Oncología

Vall d'Hebron contribuye a impulsar un proyecto para mejorar la supervivencia en los cánceres de peor pronóstico

Rosalind es una iniciativa lanzada por la startup Cure51 que busca mejorar los resultados en cáncer de pulmón de células pequeñas, glioblastoma y cáncer de páncreas metastásico mediante el desarrollo de nuevos tratamientos

Imagen del interior de un laboratorio de genética
Imagen del interior de un laboratorio de genéticaL.R.

Existe una serie de tumores que resultan muy agresivos, con una supervivencia muy limitada, que en algunos casos gira en torno al año de vida. Estaríamos hablando de, por ejemplo, el cáncer de pulmón de células pequeñas, el de páncreas metastásico o el glioblastoma.

En todos ellos, el pronóstico es muy malo. Sin embargo, hay un porcentaje muy excepcional de pacientes que rompen con estas estadísticas al ser supervivientes de larga duración. De hecho, el 95% de los pacientes con estos tipos de tumores avanzados fallecen a los 9 meses o un año, mientras que entre un 3% y un 5% logran superar los cinco años.

Y es precisamente este último grupo el que se ha convertido en objeto del estudio en el marco del proyecto Rosalind, una iniciativa impulsada por la startup internacional de biotecnología Cure51 y que arrancó a finales de 2024 con la colaboración de los principales centros oncológicos del mundo, entre los que figuran cinco hospitales españoles: Vall d'Hebron, La Paz, Hospital del Mar, Infanta Sofía y Fundación Jiménez día.

Un proyecto colaborativo

"El objetivo es estudiar las muestras de estos pacientes de larga supervivencia, que tienen una biología más benigna, para poder imitarla con el fin de lograr que aquellos que no responden a las terapias estándar y, por lo tanto, tienen una supervivencia más limitada puedan vivir más años", explica Paloma Cejas, cofundadora de Cure51 y responsable de la Biología.

Para ello, ha sido necesario reunir a una cohorte significativa de pacientes con este tipo de tumores de larga supervivencia, que por ser una condición muy poco frecuente, ha requerido la implicación de centros oncológicos de todo el mundo, los cuales han aportado muestras de más de una millar de pacientes.

Entre éstos, hay cuatro cuya implicación ha ido más allá. Así, el Hospital de la Vall d'Hebron, el Centro León Bérard de Francia, el Charité Universitätsmedizin alemán y el Instituto Gustave Roussy de París, donde además Cure51 ha establecido el laboratorio donde se analizan todas las muestras, forman parte del grupo de centros fundadores del proyecto Rosalind.

Tecnología puntera

Sin esta colaboración, no hubiera sido posible poner en marcha esta iniciativa, en la que también juegan un papel imprescindible las tecnologías de última generación, que permiten llevar a cabo investigación molecular muy avanzada gracias a la cual es posible estudiar estos tumores con más detalle y precisión.

"Disponemos de tecnología de vanguardia y nos beneficiamos de técnicas muy innovadoras para poder estudiar el tumor espacialmente, en su contexto", indica la doctora Cejas. Y es que gracias a estas herramientas, los investigadores pueden analizar a muy alta resolución cada célula tumoral y sus características, así como su microambiente y contexto natural.

Al respecto, recuerda que "en los último años, ha tenido lugar un gran salto tecnológico en lo relativo al estudio molecular de los tumores y es ahora el momento de desarrollar este tipo de investigación".

"La idea es conocer la biología de esos pacientes de larga supervivencia que les permite controlar el tumor para, a partir de esos conocimientos, desarrollar tratamientos que nos permitan replicar esa biología más benigna", comenta la cofundadora de Cure51. En este contexto, cabe señalar que "existe evidencia ya acerca del papel relevante que juega el entorno del tumor en la evolución de la enfermedad", pero es necesario profundizar en ello y entender mejor esa relación.

En cualquier caso, desde que el proyecto recibiera mediante financiación semilla los 15 millones de euros necesarios para poner en marcha la investigación, ya se han obtenido resultados que la propia Paloma Cejas califica como "ilusionantes".

En este sentido es importante tener en cuenta que en lo relativo a estos tumores de tan mal pronóstico, "que son los peores, no ha habido avances en 20 años", destaca la doctora, quien además indica que "todo el conocimiento que vamos a almacenar en el marco de este proyecto se va a publicar y servirá también para avanzar en la comprensión y manejo de otros tumores".