Maternidad
«Usamos el método Estivill. Somos felices, mis hijos no tienen traumas»
CONSULTA LACTANCIA MATERNA
Hace unas semanas hablé del método Estivill y sus consecuencias. Nos ha escrito este padre que da su opinión discrepando de lo publicado, basándose en su experiencia personal del método aplicado a sus cinco hijos.
«No puedo estar más absolutamente en desacuerdo. No soy profesional de la materia. Pero sí lo soy en cuidar niños, ya que mi mujer y yo tenemos cinco hijos; la mayor tiene sólo seis años. Y somos muy felices, aunque con muchísimo trabajo por delante todos los días… Para esta felicidad ha contribuido sobremanera ese método Estivill del que tan mal habláis. Lo he hecho con los cinco, y con todos ellos ha funcionado perfectamente. Se acuestan tempranito, duermen todos doce horas seguidas, duermen también una hora de siesta… Son felices. No han cogido ningún tipo de trauma ni de estrés emocional. Son cariñosos, despiertos, alegres, y muchísimas veces muy ruidosos, como todos los niños.
Creo que meter a los niños en la cama de los padres a partir de los seis meses no es sano. Ni para el niño, ni muchísimo menos para los padres. Nuestra vida de matrimonio sería inexistente. Así que gracias al mal mencionado método, mi esposa y yo tenemos nuestros deseados momentos del día al anochecer de tranquilidad e intimidad; para cenar, para conversar, preparar la tarea para el día siguiente… Os puedo asegurar que cumplir a rajatabla este método es descanso para la mente de los niños y mucho más para nosotros que sabemos que el día tiene un final de merecido descanso».
Ante todo decir que existen tantas opiniones como personas en el mundo, y todas ellas importantes y respetables. No obstante, las opiniones están sujetas a experiencias personales y aunque forman parte de nuestro axioma vivencial y cultural no están sometidas al rasero de ningún método de control científico y por lo tanto, no pueden situarse en el mismo plano de «verdad», como el expresado a través del conocimiento científico, que obedece a criterios bien definidos, consensuados y demostrables, lo cual confiere una validez objetiva al «hecho» permitiéndonos hablar con cierta «certeza».
Como padre y habiendo empleado el método Estivill, nos dice que sus hijos «son felices, no han cogido ningún tipo de trauma ni estrés emocional. Son cariñosos despiertos y alegres». No lo dudo en absoluto, ya que el hacer «A» no significa sí o sí que conlleve a una situación o consecuencia «B», puesto que, existen muchos factores que influyen en el carácter y personalidad de las personas.
La personalidad de cada uno depende en gran medida de la genética heredada de los progenitores, que hará que cada niño reaccione de forma distinta ante una misma situación. Pero a su vez, hay infinidad de factores externos que van a influir en la formación de personalidad de cada niño.
Las reacciones que nosotros como padres tengamos ante una determinada conducta del niño, van a ir influyendo en su carácter y personalidad futura. Por lo tanto, si deseamos desarrollar en nuestros hijos un carácter adecuado, es necesario ofrecerle modelos de conductas apropiadas. Y los modelos de adiestramiento (método Estivill), no tienen solidez científica que los avale, sino que se trata de hechos acreditados por la experimentación empírica del Dr. Estivill, basados en su experiencia profesional. No incluyendo en su libro ninguna referencia a estudios científicos que certifiquen los resultados ni la inocuidad del método, en cambio, sí disponemos de la suficiente evidencia científica para poder asegurar que factores estresantes en etapas tempranas de la vida tienen un impacto negativo en la salud mental posterior, me refiero en la edad adulta.
A pesar de lo dicho, no negaré que si se siguen las instrucciones marcadas en el libro al pie de la letra, el bebé y los padres dormirán de un tirón en más o menos tiempo, dependiendo de lo que tarde el pequeño en comprender que llegada la noche puede llorar todo lo que quiera que no va a ser atendido.
Lo que sí está avalado por la ciencia es que el patrón fisiológico de sueño y vigilia es diferente en el niño que en el adulto, tampoco podemos considerar como patológico que un niño necesite la presencia de los padres para sentirse seguro y poder dormirse, por lo tanto la «normalidad» no necesita de tratamiento y menos de recetas de este tipo.
El patrón de sueño de los niños es irregular y está directamente relacionado con el desarrollo de su sistema nervioso central. Por lo que, me reitero que no parece muy acertado intervenir durante esta etapa con métodos de adiestramiento. Además de que, un bebé llora para comunicar que algo le sucede y necesita de cuidados, y por supuesto de afecto, cariño y protección, que también son necesidades muy importantes.
El niño, a diferencia del adulto necesita de muestras constantes de atención, sobre todo si llora, necesita saber de nuestra presencia esto le enseñará que no está en un mundo hostil y que puede contar con nosotros. Por ello, no condicionemos sus necesidades a horarios. ¿Puedes contar con papá y mamá durante el día pero durante la noche no? ¿Cómo le vamos a contar nuestros hijos cuando sean adultos que papá y mamá lo dejaban llorar hasta caerse rendido porque sus padres necesitan tener vida matrimonial?
Siento mucho que la ciencia no dé la razón en este tema. Y aunque algunas experiencias sean favorablemente positivas, como nos cuenta el lector, cuando se valora el riesgo sobre algo, se hace sobre una «muestra significativa» de personas, no sobre la experiencia de un caso.
Y como ya le he comentado existen muchas variables que pueden influir en la personalidad y carácter de un adulto, y no depende tan solo de emplear un método de adiestramiento para dormir o no. Aunque los estudios científicos avalan que cuando los bebés o niños pequeños lloran durante mucho tiempo sin ser consolados, se produce cambios estructurales importantes en su cerebro, desarrollando a su vez emociones negativas que influyen en su comportamiento futuro.
A fecha de hoy existe un grupo de investigadores de la Facultad de Psicología de la Universidad del País Vasco que está llevando a cabo un estudio de investigación de las consecuencias del método Estivill.
A espera de sus resultados, mi recomendación es que no dejemos llorar a los niños, aunque esto suponga acompañarlos hasta que se duerman.
Y como frase final y aún no siendo uno de mis autores preferidos concluyo con esta cita: «Si hay tantas opiniones como cabezas, debe haber también tantas clases de amor como corazones», León Tolstói.
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