Envejecimiento
La española más longeva de la historia reveló, en un estudio, su alimento secreto antes de morir
María Branyas Morera tenía 117 años cuando falleció en agosto de 2024, pero algunos aspectos de su biología la hacían parecer mucho más joven, según un estudio.
De acuerdo con el Libro Guinness de los Récords, entidad que valida los registros, entre otros, de longevidad, María Branyas Morera nació en San Francisco en 1907 y vivió en Texas y Luisiana antes de mudarse a España en 1915 con sus padres, nacidos en España. Salvo por la pérdida de audición y los problemas de movilidad, se mantuvo sana y con lucidez cognitiva hasta su muerte. Un alimento podría ser la razón.
Antes de fallecer en una residencia en Cataluña, Branyas mantuvo el récord de la persona viva más longeva del mundo durante aproximadamente un año y medio. Ahora, un estudio de muestras de orina, sangre, heces y saliva recolectadas de Branyas durante su último año de vida revela que poseía una serie de factores que potencialmente la protegieron contra enfermedades. Estos incluyen genes asociados con la función inmunitaria, niveles óptimos de colesterol y un alto nivel de bacterias que combaten la inflamación en el intestino.
El estudio, liderado por Manel Esteller, podría ayudar a revelar factores clave que ayudan a algunas personas a prevenir enfermedades y a sobrevivir hasta edades muy avanzadas. El equipo de Esteller señala que uno de los objetivos del estudio era encontrar una explicación a la diferencia entre longevidad extrema (una vida larga y saludable) y ser muy anciano (solo envejecer) y la clave es no padecer las enfermedades propias de la vejez.
El equipo de Esteller analizó los genes, las células inmunitarias, los niveles sanguíneos de lípidos y las proteínas de Branyas en sus tejidos, comparando sus resultados con los de personas más jóvenes que se habían sometido a pruebas similares. Por ejemplo, compararon los resultados genéticos de Branyas con los de otras 75 mujeres españolas del Proyecto 1000 Genomas, un esfuerzo para mapear la variación en el genoma humano. Esta comparación reveló siete variantes genéticas raras en el genoma de Branyas que nunca se habían detectado en poblaciones europeas.
Estas variantes, o versiones distintas de genes, estaban relacionadas con la función cognitiva, la función inmunitaria, la función pulmonar, las enfermedades cardíacas, el cáncer y los trastornos autoinmunes. La especulación de los autores es que estas variaciones podrían haber protegido a Branyas contra estas enfermedades y mejorado la función orgánica.
También descubrieron que Branyas tenía una excelente función mitocondrial, lo que significa que las centrales eléctricas que proporcionan energía a las células funcionaban mejor que las de mujeres más jóvenes. Además, tenía niveles saludables de colesterol y una alta producción de proteínas beneficiosas para la función inmunitaria.
Y según sus muestras de heces, su microbioma intestinal era distinto al de personas de entre 61 y 91 años estudiadas previamente. En particular, mostró un alto nivel de actinobacterias, que suelen disminuir con la vejez. Las bacterias del género Bifidobacterium, conocidas por excretar compuestos antiinflamatorios, fueron especialmente prevalentes. Esto contrasta con el “declive típico de este género bacteriano en personas mayores”, señala el estudio.
“Tenía estas bacterias en el intestino que la protegían contra la inflamación, y las tenía por dos razones – teoriza Esteller -. El genoma era muy acogedor con la población, pero también se debía a su alimentación”. La propia Branyas aseguraba consumir tres yogures al día y los alimentos fermentados, como el yogur, contienen probióticos, o microorganismos vivos que pueden reponer y mantener el microbioma intestinal.
¿Qué nos dice el estudio sobre el envejecimiento? Sí, los yogures pueden ser beneficiosos, pero también hay que contar con variedades de genes que colaboran con una longevidad mayor. “Dados los hallazgos del estudio – concluye Esteller -, quizás podamos pensar en realizar intervenciones incluyendo posibles fármacos para aumentar la esperanza de vida”.