estableció como un pequeño asentamiento en la isla de San Martín de Ampurias, también llamada Paleápolis. Junto con su vecina Rhode (actual ciudad de Rosas), son las dos únicas colonias griegas documentadas en la Península Ibérica.
Posteriormente, se convirtió en un gran puerto comercial gracias a su estratégica ubicación costera y su expansión a lo largo del continente, formando la conocida como "ciudad nueva" o Neápolis. En ella, se comercializaban productos como la cerámica, el vino, el aceite de oliva o los metales, conectando a los griegos con los pueblos íberos locales.
El único yacimiento grecorromano de España está en el norte de la Península Ibérica: historia e importancia de Ampurias en la Edad Antigua
Tal fue la influencia que tuvieron los griegos en este lugar de la Península Ibérica que se reflejó en el alfabeto, la moneda, cerámica o elementos religiosos de la región. No obstante, durante la Segunda Guerra Púnica (entre el 2018 y el 201 antes de Cristo), los griegos se aliaron con el Imperio Romano contra Cartago, y de hecho, los romanos entraron a la Península Ibérica a través de Ampurias, usando el puerto como base militar para las campañas en Hispania.
La convivencia de los recién llegados con la colonia existente hizo que en esta ciudad se desarrollara una mezcla cultural grecorromana, visible en la arquitectura y la vida cotidiana. Asimismo, con la presencia romana, Ampurias se expandió y prosperó, formándose en una ciudad con foro, templos, murallas, termas y una curia.
Tras varios años de apogeo, a partir del siglo III después de Cristo empezó a perder importancia, ya que los romanos dieron más valor a otras ciudades como Gerunda (Girona), Tarraco (en Tarragona) o Barcino (en Barcelona), que serían territorios más grandes. En aquel tiempo, la Neápolis estaba totalmente abandonada, utilizándose solo en parte como cementerio, y la población volvió a concentrarse en la Palaiàpolis, transformada más tarde en Sant Martí d’Empúries.
Fue abandonada definitivamente alrededor del siglo VII después de Cristo, coincidiendo con la caída del Imperio Romano de Occidente, las invasiones germánicas y la expansión del Reino Visigodo. En el siglo XVI, la gran metrópolis que se redujo entonces a un pequeño núcleo de pescadores, pero su legado fue tan grande que a día de hoy las excavaciones arqueológicas, comenzadas en el siglo XX, todavía revelan nuevos restos tanto de griegos como de romanos, así como de los íberos.
Ampurias es parte del Museo de Arqueología de Cataluña, y recibe miles de visitantes cada año por ser un testimonio vivo de la historia antigua y un lugar clave para la romanización de la Península Ibérica. Se pueden visitar mosaicos, murallas, casas, templos o esculturas, que ofrecen una visión única de la convivencia entre griegos y romanos. Por su variedad en tipologías, técnicas y diseños, en el complejo arqueológico de Empúries hay unos 150 mosaicos. Además, su ubicación junto al mar Mediterráneo ofrece un entorno natural espectacular.
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