23J
PP y PSC se retan en Cataluña: el bastión de Zapatero, ¿el bastión de Sánchez?
Ambos partidos apelan al voto útil en un cierre de campaña a la ofensiva tras los resultados de las municipales
Cataluña vuelve a ser clave este 23J. PP y PSC se retan después de años del «procés», con las encuestas a la baja para el independentismo y al alza para populares y socialistas. Determinante en las dos victorias de José Luis Rodríguez Zapatero y uno de los pocos bastiones de Pedro Sánchez según las encuestas y el resultado de las municipales, lo que ocurra en esta comunidad puede ser premonitorio para llegar a la Moncloa.
Y ayer, ambos partidos cerraron una campaña a la ofensiva tras los respectivos resultados de las municipales de mayo y con apelaciones directas al voto útil. La candidata Meritxell Batet lleva días lanzando su propio grito de guerra –«todo al rojo»– para apelar a la movilización y concentrar a la izquierda en Cataluña. Una consigna que repitió también ayer en actos dirigidos a captar el voto de los más jóvenes y de las mujeres.
Y el PP terminó en Barcelona con Nacho Martín Blanco y el líder en el Ayuntamiento, Daniel Sirera, un dirigente clave después de haber impedido la alcaldía independentista de Xavier Trias. El jueves, en plena recta final, el partido se concentró en Badalona y apeló al espíritu de la ciudad –Xavier García Albiol logró una espectacular mayoría absoluta en las municipales– para replicarlo y llegar con Feijóo a la Moncloa.
Por tanto, Cataluña puede convertirse en un espejo de lo que acabe ocurriendo en estas elecciones generales. Zapatero ya cimentó sus victorias en suelo catalán: aquí alcanzó en 2008 el techo del PSC al sumar hasta 25 escaños de 47, un récord absoluto con Carme Chacón al frente. Con una participación del 71% –cinco puntos inferior a la de 2004–, los socialistas catalanes mantuvieron su hegemonía en la comunidad al distanciarse a 14 diputados de la segunda fuerza, entonces Convergència i Unió (CiU), y dejando muy lejos al PP, con 8. Lo mismo había ocurrido cuatro años antes, en 2004, cuando los socialistas de Zapatero también se impusieron con 21 escaños, por los 6 de los populares.
Eso sí, la diferencia se acortó de forma abismal en 2011 y coincidiendo con la vuelta a la Moncloa: con la inapelable mayoría absoluta de Mariano Rajoy, el PP logró en Cataluña hasta 11 diputados por los 14 socialistas, con una distancia mínima entre ambos. La misma tendencia se repitió en 2016, con socialistas y populares distanciados por apenas un escaño (7 del PSC y 6 del PP) en plena sangría del «procés» y con el independentismo al alza.
El patrón se volvió a replicar con la victoria de Pedro Sánchez en 2019. ERC, eso sí, ganó en Cataluña de la mano de Gabriel Rufián, aunque el PSC de Meritxell Batet se quedó a tan solo un escaño con 12, mientras los populares atravesaron su particular crisis con 2.
Ahora, la encuesta del CEO de la Generalitat –el «CIS catalán»– publicada a primeros de mes recoge que el PP obtendría entre 6 y 8 escaños mañana. Según este sondeo, el PSC ganaría las elecciones generales en Cataluña de forma holgada con entre 16 y 18 diputados en el Congreso respecto a los 12 actuales. Luego le seguirían Esquerra con entre 8 y 10 diputados y Junts, con entre 7 y 9, con los populares en medio de esta lucha.
En este sentido, los populares quieren disputar a ERC la segunda plaza con un propósito claro: lograr hasta cinco escaños en Barcelona y conseguir representación en las otras tres provincias.
En esta estrategia, el PP llama al voto útil con un último pulso a Vox: en algunas provincias «no van a sacar diputado y con esos votos el PP podría sacar los en varias», aseguran en el partido. Un matiz importante en Cataluña –con la vista puesta en Lleida, Girona y Tarragona– para sumar un resultado que podría cuadruplicar el de 2019 y ascender hasta los 8 escaños. El objetivo es disputar al independentismo el podio y quedar lo más cerca posible de la lista de Meritxell Batet, como ya ocurrió con las últimas victorias de Rajoy.
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