Exploración espacial
“Tronco, vamos al espacio”: la NASA lanza un satélite de madera
De acuerdo con los responsables de su desarrollo se trata de un material muy adecuado para el espacio.
Siempre se habla de las capacidades, el tamaño o la complejidad de los satélites, pero rara vez el eje de la cuestión está en los materiales que se utilizan: se asume que los metales son la mejor opción y que así ha sido y será siempre. La realidad es que el avance de la ciencia y la tecnología a menudo se encuentra en decisiones inesperadas. Como la de lanzar un satélite de madera.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Kyoto ha estado trabajando en un satélite hecho de madera durante varios años y ahora afirman que ya está programado para lanzarse al espacio el próximo verano en una misión conjunta entre la agencia espacial japonesa JAXS y la NASA.
Si bien puede parecer una elección de materiales extraña, dicen que la madera es un material sorprendentemente adecuado para el espacio. "Cuando se utiliza madera en la Tierra, se tiene el problema de quemarse, pudrirse y deformarse, pero en el espacio no se tienen esos problemas: en el espacio no hay oxígeno, por lo que no se quema, ni hay organismo que los invadan y los deterioren”, señala Koji Murata, de la Universidad de Kyoto, en una entrevista.
Otro factor importante es que la madera es, a igual peso, tan fuerte como el aluminio, según Murata, y puede quemarse fácilmente en la atmósfera una vez desmantelado. Además, investigaciones previas (en laboratorios terrestres) han demostrado la sorprendente capacidad de la madera para soportar una amplia gama de temperaturas, de -150º a 150º. Las condiciones simuladas de casi vacío también dieron como resultado un deterioro estructural insignificante de la madera.
Se trata sin duda de una visión diferente de un futuro sostenible y tecnológico que lidia con el problema de la basura espacial de un modo inesperado, al mismo tiempo que reduce los costes de producción de satélites.
El satélite de Murata y su equipo, denominado LignoSat, está construido con madera de magnolia y se lanzará al espacio como parte del Programa J-Cube de JAXA, una iniciativa de microsatélites que promueve tecnologías espaciales prometedoras. El objetivo es monitorear el pequeño satélite durante al menos seis meses para ver cómo responde a los cambios extremos de temperatura.
"No sabemos hasta qué punto el satélite puede soportar este ciclo intenso y repetido de diferencia de temperatura, por lo que hay que investigarlo", concluye Murata.
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