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En las últimas dos décadas, se han publicado casi medio millón de artículos científicos plagiados

Solo el año pasado la cifra alcanzó los 70.000 según un análisis publicado en Nature… que suponemos original.

Ciencia
Detrás de un artículo científico podría haber cientos similaresGeraltGeralt

Es uno de los grandes problemas de la ciencia (y de los científicos) de la actualidad. No tiene que ver con el presupuesto, la capacidad de innovación ni con las leyes de experimentación, sino con la necesidad de “publicar o morir” a la que se enfrentan muchos científicos. Y enriquecen a muchas publicidades. Esto ha llevado a un notable aumento del plagio y, tecnología mediante, a una facilidad nunca vista en las opciones para ello. Tanto que un nuevo estudio señala que cientos de miles de estudios se han plagiado en la última década.

Las cifras, si resultan correctas, señalan que desde hace 20 años se han plagiado, de forma constante, sin respetar sábados, domingos, festivos ni pandemia, más de dos artículos por hora… Y si lo limitamos al último año, la cifra es de un artículo científico plagiado cada 7 minutos.

De acuerdo con un análisis publicado en Nature, en las últimas dos décadas se han publicado más de 400.000 artículos de investigación que muestran fuertes similitudes textuales con estudios conocidos producidos por las “fábricas de estudios”, centros que generan enormes cantidades de artículos científicos como si fueran churros. Y también merinas, que todo da igual.

Solo el año pasado se publicaron alrededor de 70.000 de ellos. El análisis estima que entre el 1,5% y el 2% de todos los artículos científicos publicados en 2022 se parecen mucho a trabajos de “fábricas de estudios”. Entre los artículos de biología y medicina, la tasa aumenta al 3%.

Sin investigaciones individuales, es imposible saber si todos estos artículos son en realidad productos de estas “fábricas de estudios”. Pero la proporción es una estimación conservadora, señala Adam Day, director de la empresa de servicios de datos académicos Clear Skies en Londres, quien realizó el análisis utilizando un software de aprendizaje automático que él mismo desarrolló.

Los estudios de las fábricas de estudios se producen en grandes lotes a gran velocidad y, a menudo, siguen plantillas específicas, con ocasionales intercambios de palabras o imágenes. Day configuró su software para analizar los títulos y resúmenes de más de 48 millones de estudios publicados desde el año 2000, enumerados en OpenAlex, un índice abierto de artículos de investigación que se lanzó el año pasado.

Para David Bimler, experto en este tipo de plagios, el “enfoque de similitud estilística de Day es el mejor que tenemos en este momento” para estimar la prevalencia de los estudios reales sobre los plagios. Day también examinó un subconjunto más pequeño de 2,85 millones de trabajos publicados en 2022, para los cuales se registró un área temática en la base de datos OpenAlex. Los resultados mostraron que alrededor del 2,2% de ellos se parecían a estudios nacidos en estas fábricas, pero la tasa variaba según el tema. Un informe de junio de 2022 del Comité de Ética en Publicaciones, coincide con estas cifras, aunque también señala que las cifras podría ser superiores al 40% para otras publicaciones.

En mayo, Bernhard Sabel, neuropsicólogo de la Universidad Otto-von-Guericke en Magdeburgo, Alemania, publicó un estudio sugiriendo que cualquier artículo cuyo autor estuviera afiliado a un hospital y proporcionara una dirección de correo electrónico no académica debería marcarse como posible publicación de la fábrica de papel. Sabel estimó que entre el 20% y el 30% de los artículos sobre medicina y neurociencia en 2020 eran posibles productos de estos sitios, pero redujo esta cifra al 11% en una revisión publicada este octubre.

Cualquiera que sea la magnitud del problema, parece claro que es necesario un cambio. La base de datos de retractaciones más grande del mundo, compilada por el sitio web Retraction Watch, registra menos de 3.000 retractaciones relacionadas con la actividad de las “fábricas de estudios”, de un total de 44.000. Se trata de un recuento insuficiente, afirma el cofundador del sitio, Ivan Oransky, porque los encargados de la base de datos todavía introducen miles de retractaciones y algunos editores evitan el término “fábrica de estudio” en los avisos de retractación.

Pero hasta que no se pongan controles, mientras no se instigue a publicar ante todo y no haya quien se enriquezca con las publicaciones, lo más probable es que esto siga ocurriendo.