
Espacio
El riesgo de colisión del asteroide 2024 YR4 ha aumentado, pero no significa lo que piensas
Es esperable que la probabilidad de colisión aumente cuando va a haber un impacto, pero también que lo haga justo antes de volverse cero

La mayoría de las noticias sobre asteroides son exageraciones. Vaticinan impactos inminentes en nombre de agencias espaciales que ni siquiera han abierto la boca. Sin embargo, el caso de 2024 YR4 es diferente. Esta vez los titulares están en lo cierto: la NASA y la ESA anuncian que ha aumentado el riesgo de que 2024 YR4 choque con la Tierra el 22 de diciembre de 2032. Y, de hecho, las agencias espaciales y las instituciones pertinentes han considerado a este asteroide lo suficientemente importante como para dirigir sus miradas y estudiar con más detalle su órbita. Ahora bien… ¿Qué significa realmente que el riesgo de impacto haya aumentado de 1,6% a 2,3%?
Cuantificar el mundo es una de las herramientas más exitosas de la ciencia, pero los números son solo números, para interpretarlos necesitamos un contexto. Un contexto que empieza el 27 de diciembre de 2024, cuando el telescopio ATLAS en Río Hurtado, Chile, detectó por primera vez a 2024 YR4. Sin embargo, a partir de una única imagen no podemos deducir la trayectoria de un asteroide, necesitaremos al menos dos para saber hacia dónde se desplaza y una tercera para empezar a intuir la curvatura de su órbita. Cuantas más imágenes tengamos más seguros podemos estar de que la órbita calculada es correcta y que no se ha visto afectada por errores en nuestras medidas, por ejemplo.
Siempre alerta
Al aumentar las observaciones, los científicos pudieron deducir que, probablemente, se tratara de un asteroide de entre 40 y 90 metros de tipo S, esto es: rocoso, como el 17% de asteroides. La clave en este caso es el tamaño, porque consideramos que los asteroides son objetos menores de nuestro sistema solar por encima de 50 metros, a diferencia de los meteoroides y, una vez pasan ese umbral, las agencias espaciales consideran que tienen el tamaño suficiente como para causar daños graves si llegaran a impactar con nosotros. Sin embargo, su tamaño no es característica suficiente para que se disparen las alertas, hace falta calcular su órbita y estimar la posibilidad de que choque con nosotros en un futuro. Entonces sí, en caso de que supere los 50 metros y la probabilidad de impacto sea mayor del 1%, se activan grupos, como la Red Internacional de Alerta de Asteroides, y el Grupo Asesor de Misiones Espaciales.
Desde entonces, los telescopios han podido tomar más imágenes de 2024 YR4, por lo que cada vez conocemos mejor su órbita, pero todavía hay bastante incertidumbre. Y es que es difícil detectar la curvatura de una trayectoria cuando ésta es muy baja, porque parece prácticamente una línea recta. Podemos imaginarlo de esta manera: ¿cuánto tiempo necesitamos observar un coche circulando por una rotonda para saber que no está siguiendo una línea recta? Ahora, imagina una carretera muy larga y recta y un coche que se desvía, pero de forma casi imperceptible, tan poco que tarda kilómetros en salirse del carril. En este último caso necesitamos observarlo más tiempo para saber que no avanza en línea recta. Algo así pasa con el asteroide 2024 YR4, porque su órbita es una elipse (algo así como un círculo achatado), y ahora mismo está en una de las partes menos curvas de la elipse, alejándose de nosotros en lo que casi parece una línea recta. Necesitamos más tiempo para precisar su órbita, pero vamos contra reloj.

