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Geología

Por eso no hay montañas en la Tierra que superen los 9.000 metros de altura

En planetas más pequeños como Marte, las montañas son capaces de hasta duplicar la altura máxima del punto más alto en el nuestro

Cima del Everest, punto más alto de la Tierra Vyacheslav ArgenbergWikipedia

Los más aventureros lo consideran una visita obligada, incluso si el tiempo y otros factores no acompañan a la situación. Con sus 8.849 metros de altura, el Everest se impone como la montaña más grande del planeta Tierra. En su cima, respirar se convierte en todo un desafío, al igual que seguir sintiendo las extremidades.

Aunque escalar los conocidos 'ochomiles' es un reto no apto para cualquiera, lo cierto es que sería una tarea bastante sencilla para unos hipotéticos habitantes de otros planetas de la galaxia. Es el caso de nuestro vecino Marte; posee la montaña más grande del sistema solar. Con más de 22.000 metros de altura, el Monte Olimpo es aproximadamente 2,5 veces más elevado que el Everest.

¿Una montaña más grande en un planeta más pequeño?

Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Harvard en los años 80 determinaba que, si bien el Everest roza los 9.000 metros de altura, este podría haberse elevado hasta los 45.000 metros. Andando, sería aproximadamente la distancia que hay andando entre los municipios madrileños de Alcalá de Henares y Leganés.

Pero, ¿por qué la montaña más grande del planeta solo se ha alzado una quinta parte de su capacidad? Haakon Fossen, profesor de geología de la Universidad de Bergen, explicó a un medio de comunicación noruego que, en montañas de más de 5.000 metros de altura, la presión es tan alta que la roca es capaz de volverse plástica. Por lo tanto, terminan deformándose y encogiendo muy lentamente.

"Es más fácil que se formen altas montañas durante los primeros 15 a 20 millones de años posteriores a la colisión (de las placas tectónicas)", sostuvo Fossen. El experto destacó en sus declaraciones que el efecto de este hundimiento había encontrado sus excepciones tanto en el Everest como en el K2, de ahí que muy pocas montañas posean una altura que exceda bastante los 5.000 metros.

Rachel Headley, doctora en ciencias medioambientales, declaraba en su caso a la BBC para explicar que la humedad era uno de los responsables de la limitación de altura de las montañas terrestres. "Básicamente, la presencia de agua, ya sea en forma de hielo, nieve o lluvia, limita considerablemente el crecimiento de las montañas", comentaba Headley.

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