ADN
La genética descubre los restos de una posible sociedad matriarcal de la Edad de Bronce
Investigadores de la Universidad de Bournemouth han analizado a más de 50 individuos de la Edad de Bronce emparentados por línea materna
Cuando decimos que el ADN guarda escrita nuestra historia, claramente, estamos exagerando. No obstante, investigaciones como la publicada hoy en Nature se saltan las metáforas y parecen tomar la frase al pie de la letra. Gracias a la genética, un grupo de investigadores de la Universidad de Bournemouth, en Inglaterra, ha identificado, posiblemente, la primera sociedad matrilineal conocida de la Edad de Bronce europea. Que, en palabras llanas y haciendo algunas concesiones, significa que los hombres de esa cultura acostumbraban a mudarse al territorio de sus mujeres al casarse y no al revés. Un rasgo que, sumado a lo que la historia nos cuenta a partir de textos romanos, podría apoyar la idea de que estamos ante una sociedad matriarcal (una de las pocas) de aquella antigua Europa.
Pero, antes de empezar, hay tres términos que conviene aclarar, porque a pesar de ser los propios objetos de estudio de la antropología cultural, desconocemos bastante el vocabulario con el que hablan de nosotros. Una sociedad matriarcal hipotética sería aquella donde las mujeres tienen autoridad absoluta sobre la familia y la comunidad. Por otro lado, una sociedad matrilineal traza su árbol genealógico a través de la línea materna (por simplificarlo así). El término matrilocal o uxorilocal se refiere a la regla donde los recién casados residen con o cerca de los parientes de la esposa respectivamente. En cualquier caso, ninguno de estos conceptos debe confundirse con una sociedad feminista o igualitaria. Y ahora sí… ¿qué es lo que han encontrado exactamente los investigadores de la Universidad de Bournemouth?
Escrito en tus genes
Para obtener respuestas, los científicos exhumaron restos de más de 50 individuos fallecidos en lo que ahora es Dorset en torno al 43 d.C., cuando los romanos conquistaron aquellas tierras. Y, aunque el ADN se degrada con el tiempo, si las nuevas tecnologías han logrado que recuperemos el material genético de un mamut de hace 4.000 años, cómo no vamos a recuperar uno de hace poco más de 2.000. Aunque, la verdadera clave para que el material genético sobreviva relativamente inalterado al paso del tiempo está en las condicione ambientales, en la temperatura, la acidez del suelo, la humedad. Normalmente, se conserva bastante bien el ADN de los cuerpos conservados en permafrost (el hielo que permanece sólido todo el año).
Por suerte, los investigadores lograron extrae la suficiente información para trazar las relaciones de parentesco entre los propietarios de aquellos restos y no había duda. La práctica totalidad de las mujeres eran descendientes de un único ancestro común. Esto significa que en ese cementerio estaban enterradas mujeres emparentadas por la sangre a lo largo de generaciones, mientras que los hombres, si bien eran padres y abuelos de algunas, no estaban enterrados con sus madres. Reconstruyendo un poco los hechos pudieron concluir que, probablemente, llegados a la madurez, los varones se iban de la comunidad donde habían nacido y buscaban a una mujer en otra, donde se establecían. Por supuesto, podríamos imaginar que ocurría al revés pero que, al morir, ambos eran enterrados en la comunidad de la mujer, pero es un escenario innecesariamente complicado.
Matrilineal… ¿y matriarcal?
Según las definiciones que hemos dado, podemos decir que se trataría de una comunidad uxorilocal o matrilocal, pero con casi total seguridad, matrilineal, pudiendo trazar con especial facilidad el parentesco entre aquellos que viven en la misma comunidad y que, por lo que revela el ADN, tenían su nexo sanguíneo (por decirlo así), en las mujeres. Ahora bien… cómo podemos saber si a esta matrilinealidad se asociaba cierta autoridad de las mujeres como para hablar de una sociedad “matriarcal”, aunque fuera en el seno de la familia. Ahí es donde tenemos que tomar testimonios históricos.
Según el Dr. Miles Russell, director de la excavación y coautor del estudio: “Más allá de la arqueología, el conocimiento de la Edad del Hierro en Gran Bretaña proviene principalmente de escritores griegos y romanos, pero no siempre se los considera los más confiables. Dicho esto, sus comentarios sobre las mujeres británicas son notables a la luz de estos hallazgos. Cuando los romanos llegaron, se sorprendieron al encontrar mujeres ocupando posiciones de poder. Dos de las primeras gobernantes registradas fueron reinas: Boudica y Cartimandua, quienes comandaron ejércitos. Se ha sugerido que los romanos exageraron las libertades de las mujeres británicas para pintar un cuadro de una sociedad salvaje. Pero la arqueología, y ahora la genética, implican que las mujeres fueron influyentes en muchas esferas de la vida en la Edad del Hierro. De hecho, es posible que la ascendencia materna fuera el principal moldeador de las identidades grupales.”
Conclusiones que, tal vez, podrían extenderse a otras comunidades de la Edad del Bronce en la actual Inglaterra. Y es que Dan Bradley, profesor de Genética de Población en el Departamento de Genética de Trinity y coautor del estudio señala que “En toda Gran Bretaña vimos cementerios donde la mayoría de los individuos descendían maternalmente de un pequeño grupo de ancestras femeninas. En Yorkshire, por ejemplo, una línea matrilineal dominante se había establecido antes del 400 a.C. Para nuestra sorpresa, este era un fenómeno extendido con raíces profundas en la isla”. Nos queda mucho por saber sobre nuestro pasado, pero ahora que contamos con la genética, los textos históricos brillan con una luz nueva.
QUE NO TE LA CUELEN:
- Cuando decimos que podían ser una sociedad matriarcal no hacemos referencia a que las mujeres ostentaran todo el poder, ni siquiera a que tuvieran la última palabra. El ejemplo más cercano al concepto popular de matriarcado son los minangkabau, una comunidad indígena musulmana de cuatro millones que habita en Sumatra. En ella, las propiedades, los apellidos y las tierras se heredan de madre a hija.
REFERENCIAS (MLA):
- Cassidy, Lara, et al. “Ancient Genomes Reveal an Iron Age Society Centred on Women.” Nature, 15 Jan. 2025, doi:10.1038/s41586-024-08409-6.