Día Mundial de la EPOC
"Sé que la EPOC va a acabar conmigo"
El gran problema en el abordaje de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica es el infradiagnóstico. El 80% de quienes la sufren no están diagnosticados, lo cual es grave puesto que el daño pulmonar que se produce en el contexto de esta enfermedad es irreversible, mientras que con una detección temprana es posible ralentizar e incluso frenar el avance de la misma
La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) afecta a cerca de un 12% de la población española y cada vez es más frecuente. De hecho, se espera que este curso pase de ser la quinta causa de muerte a convertirse en la cuarta. Según datos del Informe Anual del Sistema Nacional de Salud de 2020-21, la tasa bruta de mortalidad por EPOC en España fue de 29,3 defunciones por cada 100 mil habitantes en 2019, una cifra muy superior a la de muertes por accidente de tráfico.
En este contexto, cabe señalar que si bien a día de hoy no existe un tratamiento curativo que permita revertir los daños causados en el pulmón en el contexto de esta enfermedad, sí que hay terapias que permiten mejorar los síntomas y, por lo tanto, ralentizar su evolución o incluso frenarla, sin embargo, el principal problema en lo que se refiere al abordaje y gestión de esta patología es el infradiagnóstico. Y prueba de ello es que, pese a que se trata de la enfermedad respiratoria crónica más frecuente, ocho de cada diez pacientes no están ni siquiera diagnosticados, lo cual se debe, principalmente, a una falta de concienciación entre la población acerca del impacto del EPOC en la vida de los pacientes y la gravedad de la misma.
Al respecto, la doctora Salud Santos, jefa del Servicio de Neumología del Hospital de Bellvitge y experta en EPOC, recuerda que "esta enfermedad empieza de forma paulatina y progresiva. Los primeros síntomas suelen aparecer hacia los 40 años de edad y se concretan en dificultad para respirar cuando se camina rápido o se corre, que viene a ser como una sensación de que no poder llenar bien los pulmones, tos, sensación de fatiga, cuadros más agudos en caso de infección respiratoria...y se asocia a un mayor riesgo cardiovascular y otras comorbilidades como la diabetes. El tabaquismo es el factor de riesgo más importante y en torno al 30% de los fumadores desarrollan la enfermedad". Así, cuando una persona joven empieza a notar "estos síntomas, los suele atribuir al tabaco y muchas veces descarta acudir a consulta porque se siente culpable por fumar y sabe que lo primero que le dirá el profesional es que deje de fumar".
Sin diagnóstico precoz
En este contexto, lo más habitual es que el diagnóstico no se produzca hasta que la enfermedad está ya muy avanzada y para entonces los síntomas son tan graves y evidentes que el impacto de la EPOC en la calidad de vida del paciente es real y muy significativo. "Al hospital nos llega el 5% de los pacientes, que son aquellos en los que la enfermedad ya está muy avanzada y normalmente acaban ingresando", destaca la doctora Santos, quien al respecto recuerda que "esta enfermedad en su fase evolucionada conlleva hospitalizaciones frecuentes, la necesidad por parte del paciente de oxigeno y ventilación, la incapacidad del mismo de salir de casa e incluso puede derivar en la necesidad de un trasplante de pulmón y condicionar la mortalidad".
Y lo que está claro, tal y como pone de relieve la jefa del Servicio de Neumología del Hospital de Bellvitge, es que "si cuando el paciente acude por primera vez a consulta ya requiere de un ingreso hospitalario es que estamos haciendo algo mal", puesto que ello significa que la enfermedad ya está avanzada. "Cuando hay daño pulmonar, éste no es reversible. El pulmón está dañado y no se regenera, pero un paciente con EPOC puede llegar a una edad avanzada con buena calidad de vida" si la enfermedad se detecta de forma temprana y se inicia un tratamiento, que mejora los síntomas y la tolerancia al ejercicio".
"Con un tratamiento farmacológico y preventivo, que podría consistir en rehabilitación y/o fisioterapia, es posible ralentizar e incluso frenar la evolución de la enfermedad, pero no recuperar la función pulmonar", asegura la doctora Santos, quien al respecto indica que "por ello es clave entender la importancia de hacer un screening, que consiste en una espirometría, para medir la capacidad pulmonar del individuo y el grado de función de su órgano, de manera que el diagnóstico es muy sencillo".
La clave es concienciar
Así pues, ante los primeros síntomas, el paciente debe acudir a consulta y no esperar a que éstos sean más evidentes e impacten de forma significativa en su vida y su salud, provocando un daño mayor en el pulmón, que nunca se va a poder regenerar. Sin embargo, la realidad es que "si es entorno a los 40 años cuando suelen aparecer los primeros síntomas de EPOC, la edad media de diagnóstico de sitúa en los 60 años, de manera que cuando hay diagnóstico ya han pasado 20 años desde que la enfermedad ha aparecido y durante todo este tiempo ésta ha ido avanzando progresivamente"
Por ello, para la doctora Santos, es importante concienciar a la población acerca de la salud respiratoria, especialmente entre fumadores. "Cuando a los 40 años un paciente fumador empieza a notar los primeros síntomas, por un lado, los achaca al tabaquismo, que los enmascara, y por el otro, no valora el hecho de que, con el paso del tiempo, la enfermedad va a seguir su progresión y esos síntomas se van a ir agravando progresivamente, por lo que no acude a consulta hasta que la EPOC ya ha evolucionado y causado un mayor daño pulmonar", mientras que si ante las primeras evidencias de problemas respiratorios el paciente acude al médico, con una simple espirometría es posible diagnosticar la enfermedad para iniciar el tratamiento de la forma lo más precoz posible, reduciendo así el impacto de la misma sobre la salud y calidad de vida del individuo.
Diego, un caso real
Y eso es precisamente lo que siempre va a lamentar Diego, el no haber tenido conocimiento e información acerca de la enfermedad para haber tenido la posibilidad de recibir el diagnóstico de forma más temprana. "Tengo 54 años y me diagnosticaron EPOC hace siete. Ahora estoy tratado y uso un inhalador dos veces al día, pero aún así estoy muy limitado: apenas puedo caminar 400 metros, me cuesta mucho vestirme, hacer la cama...". "Sé que esto va a acabar conmigo", confiesa Diego, quien conoció que sufría EPOC tras haber sido trasladado a un hospital después de caer inconsciente por un ataque de tos.
"Yo he tenido toda la vida muchos ataques de tos, pero por más que acudía a los médicos, no daban con la tecla. Me dijeron que tenía asma, bronquitis crónica,,,, sin embargo nadie me habló de la EPOC. Con 18 años empecé a fumar y al tiempo empecé a sufrir ataques de tos que me hacían colapsar y desmayarme. Yo pensaba que era la típica tos del fumador, hasta que en uno de estos ataques, acabé en el hospital y me diagnosticaron", recuerda Diego, quien reconoce que "hasta ese momento, no había ni oído hablar de la enfermedad".
"Hay mucha ignorancia al respecto, por lo menos en aquel momento" asegura, para a continuación afirmar rotundamente que "si yo hubiera sabido la dolencia que sufría, no hubiera fumado, ya que ahora estaría mucho mejor. Por ignorancia, empeoré mi salud", comenta el paciente, quien es plenamente consciente que, de haber tenido más información, hubiera sido diagnosticado de forma más precoz y "no es lo mismo empezar a tratar hace 7 años que hace 15 o 20".
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