
Maestra de la imagen
García Rodero: «Quiero seguir estando detrás de la cámara»
La gran fotógrafa inaugura la galería SELTZ de Barcelona con
una retrospectiva de su obra

Por lo general, cuando se da una información, se debe ser imparcial, pero quien esto escribe no puede evitar su entusiasmo ante la muestra que acaba de abrirse en una nueva galería. SELTZ, en el número 54 de la calle Balmes de Barcelona, nos permite disfrutar de la mirada de Cristina García Rodero, uno de los nombres de referencia de la fotografía en nuestro país. La muestra, titulada «Con la boca abierta», cuenta con trabajos realizados entre 1977 y 2014, un paseo por la vida, desde el nacimiento a la muerte y que agrupa todos los temas que han interesado a García Rodero.
La artista, en declaraciones a este diario, mostró su entusiasmo por la muestra y habló sobre lo que representa la fotografía para ella, especialmente en un tiempo como el actual en el que todo el mundo puede captar imágenes con el teléfono móvil. «Recuerdo en mi época de niña, las fotos que veía eran las de los aficionados y lo hacían cuando viajaban. Pocos tenían una cámara: te ponían debajo del monumento y te sacaban como una hormiguita. Ahora la mayoría son selfies, se han acostumbrado a trabajar a distancias cortas. Componen muy bien, hacen fotos muy buenas y vídeos muy buenos. ¿Qué es lo que ocurre? Que ellos no son conscientes, ni tienen ninguna pretensión de qué hacer con ese trabajo, ni cómo enriquecer esas fotos porque simplemente es para un recordatorio o para una utilidad. Los fotógrafos sabemos lo que queremos allá donde vamos o intuimos, porque los trabajos se van desarrollando después y van cogiendo su propio diálogo o su propia historia. Así que esas imágenes nos perjudican muchísimo, pero muchísimo, muchísimo».
La muestra nos lleva por pueblos de España, pero también por Cuba, Haití, Venezuela o Georgia, lugares que antes parecían tan remotos y que ahora son aparentemente más accesibles. «Me pasaba doce horas en tren para ir a esas fiestas tradicionales en Galicia o Huelva, incluso durmiendo por la noche en la estación. Era la primera reportera que viajaba hasta allí. Ahora puedes llegar en tres horas con la alta velocidad», rememoró García Rodero.
Lo que tiene muy claro esta maestra de la imagen es que «quiero seguir detrás de la cámara. Sí, por supuesto, siempre. Esa es mi misión porque delante de la cámara yo me pongo muy nerviosa. Por eso yo estoy absolutamente agradecida porque es muy doliente, muy molesto que alguien te vaya persiguiendo, o que tú notes que te está enfocando y que no sabes para qué es».
Los tiempos están cambiando y eso es algo que subraya García Rodero mientras conversamos y vemos su trabajo en las que niños y niñas tienen un gran protagonismo. A este respecto matiza que «antes había una idea muy bonita de salir en la fotografía, de que ibas a ser protagonista. Pero ahora, como el comercio lo está pudiendo todo, y como hay también muchos pederastas, yo sé de muchos hombres que no hacen nunca fotos de niños. Me dicen que nunca van a hacer fotos de un niño porque no quieren problemas. Les digo que la infancia es el momento más feliz de una persona. Generalmente, depende también de los padres, pero es un momento de inocencia, de disfrutar y de descubrir todo, de vivir las cosas con intensidad, de una espontaneidad y una gracia increíble. Yo no me lo voy a perder y nunca he tenido problemas. Pero mucha gente sí que quiere sacar dinero cuando ve una foto. Hay mamás que tienen a veces miedo de qué va a ocurrir con las fotos de su niño, dónde van a aparecer, y eso también está distorsionando mucho el poder dirigirte de forma natural a muchas cosas».
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