Sucesos
La “viuda negra” y su amante son responsables ante la Ley porque no son enfermos mentales
Los peritos concluyen que la víctima no pudo defenderse
Los psiquiatras y psicólogos forenses que han declarado en el juicio contra María Jesús M., Maje, y Salvador R., su amante, por el asesinato del marido de ella han descartado que ninguno de los dos acusados sufra enfermedades mentales que alteren su juicio y por tanto los ven responsables de sus actos ante la Ley.
La Audiencia de València ha continuado este viernes el juicio por el asesinato a puñaladas en el garaje de su vivienda de Valencia de Antonio Navarro en agosto de 2017, en el que están acusadas las dos personas anteriormente citadas. Una de las conclusiones de los peritos que han declarado hoy es que la víctima no pudo defenderse.
En cuanto a los dos psiquiatras forenses que han declarado esta mañana, han informado de que, a partir sobre todo de entrevistas psiquiátricas, aunque también de test psicológicos, su conclusión principal es que ninguno de los dos acusados sufre incapacidad para apreciar la realidad, para entender los hechos en los que están implicados. Es decir, ni Maje ni Salva padecen enfermedades mentales y, por tanto, son responsables ante la Ley.
En cuanto al perfil psicológico de los dos acusados, los psiquiatras han señalado, sobre la principal acusada que, aparentemente, “tiende a mostrar falta de interés o afectación emocional respecto a su entorno”, es decir, en palabras de uno de los psiquiatras, que “en un momento de su vida puede tomar distancia de las cosas que la rodean”.
“También hay que tener en cuenta que esos test se producen a personas en prisión, lo que influye en los resultados”, ha explicado el psiquiatra, en alusión a que en el momento de hacerse las pruebas, Maje estaba ya en prisión preventiva.
La defensa de Salvador ha llamado a declarar a dos peritos psicólogos forenses que han explicado que, desde su punto de vista profesional, el acusado es una persona muy influenciable y dependiente.
De sus palabras se deduce claramente, aunque no lo hayan dicho exactamente en estos términos, que consideran muy difícil que Salvador tomara por sí mismo una iniciativa tan radical como planificar y ejecutar un crimen, y que dada su personalidad necesitada de aprobación, es muy posible que siguiera el impulso y el apoyo de otra persona.
La idea que han transmitido los psiquiatras forenses, que no actúan a instancia de parte, es menos clara: han explicado solamente que la de Salva no es una personalidad dominante, que quizá es dependiente, pero no en una medida patológica, y por tanto tiene perfecto dominio de su conducta.
“En el curso de las valoraciones psiquiátricas notamos que es una persona pasiva, pero dentro de la normalidad”, han señalado. Por otro lado, este viernes han declarado también otros peritos, que han informado de que la muerte de Antonio fue producto de un ataque súbito que produjo seis puñaladas, una de ellas dirigida al corazón con una profundidad de unos doce o quince centímetros, y otras que destruyeron órganos vitales como los pulmones, por lo que la víctima falleció de manera casi inmediata.
“No hemos encontrado heridas propias de lucha o de un intento de defensa”, han explicado, antes de añadir: “Creemos que el ataque fue sorpresivo, imprevisto, que a la víctima no le dio tiempo a reaccionar”.
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