Entrevista
Nacho Martín Blanco: "¿Vox? PP y PSOE deben tener la capacidad de llegar a acuerdos"
Es el número uno del Partido Popular en Barcelona el 23-J: exportavoz de Ciudadanos, quiere que Cataluña sea «clave» para Feijóo
Ha sido uno de los fichajes del mercado del 23-J: saltó de Cs al PP, un cambio que califica de «normal» y «razonable». Su objetivo: que un catalán defienda sin complejos la unidad y el constitucionalismo en el Congreso.
Pregunta: De portavoz de Cs en el Parlament a número uno del PP por Barcelona en apenas unos días.
Respuesta: La posibilidad de incorporarme como cabeza de lista del PP en Barcelona me pareció una magnífica oportunidad, es absolutamente comprensible y razonable, sobre todo teniendo en cuenta que Cs no se presenta y también por mi visión sobre la realidad catalana y española.
Estuvo en la reunión de Cs en la que el partido decidió no concurrir a las generales. ¿Qué postura defendió?
El tema no debía ser si Cs se presentaba o no el 23-J, debía ser sobre la propia continuidad del partido. No fue fácil tener que fijar una posición el día después del batacazo del 28-M. Quise ser lo más sincero posible y planteé el debate sobre su continuidad. Mi opinión era muy escéptica en relación a la viabilidad futura de Cs. Ojalá me equivoque, pero creo que los partidos son instrumentos al servicio de la ciudadanía y no hay que entenderlos como otra cosa.
¿Qué diferencias ideológicas hay entre el PP y Cs?
Cs nació como un partido frente a la hegemonía del nacionalismo catalán y para evitar esa sobrerrepresentación de los nacionalismos en el conjunto de España. Esa es la esencia de su nacimiento, y esa esencia la compartió únicamente con el PP. Aquí no puedo hacer equidistancia con el PSOE porque la responsabilidad que ha demostrado el PP está a años luz de la del PSOE, como demuestra por ejemplo el reciente caso de Barcelona. Para mí no ha habido grandes diferencias entre lo que defiende el PP y Cs. Los pilares básicos son la igualdad entre ciudadanos, la libertad y la defensa unidad de España. Por desgracia, el PSOE no ha tenido la unidad entre sus prioridades con sus pactos con Podemos, ERC e incluso con Bildu.
Defiende el gesto de hacer alcalde a Jaume Collboni para impedir la vuelta de Trias
Sin duda, tengo clarísimo que Jaume Collboni es un mal menor. Un gobierno Xavier Trias (Junts) y Ernest Maragall (ERC) hubiese sido un verdadero desastre para Barcelona. También era una prioridad que no estuviera Colau, y esos dos objetivos se han conseguido.
¿Ha tenido ofertas de otras formaciones?
La verdad es que sí que he tenido algún ofrecimiento, pero preferiría no revelar detalles al respecto.
Aterriza un mes antes de las elecciones y en plena precampaña. ¿Cuál es su objetivo?
Aportar a la victoria de Alberto Núñez Feijóo y que Cataluña juegue un papel importante. Me da la impresión de que hay un cambio de estado de opinión: hay mucha gente que asume que el «sanchismo» no puede continuar porque ha supuesto degradación institucional y económica, decadencia social y de la propia convivencia por su tono «guerracivilista». Y eso quien mejor lo contrarresta es el PP, especialmente el PP de Feijóo. Su discurso es pragmático, de altura, quiere poner en el centro del debate público cuestiones esenciales que afectan a la vida de los ciudadanos y salir del marco de la confrontación cainita.
¿Por qué ha decidido dar el salto al Congreso? Toda su trayectoria profesional hasta ahora ha sido en el Parlament.
La política catalana ha sido uno de los elementos centrales de la política española desde hace tiempo. El debate público en Cataluña y en el Parlament tiene connotaciones de ámbito nacional muy evidentes. No me parece un cambio sustancial. El Congreso es un lugar histórico, pero desde allí seguiré defendiendo los intereses de los catalanes constitucionalistas. Es importante que haya voces de catalanes que defienden sin complejos la unidad de España y la Constitución.
¿El PP tiene que pactar con Vox tras el 23-J?
Lo ideal es que un país que tiene dos grandes partidos sistémicos, tengan capacidad de llegar a acuerdos importantes, de Estado, que aglutinen a una inmensa mayoría de los españoles. Me da la impresión de que el espíritu de la Transición está roto, y lo está por la izquierda. Creo sinceramente que es importante recuperar ese espíritu de proyecto colectivo y me parece que el PSOE debería ser un partido estratégico. Ahora bien, aquellos que pactan con ERC, Junts, hasta con Bildu, y tienen a Podemos en el gobierno, son los que están diciendo a los demás con quién pueden pactar y con quién no. Me parece una contradicción absoluta, es irresponsable haber abierto las puertas de las instituciones a populismos, a la extrema izquierda, y luego decir qué hacer a los demás. Hay que restablecer la normalidad institucional y eso empieza por que el PSOE renuncie a todos sus acuerdos con Bildu, especialmente.
Es decir, Pedro Sánchez y el PSOE deberían facilitar un gobierno del PP, por ejemplo con una abstención.
Desde luego, eso sería lo normal en cualquier país con políticos de altura y capaces de asumir el resultado de las urnas.
¿Y al revés? ¿Si Sánchez fuera el más votado?
El propio Feijóo ha hecho declaraciones que indican su predisposición a facilitar que la fuerza más votada gobierne para evitar precisamente la polarización en España. Para evitar esa tendencia del «sanchismo» hacia los pactos con los populismos y el nacionalismo. Me alineo absolutamente con lo que dice Feijóo.
Se ha incorporado como independiente al PP. ¿Se plantea la militancia?
No lo descarto.
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