
Aviones de combate
Portugal se desprende de sus aviones estadounidenses: las fuerzas aéreas tendrán cazas de combate europeos
La batalla por el cielo portugués se recrudece. El consorcio europeo del Eurofighter, del que forma parte España, mueve ficha y desafía a Estados Unidos para sustituir la flota de cazas F-16 del país vecino

El Gobierno de Portugal se enfrenta a un dilema que trasciende la mera adquisición de material militar. Sobre la mesa se libra un pulso tecnológico y estratégico entre dos filosofías: continuar con la tradicional alianza norteamericana, encarnada en el caza F-35 de quinta generación, o apostar por una solución netamente europea. La preferencia que la Fuerza Aérea lusa había manifestado por el modelo estadounidense parecía dejar el camino despejado, pero la irrupción de un competidor continental ha reabierto el debate por completo. Esta preferencia inicial por el modelo estadounidense, sin embargo, se enfrenta al debate sobre los desafíos del propio programa, como las limitaciones en sus futuras actualizaciones por cuestiones de diseño.
De hecho, el gigante aeroespacial Airbus ha decidido mover ficha y ha lanzado una potente ofensiva comercial en el país vecino. Su propuesta es clara y directa: convertir al caza Eurofighter en el sucesor de la actual flota de casi treinta F-16, que durante años ha constituido la espina dorsal de su defensa aérea. Para ello, la compañía europea no ha dudado en buscar un socio local de peso, formalizando una alianza con el Clúster AED, la principal agrupación de empresas portuguesas del sector.
La baza principal de Airbus, sin embargo, no es solo militar, sino profundamente industrial. La compañía ya mantiene una estrecha relación con el tejido productivo luso, colaborando con más de una treintena de empresas y generando, tal y como han publicado en Defensa.com, alrededor de 1.500 empleos directos e indirectos. Esta realidad convierte la oferta del Eurofighter en una propuesta con un considerable retorno económico, un argumento de peso en cualquier negociación de esta envergadura.
Una decisión que trasciende lo militar
En este sentido, el Eurofighter no es una apuesta improvisada, sino un proyecto de éxito contrastado en el panorama de la defensa europea. Nacido de la colaboración entre Alemania, Italia, Reino Unido y España, este programa ha demostrado su fiabilidad con más de 740 aeronaves encargadas por nueve fuerzas aéreas de primer nivel en todo el mundo, lo que avala su rendimiento en múltiples escenarios operativos. La elección del caza estadounidense se enmarca en una tendencia continental, donde la adquisición de F-35 por parte de otros países europeos está redefiniendo el panorama de la defensa aérea en la región.
Además, Airbus pone sobre la mesa una garantía de futuro. La compañía ha diseñado una hoja de ruta tecnológica que asegura la plena vigencia de la plataforma durante las próximas décadas, con una operatividad garantizada hasta más allá de 2060. Esta promesa de continua modernización asegura que el caza mantendrá su capacidad de disuasión frente a amenazas futuras, reforzando la idea de una inversión a largo plazo para la soberanía estratégica de Portugal dentro del marco europeo.
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