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El miedo a quedarse fuera del mercado inmobiliario ha llevado a muchos a sobreendeudarse, pero el economista Santiago Niño Becerra avisa: la escalada de precios para la clase media ha tocado techo

El miedo a quedarse fuera del mercado inmobiliario ha llevado a muchos a sobreendeudarse, pero el economista Santiago Niño Becerra avisa: la escalada de precios para la clase media ha tocado techo

Catalá anuncia la compra de una vivienda para el parque público y ya son 606 las viviendas protegidas en Valencia
Catalá anuncia la compra de una vivienda para el parque público y ya son 606 las viviendas protegidas en ValenciaLa Razón

El fin de la escalada de precios para la vivienda de clase media en España parece inminente. No se trata de una corrección del mercado ni del efecto de nuevas políticas, sino de una barrera mucho más tangible: los salarios han tocado techo. La capacidad de pago de las familias ha llegado a su límite, un punto de inflexión que, según los análisis del economista Santiago Niño Becerra, frenará en seco las subidas que han marcado los últimos años.

De hecho, este escenario es la culminación de una profunda transformación del sector inmobiliario. El comprador tradicional, la familia que buscaba un hogar, ha sido desplazado por actores con un enorme músculo financiero. Los grandes fondos de inversión y los inversores institucionales dominan ahora el tablero, tratando el ladrillo no como una necesidad social, sino como un activo refugio con el que asegurar su rentabilidad.

En este nuevo paradigma, la compra de una vivienda se ha convertido en una carrera impulsada por la angustia. Como resume con acierto el economista Santiago Niño Becerra, "la gente tiene miedo de quedarse fuera". Este pánico a ser excluido del mercado empuja a muchos a endeudarse por encima de sus posibilidades, asumiendo hipotecas que comprometen seriamente su futuro financiero con tal de no perder el último tren.

Un mercado inmobiliario a dos velocidades

Sin embargo, el estancamiento previsto para la vivienda media no afectará a todo el sector por igual. El mercado del lujo juega en una liga completamente distinta, moviéndose al margen de las limitaciones que ahogan a la mayoría de la población. Este segmento, alimentado por grandes capitales tanto nacionales como extranjeros con un poder adquisitivo muy elevado, continuará su propia senda alcista sin verse afectado.

Por todo ello, la tradicional cultura de la propiedad, arraigada en España desde mediados del siglo XX, se enfrenta a una realidad irreconocible. La aspiración de tener una casa en propiedad ya no es un proyecto familiar meditado, sino una decisión marcada por el temor y una brecha social cada vez más profunda entre quienes pueden acceder a una vivienda y quienes ven cómo el mercado les da la espalda de forma definitiva.