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Meteorología

Aquí nació la borrasca Olivier y esto nos espera en Semana Santa

Tras gestarse en Canarias, ya ha llegado a la península y ahora comenzaremos a ver sus efectos.

La borrasca Olivier impactará mañana miércoles en Canarias Meteored

La meteorología es una de las ciencias más complejas y son muchos los factores que pueden influir en la formación y evolución de los fenómenos que analizan los expertos. Tan compleja es que su estudio originó una de las frases más famosas: “el aleteo de una mariposa puede provocar un huracán en el otro extremo del mundo”. La explicación sencilla es que, en sistemas complejos, un cambio nimio en las primeras etapas provoca resultados completamente diferentes.

Y eso es algo que podríamos vincular con la borrasca Olivier. Y su relación con el vórtex polar. Pero vamos por pasos. La borrasca Olivier se formó como una baja fría aislada (básicamente una DANA) que comenzó a afectar al archipiélago canario el miércoles 9 de abril de 2025. Este tipo de sistemas se desarrolla cuando una masa de aire frío en altura se separa de la corriente general, generando inestabilidad atmosférica.

Olivier provocó fuertes chubascos y tormentas, especialmente en las islas occidentales, acompañados de intensas rachas de viento. Parte de esto tiene que ver con las presiones asociadas a Olivier (en torno a 1002 hPa), lo que representa valores inusualmente bajos para la región. A esto hay que sumarle vientos que superaron los 70 km/h en algunas regiones del archipiélago canario.

Su evolución natural la ha traído a la península, donde creará lluvias y tormenta junto a un descenso térmico a lo largo de la semana, al menos hasta el jueves 17 de abril, cuando se prevé una mejora general del tiempo, excepto en el noroeste peninsular.

Desenrollando el ovillo de Olivier, el primer nudo que nos encontramos es la baja fría aislada, también conocida como DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos). Básicamente, se trata de un fenómeno meteorológico que se produce cuando una masa de aire frío se desprende de la corriente de aire que circula a gran altura y queda, como su nombre indica, aislada, en niveles altos de la atmósfera. La clave es que ese aislamiento se produce sobre una zona donde hay aire más cálido.

Una de sus características más temidas no tiene que ver con sus efectos, sino con su “nacimiento”: son muy difíciles de predecir con precisión. A eso hay que sumarle que nuestro país, por su ubicación geográfica y su exposición al Mediterráneo, es especialmente vulnerable a este tipo de fenómenos.

De este modo, uniendo los puntos, la borrasca Olivier podría ser un buen ejemplo de baja fría aislada: se formó lejos de las corrientes dominantes y generó fuertes lluvias, viento y hasta nevadas en zonas elevadas.

Y entonces llega el nudo final. Una semana atrás mencionábamos que el vórtice polar ártico se estaba alejando del Polo Norte y se acercaba a Europa. Esto es importante porque existe una relación indirecta entre las DANA y el vórtice polar, aunque no siempre se manifiestan al mismo tiempo ni por las mismas causas directas.

Cuando el vórtice polar se debilita o se desestabiliza, permite que el aire frío se desplace hacia latitudes más bajas (como Europa o el norte de África). Y es este aire frío puede “descolgarse” y quedar aislado de la circulación general en altura, dando lugar a una DANA o baja fría aislada.

Así, el vórtice polar (o parte de él), al encontrarse con una atmósfera más cálida y húmeda (como el Mediterráneo), genera las condiciones ideales para el nacimiento de borrascas como Olivier.

De todos modos, hay que aclarar que no todas las DANA vienen del vórtice polar, aunque muchas están vinculadas a sus fluctuaciones. Y en este caso, la formación de Olivier coincide con la fecha en la que el vórtice polar ártico se estaba desestabilizando.