Opinión

Te llamaré Ternera

Te llamo así porque este mote o te lo pusiste tú mismo o te lo pondrían los tuyos

Josu Ternera
Josu TerneraAfp

Pues sí, te llamo Ternera, y lo hago porque este mote o te lo pusiste tú mismo o te lo pondrían los tuyos, mote no muy heroico, por cierto. Ternera suena a corderillo. Quizás te lo pusieron cuando empezaste porque lo tuyo no sería la valentía, quizás como un augurio de lo que ha sido casi toda tu vida: dar órdenes para que otros maten.

Claro, Ternera, es más fácil ordenar matar que matar, y tampoco esto cuando lo hacían los tuyos tenía nada de heroico. Un coche bomba lanzado por una rampa o que explotaba al ponerlo en marcha, un tiro en la nuca por la espalda, en fin.

Y, ¿sabes una cosa, Ternera? Cuando el enfrentamiento era cara a cara salíais perdiendo porque los nuestros eran mejores. Supongo que mis experiencias te importarán tan poco como a mí las tuyas, Ternera, pero, por si acaso, te cuento.

En 1997 estábamos en juicio defendiendo guardia civiles en la Audiencia de Vizcaya. La última noche del juicio estábamos con los guardias imputados cenando en un hotel. De repente, uno de ellos gritó: «¡todos fuera! ¡Todos fuera!» Salieron pistola en mano. Les habían avisado sus compañeros que el reconstituido comando Vizcaya estaba a punto de matar a alguien.

El enfrentamiento fue directo, Ternera. Los tuyos empezaron los disparos, Ternera, pero fueron ellos los abatidos, Ternera. Imprudentemente lo vi desde una esquina, vi a los etarras en el suelo y, ¿sabes una cosa Ternera? Quienes primero los atendieron antes de que llegaran los médicos fueron los propios guardia civiles.

No se si fuiste tú quién ordenó esa acción, Ternera, pero tú llevaste a la muerte a los tuyos, a los que perdieron la guerra operativa, Ternera, y la perdieron sencillamente porque los nuestros no eran perfectos... Pero eran mejores.

Afortunadamente no fui víctima del terrorismo, Ternera, pero me pusisteis en lista y cuando nació mi hija mayor tenía que dar dos vueltas con el coche antes de que su madre con ella se subieran, Ternera. Pero contribuí a vuestra derrota en todo lo que pude.

No me interesa lo mas mínimo tu reportaje, Ternera. Me importa un carajo que hayas quedado defraudado, como me importa lo mismo que el entrevistador se haya sentido defraudado por tus comentarios Ternera.

Dicen que apareces con mirada de tipo duro y frio sin arrepentimiento y eso puede impresionar a quién no ha visto nunca lo que tú representas, aunque me da que igual hubieses hecho lo que alguno de tus colegas en un enfrentamiento directo: cagarte encima, Ternera.

A mí también me hubiese gustado hacerte preguntas, Ternera, pero ante un juez en la Audiencia Nacional, aunque no me hubieras contestado como no lo hacían los tuyos. Por muy difícil que sea no pierdo la esperanza, Ternera.