Universo

Éste es el mapa tridimensional más preciso de nuestro universo

El instrumento DESI ha observado más de 450.000 cuásares para estudiar los últimos 11.000 millones de años de nuestro universo

DESI ha creado el mapa tridimensional más grande de nuestro universo hasta la fecha. La Tierra se encuentra en el vértice de esta delgada sección del mapa completo. En la sección ampliada, es fácil ver la estructura subyacente de la materia en nuestro universo.
DESI ha creado el mapa tridimensional más grande de nuestro universo hasta la fecha. La Tierra se encuentra en el vértice de esta delgada sección del mapa completo. En la sección ampliada, es fácil ver la estructura subyacente de la materia en nuestro universo. Claire Lamman/DESI collaborationEurekalert

Un estudio reciente ha batido récords y nos ofrece el mapa tridimensional más completo de nuestro universo en expansión. Nunca se había medido la historia de nuestro universo con una precisión del 1%, como ha hecho este estudio y, gracias a ese nivel de detalle podremos entender mejor que nunca cómo se ha ido expandiendo e incluso la naturaleza de la materia oscura y la energía oscura.

Este récord se ha batido desde el Kitt Peak National Observatory, en Arizona y, para ello, han empleado un dispositivo conocido como DESI (instrumento espectroscópico para la energía oscura). Tras este contraste entre la inocencia de su nombre abreviado y su intimidante expansión, hay un trabajo faraónico que durará 3 años más. Si ahora DESI ya ha observado más de 450.000 cuásares, la meta es muy superior, y se estima que para 2026 este número haya crecido hasta los 3 millones y 37 millones de galaxias.

Cartografiando el cosmos

Es posible que te estés preguntando cómo funciona DESI y, aunque los detalles escapan a este artículo, hay un punto importante a resaltar. Todos nos hacemos una idea de cómo medir, al menos, dos coordenadas de un objeto que se nos presenta en el cielo nocturno. Se trata de dos ángulos, uno se mide desde el suelo hasta encontrar el objeto e indica la altura a la que está, a eso le llamamos “elevación”.

Luego, para calcular cómo de escorado a la derecha o a la izquierda está, medimos el ángulo que forma el objeto proyectado sobre el suelo, respecto a la línea que marca el norte y a ese dato le llamamos azimut. Con saber que el azimut se mide en sentido de las agujas del reloj tenemos todo para despachar superficialmente esas dos dimensiones, pero falta una mucho más liosa, la profundidad.

Un estudio muy profundo

La solución en este caso viene de las oscilaciones acústicas de bariones o BAOs. DESI solo puede ver 11.000 millones de años en el pasado, pero antes de eso el universo era una sopa de partículas, por decirlo así. Una sopa que se movía con tímidas oleadas, ondas donde las partículas estaban más cerca o más lejos de la media.

Al expandirse y enfriarse, algunas de las zonas con más densidad de partículas dieron lugar a zonas con una mayor densidad de galaxias y zonas especialmente vacías. A grandes rasgos, estas “burbujas” poco densas son la clave, porque en función de su tamaño, los astrónomos pueden calcularla distancia a la que se encuentra y así podemos medir la profundidad para ubicar esos puntos en esa dimensión que faltaba en nuestro mapa tridimensional.

Dividiendo el cielo

Conocer cómo era la distribución de la materia en el universo antiguo es clave para comprender la evolución del universo. Cuanto más lejos miremos más atrás nos estamos remontando, ya que la luz tarda un tiempo en llegar a nosotros desde los confines del universo.

Por eso, algo que está a 11.000 millones de años luz tardará ese mismo tiempo en llegar a nosotros y, si lo observamos, estaremos viendo cómo era hace ese tiempo, cuando el universo era joven y emitió aquella luz. Así pues, aprovechando los BAOs, los científicos han dividido su mapa en regiones cada vez más lejanas que representan diferentes fases en la formación del universo tal y como lo conocemos.

¿Estamos equivocados?

Una formación que, hasta ahora, estudiamos con un modelo conocido Lambda-CDM, donde la materia ordinaria, la energía oscura y la materia oscura condicionan la evolución del universo. Por un lado, la materia ordinaria y la materia oscura ejercen gravedad y deberían atraerse mutuamente. Sin embargo, el universo se expande, y eso es gracias a la energía oscura, que contrarresta a esta gravedad.

Cabe la posibilidad de que este modelo sea correcto y la energía oscura (lambda) y la materia oscura fría (CDM) sean responsables de este ritmo de expansión. Pero también es posible que la gravedad se comporte de forma extraña a escalas cosmológicas y que la relatividad necesite, como poco, algunos ajustes para explicar que pueda ser repulsiva cuando actúa entre estructuras de tamaño absolutamente descomunal.

Y por son tan importantes investigaciones como esta de DESI, porque nos hablan de los misterios más fundamentales de nuestro universo, misterios que, al resolverse, pueden cambiar por completo cómo entendemos la realidad.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Aunque este estudio investigue el pasado del universo, comprender la tendencia que ha seguido hasta nuestros días nos ayuda a estimar cómo se va a comportar en un futuro y, por lo tanto, qué le espera a nuestro universo.

REFERENCIAS (MLA):

  • Datos tomados por el DESI: [[LINK:EXTERNO|||https://nam02.safelinks.protection.outlook.com/?url=https%3A%2F%2Fdata.desi.lbl.gov%2Fdoc%2Fpapers%2F&data=05%7C02%7Camanda.siegfried%40utdallas.edu%7C88624abb6d0f4dabe48e08dc52821ad6%7C8d281d1d9c4d4bf7b16e032d15de9f6c%7C0%7C0%7C638475968023416425%7CUnknown%7CTWFpbGZsb3d8eyJWIjoiMC4wLjAwMDAiLCJQIjoiV2luMzIiLCJBTiI6Ik1haWwiLCJXVCI6Mn0%3D%7C0%7C%7C%7C&sdata=CK0Tyugot2BsIXQY7aNwUiPkFdPdZ3wWH0KnZZVZKjA%3D&reserved=0" target="_blank">]]