
Salud
El ejercicio que puedes copiar de los astronautas para mejorar tu forma física
Uno de los efectos de la baja gravedad es la pérdida de masa muscular y el debilitamiento de los cartílagos, un estudio sugiere como revertir esto, tanto en astronautas como en el resto de la población.

En cierto sentido, los viajes al espacio son también un viaje en el tiempo, un curso acelerado sobre envejecimiento: perdemos masa muscular, se deterioran algunas de nuestras facultades como la vista o el oído y nuestros cartílagos se debilitan. Esto se sabe desde hace tiempo y con el objetivo de proteger a los astronautas contra estos efectos secundarios provocados por la baja gravedad, se han desarrollado diferentes programas de ejercicio físico. El último de ellos es un hallazgo de la Universidad Johns Hopkins.
Un aspecto crucial de los astronautas es la necesidad de un buen estado físico, acorde con su capacidad para realizar caminatas espaciales, manejar equipos y reparaciones y llevar a cabo otras tareas físicamente exigentes.
Científicos de la Universidad Johns Hopkins, liderados por Marco Chiaberge, han descubierto que los ejercicios de salto podrían ayudar a los astronautas a prevenir el tipo de daño en el cartílago que probablemente sufrirán durante las largas misiones a Marte y la Luna. Los resultados, publicados en Microgravity, muestran que el cartílago de la rodilla se volvió más saludable después de este tipo de ejercicios.
“Dado que el siguiente paso en la exploración humana del espacio es ir a Marte y pasar largos períodos de tiempo en bases permanentes en la Luna, el daño del cartílago es un problema realmente importante que las agencias espaciales deben abordar a pesar de lo poco que se entiende – señala Chiaberge, en un comunicado -. El efecto positivo que vimos es enorme y la magnitud del mismo fue inesperada. Básicamente, pueden hacer que su cartílago sea más grueso si saltan. Tal vez los astronautas podrían usar un entrenamiento similar antes de su vuelo como medida preventiva”.
El cartílago sano es esencial para el movimiento sin dolor, ya que amortigua las articulaciones y disminuye la fricción ósea. Pero el cartílago se cura lentamente y no se regenera tan rápido como otros tejidos. Los períodos prolongados de inactividad, ya sea por reposo en cama, lesión o viaje espacial, pueden acelerar la degradación del cartílago. La radiación espacial también puede acelerar este efecto, y los experimentos de la Agencia Espacial Europea han mostrado evidencia de degradación del cartílago en astronautas que pasan varios meses a bordo de la Estación Espacial Internacional.
“Piense en enviar a alguien a un viaje a Marte, llega allí y no puede caminar porque desarrolló osteoartritis en las rodillas o las caderas y sus articulaciones no funcionan – añade Chiaberge -. Los astronautas también realizan caminatas espaciales a menudo. Han reparado el telescopio espacial Hubble cinco veces y, en el futuro, tendrán que pasar más tiempo en el espacio y en la Luna, donde construiremos telescopios más grandes para explorar el universo y donde tendrán que mantenerse lo más sanos posible”.
El equipo de Chiaberge descubrió que, después de un programa de nueve semanas de movimiento reducido se experimenta un adelgazamiento del cartílago y agrupamiento celular, ambos indicadores tempranos de artritis. Pero después de realizar entrenamiento de salto tres veces por semana, se vio el efecto opuesto: cartílago más grueso, más del doble, y saludable con estructura celular normal.
Saltar también mejoró la fuerza ósea, hasta un 15% más de densidad mineral, mientras que el hueso trabecular (tejido óseo esponjoso que absorbe el impacto) era significativamente más grueso y más robusto.
“La fuerza de las piernas es particularmente importante y se ve muy afectada por la microgravedad, por lo que cualquier procedimiento que pueda abordar múltiples aspectos de la pérdida de masa muscular, y tal vez incluso reducir el requisito de ejercicio diario de dos horas en el espacio, sería más que bienvenido – concluye el coautor Mark Shelhamer -. El mismo razonamiento se aplica a la integridad ósea, incluido el cartílago. Cada vez se reconoce más la importancia del cartílago como un componente distintivo de la integridad ósea, y este estudio contribuye a esa comprensión”.
La letra pequeña del estudio es que se ha realizado en ratones, por lo que los autores reconocen que deben confirmar si los humanos disfrutaríamos de los mismos beneficios, pero también destacan que los hallazgos ofrecen información prometedora para proteger el cartílago y la estructura ósea.
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