Hasta mayo
A esto se suma un segundo problema, y es que 2024 YR4 es bastante pequeño para ser un asteroide. Nuestros telescopios terrestres lo perderán de vista entre finales de abril y principios de mayo, y tendremos que recurrir a telescopios espaciales, lo cual complica su seguimiento. Algunos medios han afirmado que, si no conseguimos precisar su órbita antes de mayo, tendremos que vivir con la espada de Damocles sobre nuestra cabeza hasta que, en 2028, vuelva a pasar cerca de la Tierra. Y, aunque lo ideal sería que lográramos reducir la probabilidad de impacto hasta el 0% antes de mayo, existen formas de reducirla incluso cuando lo hayamos perdido de vista.
Porque lo que necesitamos son imágenes y, aunque no hemos conseguido las suficientes desde el 27 de diciembre, puede que tengamos imágenes de otros años donde aparezca 2024 YR4 antes de ser descubierto. Puede que no reparáramos en él, pero que estuviera en observaciones de 2021 o 2016. Si es así, podría tratarse de información muy valiosa para conocer la órbita de 2024 YR4 cuanto antes, porque si finalmente tenemos que tomar medidas, agradeceremos cada día que nos podamos anticipar a los acontecimientos.
¿El 2,3% de qué?
Por desgracia, si lo que pretendemos es reducir la probabilidad de impacto al 0% antes de mayo, los últimos acontecimientos parecen apuntar en dirección contraria. Desde que se descubrió, la probabilidad no ha dejado de crecer a medida que tomábamos más imágenes. En los últimos días, la NASA y la ESA han anunciado que la probabilidad de impacto ha aumentado de un 1,6% a 2,3% (variando ligeramente entre agencias espaciales). Parece lógico alarmarse y suponer que estamos viendo una tendencia clara, que a medida que tomemos más imágenes el porcentaje aumentará incluso más, pero, en realidad, es muy pronto para saberlo y, aunque parezca extraño, hay motivos para esperar que la probabilidad de impacto ascienda antes de desplomarse al 0%.
El primer argumento es histórico, porque no es la primera vez que nos encontramos en esta situación. En 2004 el asteroide 99942 Apofis hizo saltar las alarmas, se estimó una probabilidad de impacto que creció hasta el 2,7% para el 13 de abril de 2019 antes de descender al 0%. Ahora sabemos que Apofis no chocará con la Tierra en los próximos 100 años y puede que a 2024 YR4 le espere el mismo destino. El segundo argumento es matemático y tiene que ver con cómo se calcula este porcentaje. Imaginemos que tuviéramos el vídeo del lanzamiento de un dardo y tratáramos de estimar la probabilidad de que diera en el blanco a partir de sus fotogramas.
Dardos y dianas
Con los primeros fotogramas sería difícil intuir dónde acabará, pero el blanco sería una posibilidad. A medida que los fotogramas avanzan y el dardo se acerca a la diana, el área de la diana en la que puede impactar se va reduciendo y lo más probable es que el blanco siga estando dentro de esa área. Eso significa que, a medida que conocemos mejor la trayectoria del dardo, mengua la zona en la que puede impactar y, mientras el blanco esté dentro, representará cada vez un porcentaje más grande de esa zona. Sin embargo, puede que llegue un momento en que la zona haya encogido tanto que ya no incluya al blanco, en ese momento la probabilidad de que impacte pasa automáticamente a ser cero, desplomándose de golpe. Y es que, más o menos, así es como se calcula ese 2,3%. Con los datos que tienen, los investigadores calculan dónde podría estar el asteroide el 22 de diciembre de 2032 y ven posibles lugares, como si fueran posibles dardos en una diana. Comparando el tamaño de la Tierra (el blanco) con la distancia entre los dos puntos más alejados (la zona donde es razonable esperar que acabe el dardo), obtienen ese 2,3%.

Y sí, evidentemente lo que podemos esperar de un impacto es que la probabilidad aumente previamente con cada imagen, pero también es lo esperable de algunos asteroides que no llegarán a impactar. Habrá que esperar un poco para ver si el porcentaje se reduce o si sigue aumentando, porque es pronto para asumir una tendencia nefasta. En cualquier caso, la cautela nos invita a ponernos en lo peor, para tomar medidas cuanto antes, a ser posible, sin esperar a una confirmación en 2028. Estos cuatro años pueden ser determinantes para desarrollar algún sistema que permita desviar al asteroide, una misión de defensa planetaria en la línea de DART, que ya logró desviar un asteroide hace 2022. Así que no, no estamos perdidos, pero deberíamos unir fuerzas como si lo estuviéramos, porque 2024 YR4 no es el único asteroide ahí afuera, y tenemos pensado estar unos cuantos siglos más sobre este pequeño planeta rocoso.
QUE NO TE LA CUELEN:
- Todavía es pronto para saber dónde podría colisionar el asteroide. No olvidemos que, de hecho, la probabilidad de que no choque con nosotros es muy alta. En cualquier caso, debido a su tamaño y asumiendo que, efectivamente, se trata de un asteroide de tipo S y que no está formado por “escombros”, sino que es un único cuerpo, el impacto podría destruir una ciudad entera a 66.000 kilómetros por hora. Y, aunque el daño directo no sería continental y mucho menos planetario, vivimos en un mundo globalizado y las consecuencias sociales, económicas y políticas de un suceso así podrían sacudir países enteros.
REFERENCIAS (MLA):
- European Space Agency (ESA). "ESA Actively Monitoring Near-Earth Asteroid 2024 YR4." ESA, 6 Feb. 2025, https://www.esa.int/Space_Safety/Planetary_Defence/ESA_actively_monitoring_near-Earth_asteroid_2024_YR4. Accessed 7 Feb. 2025.
- Center for Near-Earth Object Studies (CNEOS). "Near-Earth Asteroid 2024 YR4: Latest Orbit Analysis." NASA Jet Propulsion Laboratory, 5 Feb. 2025, https://cneos.jpl.nasa.gov/news/news210.html. Accessed 7 Feb. 2025.
- European Space Agency (ESA). "Proceedings of the 1st NEO and Debris Detection Conference: Paper 482." ESA Conference Proceedings, 2019, https://conference.sdo.esoc.esa.int/proceedings/neosst1/paper/482. Accessed 7 Feb. 2025.
- European Space Agency (ESA). "2024 YR4 Flyby Geometry – Or 1/8 of What?" ESA Rocket Science Blog, 6 Feb. 2025, https://blogs.esa.int/rocketscience/2025/02/06/2024-yr4-flyby-geometry-or-1-8-of-what/. Accessed 7 Feb. 2025.
- European Space Agency (ESA). "Asteroid 2024 YR4 – Latest Updates." ESA Rocket Science Blog, 4 Feb. 2025, https://blogs.esa.int/rocketscience/2025/02/04/asteroid-2024-yr4-latest-updates/. Accessed 7 Feb. 2025.
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