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El mito de la civilización perdida de Cahokia queda desmentido

El análisis de heces humanas antiguas y otras pistas demográficas, cuestiona la narrativa sobre la legendaria desaparición de la metrópoli precolombina más emblemática de América del Norte

Recreación de la ciudad precolombina de Cahokia, junto al Mississipi - CAHOKIA MOUNDS HISTORIC STATE SITE/W.R. ISEMINGER
Recreación de la ciudad precolombina de Cahokia, junto al Mississipi - CAHOKIA MOUNDS HISTORIC STATE SITE/W.R. ISEMINGERCAHOKIA MOUNDS HISTORIC STATE SITE/W.R. ISEMINGERLa Razón

En su apogeo en el siglo XII, Cahokia, ubicada en lo que ahora es el sur de Illinois, fue el centro de la cultura de Mississippi y el hogar de decenas de miles de nativos americanos que cultivaron, pescaron, comerciaron y construyeron montículos rituales gigantes.

Hacia el siglo XV, Cahokia había sido abandonada debido a inundaciones, sequías, escasez de recursos y otros factores de despoblación. Pero, contrariamente a las nociones románticas de la civilización perdida de Cahokia, el éxodo no fue duradero, según un nuevo estudio de UC Berkeley.

El estudio aborda el “mito del indio desaparecido” que favorece el declive y la desaparición sobre la resistencia y persistencia de los nativos americanos, según asegura el autor principal A.J. White, estudiante de doctorado en antropología de la Universidad de California Berkeley.

“Uno pensaría que la región de Cahokia era un pueblo fantasma en el momento del contacto europeo, según el registro arqueológico”, afirma White en un comunicado. “Pero pudimos reconstruir una presencia de nativos americanos en el área que perduró durante siglos”, añade.

Los hallazgos, publicados recientemente en la revista ‘American Antiquity’, demuestran que una nueva ola de nativos americanos repobló la región en el siglo XVI y mantuvo una presencia constante allí durante el siglo XVIII, cuando las migraciones, la guerra, las enfermedades y el cambio ambiental condujeron a una reducción en la población local.

White y otros investigadores de la Universidad Estatal de California, Long Beach, la Universidad de Wisconsin-Madison y la Northeastern University analizaron el polen fósil, los restos de heces antiguas, carbón y otras pistas para reconstruir un estilo de vida post-Mississippi.

Su evidencia pinta una imagen de las comunidades construidas en torno al cultivo de maíz, la caza de bisontes y posiblemente incluso la quema controlada en los pastizales, lo que es consistente con las prácticas de una red de tribus conocida como la Confederación de Illinois.

A diferencia de los Mississippianos que estaban firmemente arraigados en la metrópoli de Cahokia, los miembros de la tribu de la Confederación de Illinois vagaron más lejos, atendiendo pequeñas granjas y jardines, cazando y dividiéndose en grupos más pequeños cuando los recursos escaseaban.

La pieza clave que mantenía unida la evidencia de su presencia en la región eran los “estanoles fecales” derivados de los desechos humanos preservados en las profundidades del sedimento bajo el lago Horseshoe, la principal área de captación de Cahokia.

Los estanoles fecales son moléculas orgánicas microscópicas producidas en nuestro intestino cuando digerimos alimentos, especialmente carne. Se excretan en nuestras heces y pueden conservarse en capas de sedimento durante cientos, si no miles, de años.

Debido a que los humanos producen estanoles fecales en cantidades mucho mayores que los animales, sus niveles pueden usarse para medir cambios importantes en la población de una región.

Para recopilar la evidencia, White y sus colegas remaron en el lago Horseshoe, que está adyacente al sitio histórico estatal Cahokia Mounds, y extrajeron muestras de lodo a unos tres metros debajo del lecho del lago. Al medir las concentraciones de estanoles fecales, pudieron medir los cambios en la población desde el período Mississippiano a través del contacto europeo.

Los datos de estanol fecal también se midieron en el primer estudio de White sobre los cambios demográficos del período Mississippiano de Cahokia, publicado el año pasado en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’. Descubrió que el cambio climático en forma de inundaciones y sequías consecutivas desempeñaba un papel clave en el éxodo de los habitantes de Mississippi de Cahokia.

Pero si bien muchos estudios se han centrado en las razones del declive de Cahokia, pocos han examinado la región después del éxodo de los Mississipi, cuya cultura se estima que se extendió por el medio oeste, el sudeste y el este de los Estados Unidos desde el año 700 dC hasta el siglo XVI.

El último estudio de White buscó llenar esos vacíos en la historia del área de Cahokia. “Hay muy poca evidencia arqueológica de una población indígena más allá de Cahokia, pero pudimos llenar los vacíos a través de datos históricos, climáticos y ecológicos, y la clave fue la evidencia de estanca fecal”, comenta White.

En general, los resultados sugieren que el declive de al cultura Mississippi no marcó el final de una presencia de nativos americanos en la región de Cahokia, sino que revela una compleja serie de migraciones, guerras y cambios ecológicos en los años 1500 y 1600, antes de que los europeos llegaran a la escena, según explica.

“La historia de Cahokia fue mucho más compleja que ‘adiós, nativos americanos, hola, europeos’, y nuestro estudio utiliza evidencia innovadora e inusual para demostrarlo”, concluye White. Ep