Salud

La ciencia lo ve claro: entrenar a largo plazo ayuda a eludir enfermedades de la edad

El secreto contra la inflamación crónica en la vejez podría estar en el gimnasio y no en el botiquín. La ciencia desvela ahora cómo el ejercicio de resistencia moldea un sistema inmunitario más eficiente y equilibrado en los adultos mayores

Diferentes órganos del cuerpo humano
Diferentes órganos del cuerpo humanoAHA

A priori, podría parecer una contradicción, pero los atletas veteranos, también conocidos como máster, presumen de un sistema inmunitario más «inteligente» que el de sus homólogos más jóvenes. La sorpresa salta al comparar la reacción de sus organismos ante el estrés físico: los deportistas de mayor edad muestran una respuesta inflamatoria más controlada y equilibrada, lo que sugiere que el entrenamiento constante no solo fortalece las defensas, sino que las educa para reaccionar de forma más precisa y menos desbocada.

En este sentido, la capacidad para regular la inflamación es uno de los secretos de un envejecimiento saludable. No se trata tanto de tener una respuesta inmunitaria más agresiva, sino más bien de una que sepa cuándo y cómo actuar sin causar daños colaterales. Esta modulación es crucial para eludir enfermedades crónicas asociadas a la edad, que a menudo tienen su origen en una inflamación descontrolada que se perpetúa en el tiempo y deteriora la calidad de vida.

La explicación a este fenómeno se esconde en el ejército celular que nos defiende, y más concretamente, en las llamadas células «natural killer» o NK. En las personas mayores que han practicado ejercicio de resistencia durante años, estas células son metabólicamente superiores y tienen una mayor capacidad de adaptación, tal y como han publicado en SciTechDaily. En esencia, el ejercicio de fondo construye una primera línea de defensa mucho más robusta y eficiente para combatir las agresiones externas.

Un sistema inmunitario que aprende a regularse

De hecho, la resiliencia de estas células inmunitarias es asombrosa. En pruebas de laboratorio, los investigadores comprobaron que las células NK de los adultos mayores entrenados funcionaron incluso con vías metabólicas bloqueadas artificialmente. Se trata de una resistencia notable que, sin embargo, no se observó en las células procedentes de individuos sedentarios, demostrando que el deporte confiere una ventaja biológica tangible a nivel celular.

Asimismo, esta superioridad se traduce en resultados medibles al analizar la sangre de los individuos. Al comparar a los adultos mayores deportistas con sus pares sedentarios, los primeros presentaban una menor cantidad de marcadores inflamatorios en su organismo. A su vez, contaban con un mayor número de agentes antiinflamatorios, confirmando que su cuerpo está mejor preparado para mantener a raya la inflamación crónica.

Por todo ello, la actividad física constante se revela no solo como un pilar para mantenerse en forma, sino como la forja de un escudo interno que aprende y se adapta con el paso de los años. Más que un simple pasatiempo, el deporte de resistencia es una herramienta de primer orden para construir un sistema de defensas más resiliente, capaz de afrontar el envejecimiento con mayores garantías de salud.

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