Cómic

El Jabato: el héroe que necesitamos no viste capa

Bruguera recupera en un voluminoso tomo los cuadernillos originales con las aventuras de uno de los personajes más importantes del cómic español de todos los tiempos

Uno de los cuadernillos con las aventuras de El Jabato
Uno de los cuadernillos con las aventuras de El JabatoBruguera

Vivimos un tiempo en el que los superhéroes, los surgidos de las franquicias de Marcel y DC, son personajes vestidos con capa, antifaz y las más coloridas mallas, amén de tener poderes conseguidos de las más extrañas maneras, como que te pique una araña o que te expulsen de tu planeta. Pero hubo un tiempo en el que las cosas eran distintas en el mundo del cómic, especialmente en nuestro país. Buena prueba de ello es un extraordinario libro que acaba de aparecer de la mano de Bruguera en su colección clásica en edición numerada y limitada, junto con SD Distribuciones. En él aparecen las andanzas de un icono del tebeo español, una genial creación de Víctor Mora con dibujos de Francisco Darnís. Su nombre es El Jabato.

En sus más de 200 páginas, el lecto puede encontrar los primeros pasos de este personaje en la treintena de cuadernillos iniciales con los que empezó una serie que seguía la estela dejada por el Capitán Trueno, otro de los nombres de referencia en la producción de Víctor Mora para el llamado noveno arte. Como estupendo complemento a esta propuesta, el libro también contiene una selección de las magníficas portadas que realizó Antonio Bernal para «Jabato Color» y que sirvieron para construir la imagen más popular que tenemos esta creación de tinta china.

Para conocer algo más de los orígenes de este Jabato tenemos que remontarnos a finales de la década de los 50, cuando los más pequeños se acercaban a los quioscos para comprar esas revistas grapadas en las que podían encontrar las viñetas protagonizadas por personajes irrepetibles, muchos de ellos pertenecientes a la factoría de la barcelonesa Editorial Bruguera. El sello, conocido especialmente por sus personajes humorísticos, como los dibujados por Manuel Vázquez, Josep Escobar o Francisco Ibáñez, también contaba con una línea, llamémosla de esta manera, algo más seria. En ella había jugado un papel importante el escritor Víctor Mora. Él fue quien llevó a las oficinas de la editorial en 1951 unas historias que había dibujado. El coordinador de Bruguera, Rafael González, le dijo: «Mire, señor Mora, sus dibujos no nos interesan, pero ¿Quién le hace los textos?» Él mismo era el guionista. De su mano, y con dibujos de Ambrós, nació el Capitán Trueno que tuvo una acogida espectacular.

Tiempo después, González llamó a Mora a su despacho con el encargo de que creara un nuevo héroe y que pasara a ser una competencia del mismo Capitán Trueno, una manera de ampliar las ventas. Como recuerda José Luis Barón Sesé en uno de los textos de este libro, el editor solamente impuso como condición que el personaje debía llamarse El Jabato, nombre que, dicho sea de paso, nunca fue del agrado del escritor.

Para cumplir el encargo, Víctor Mora tuvo en cuenta una serie de novelas. «¿Qué me impulsó a crear un personaje como él? Sin duda, pesaron en mi recuerdo mis atisbos de la mitología grecorromana y lecturas inolvidables como la de “Quo Vadis”, de Sienkiewicz; “Los Últimos días de Pomepya”, de Bulwer-Lytton, o “Espartaco”, de Howard Fast».

Quedémonos con este último título. Cuando González lanzó a Mora su propuesta, la novela de Fast todavía no había sido llevada a la gran pantalla por Stanley Kubrick con Kirk Douglas como protagonista. Mora compartía con Fast, uno de los escritores perseguidos por el tristemente conocido Comité de Actividades Antiestadounidenses, las mismas ideas libertarias. Eran hombres de izquierda, simpatizantes con el comunismo y habían estado en prisión por sus planteamientos ideológicos. Barón Sesé cree que es evidente esa huella de Espartaco en el nacimiento de El Jabato y que se mueven en mismos marcos cronológicos:la primera mitad del siglo I a.C.

De allí parte un personaje icónico, dispuesto a la aventura y a luchar contra las injusticias. Él es un antiguo campesino íbero que, como Espartaco, acaba siendo un esclavo y que pasará a ser un gladiador. Una vez convertido en un hombre libre tras huir del Coliseo, el Jabato se topa con todo tipo de hechos que lo llevan a la leyenda, todo ello sin olvidar su amor por Claudia, una patricia romana de buena cuna. Mora y Darnís incluyeron una interesante colección de secundarios, como Fideo de Mileto, un peculiar poeta; el imponente y musculoso Taurus; o el general Marco, enemigo de nuestro protagonista que también busca el amor de Claudia, aunque con pésimos resultados.

El libro que nos ocupa contiene los números del 1 al 30 del cuadernillo con el nombre del personaje que vieron la luz entre el 20 de octubre de 1958 y el 11 de mayo de 1959, añadiéndose ahora tanto color como una nueva rotulación. En total Bruguera lanzó 381 cuadernillos a lo largo del tiempo. En mayo de 1962 estrenó su propia revista «El Jabato Extra».