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Alerta

La UNESCO advierte: “Existe un 100% de posibilidades de que se produzca un tsunami en el Mediterráneo en los próximos años”.

Por su parte, los expertos señalan que el plan de alerta da unos 21 minutos de tiempos para la evacuación.

Un tsunami puede viajar a unos 800 km/h larazon

El comunicado es escueto y aporta poca o nada de información, pero es oficial y llega desde la página web de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO. En él se advierte con un 100 % de certeza que un tsunami de más de un metro de altura azotará el Mediterráneo en los próximos 30 años.

Al ser una zona costera densamente poblada con zonas propensas a la actividad sísmica y volcánica, el riesgo que representan los tsunamis pequeños y destructivos en el océano Atlántico nororiental y sus mares adyacentes, como el Mediterráneo, el mar del Norte, el Báltico y el Negro, debe tenerse muy en cuenta.

"Lo extremadamente peligroso no es solo la altitud de los tsunamis, sino también los flujos y corrientes de agua, y las inundaciones, que pueden causar daños en playas, puertos y calles. Si se trata de un puerto pequeño y el litoral es muy bajo, un tsunami podría ser más peligroso – explica Pascal Roudil, coordinador técnico de CENALT (Centro de Alerta de Tsunamis de Francia) -. Los tsunamis pueden llegar con bastante rapidez”.

Una publicación del Centro de Alerta del University College de Londres, también confirma esta posibilidad.

De hecho, el Centro de Advertencia de Tsunamis, organismo dependiente del NOAA (Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica), señala que “la velocidad de un tsunami depende de la profundidad del agua que atraviesa. A mayor profundidad, mayor velocidad. En las profundidades oceánicas, los tsunamis pueden desplazarse a la velocidad de un avión a reacción, a más de 800 km/h, y cruzar océanos enteros en menos de un día. Al penetrar en aguas poco profundas cerca de la tierra, las olas disminuyen su velocidad a la de un automóvil, aproximadamente entre 32 y 48 km/h”.

En este contexto, la NOAA añade que, aun si tuviera “apenas” un metro de altura, se podrían producir inundaciones en carreteras, puertos y edificios costeros. Las fuertes corrientes asociadas a un tsunami pueden erosionar playas y terrenos costeros y amenazar seriamente a quienes vivan en las cercanías.

En España, el Plan Estatal de Protección Civil ante el Riesgo de Tsunamis cuenta con un sistema de alerta temprana para identificar terremotos submarinos y un plan para que las autoridades coordinen las respuestas y garanticen la seguridad pública.