Astronomía

La vida en el universo podría ser hasta 100 veces más frecuente de lo que pensábamos

Un nuevo estudio revela que el agua líquida está mucho más presente en el universo, a razón de un planeta por estrella, lo cual aumenta las posibilidades de encontrar vida

Representación artística, mundo congelado con océano subterráneo
Representación artística, mundo congelado con océano subterráneoLujendra OjhaEurekalert

La Tierra es el planeta azul y tiene sentido que le llamemos así, porque en ningún otro sitio de nuestro sistema solar tenemos océanos de agua que tiñan su superficie de azul. Sin embargo, esto también ha dado lugar a algún malentendido. La mayoría de la gente tiende a pensar que el agua es, prácticamente, una anomalía en el universo, pero nada más lejos de la realidad. Si lo pensamos, una molécula de agua está formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, dos de los elementos más frecuentes del cosmos. De hecho, el oxígeno es el tercero y el hidrógeno el primero. Para que nos hagamos una idea, el 91,04% de los átomos del universo son hidrógeno, el 8,81% helio y el 0,8% oxígeno. En cuarto lugar, ya tendríamos el carbono con tan solo 0,03%.

Sabemos que hay agua congelada en los polos de Marte, en la Luna y que los cometas, en sí mismos, son agua helada. Así que hay hidratación de sobra para nuestro universo, y eso lo descubrimos hace mucho tiempo. Podríamos pensar, entonces, que lo raro es encontrar agua líquida ahí afuera, porque los ejemplos que hemos dado hasta ahora son de agua helada y la mayoría de los planetas parecen estar demasiado calientes o fríos para albergar este fluido a la temperatura adecuada. Y, siendo el agua un disolvente tan interesante para la bioquímica, sin ella se hace muy difícil imaginar vida. Por lo que, dicho de otro modo, la escasez de agua líquida será uno de los principales factores limitantes de la vida en el universo. Y aquí es donde viene el giro, porque un nuevo estudio sugiere que el agua líquida podría ser 100 veces más frecuente de lo que habíamos creído hasta ahora.

Tres fuentes de calor

La mayoría de las estrellas que existen en el universo son las llamadas enanas M, algo más pequeñas y mucho más frías que nuestro sol. De hecho, se estima que el 70% de las estrellas existentes son de este tipo. Y, si este número ya parece alto, para nuestros propósitos lo es todavía más, porque la mayoría de los planetas extrasolares giran en torno a enanas M y, para la búsqueda de vida (o de planetas habitables), lógicamente, nos interesa que haya un planeta. Ahora bien, las estrellas no son lo único que puede calentar a estos cuerpos astronómicos. Por un lado, está la temperatura que retenga de los primeros momentos de formación de un planeta, aunque su participación suele ser despreciable. Es mucho más relevante el calor que produzca en su núcleo mediante reacciones nucleares. Sin ir más lejos, la temperatura de la Tierra también está condicionada por nuestro interior y sabemos que hay lagos fundidos bajo el hielo de la Antártida y el Ártico. Incluso sospechamos que pueda haber lagos hundidos en los casquetes helados de Marte.

La tercera forma de calentar un planeta sin utilizar la luz es usando la gravedad de una estrella. Orbitar en torno a un cuerpo con tanta masa hace que la gravedad sea muy fuerte sobre el planeta y, como esta disminuye rápidamente a medida que nos alejamos, la gravedad que ejerce la estrella en el polo más cercano del planeta es mucho mayor que la del polo más lejano y, simplificándolo mucho, esto hace que el planeta se estire. Con esta deformación se produce calor, como cuando estiramos y destensamos muchas veces una goma elástica. De hecho, así es como se mantiene líquido los océanos bajo el hielo de Encélado y Europa. Es lo que conocemos como “calentamiento de mareas”.

Pues bien, el nuevo modelo que plantea este estudio revela que, si tenemos en cuenta el calentamiento de mareas y la radiactividad del interior de los planetas, aproximadamente uno en cada sistema solar podría tener agua líquida. Esto aumenta muchísimo la posibilidad de encontrar, por lo tanto, vida, aunque sea una forma de vida sencilla, casi microbiana. Concretamente, aumenta en dos ceros la cantidad de planetas con agua, que es, por ahora, de lo poco que podemos tener en cuenta para determinar si uno de estos cuerpos es apto para la vida.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Hay muchos otros factores que son importantes para que surja la vida y la mayoría de ellos todavía no los conocemos. Sin embargo, esta aproximación es bastante relevante para ir saciando nuestras dudas y, mientras comprendamos la limitación de este tipo de trabajos, no tendrían que dar lugar a malentendidos.

REFERENCIAS (MLA):

  • Ojha et al. Nat Comms, 2022. 13(1): p. 7521