Sexualidad
Oltra pide que la educación afectivo sexual se adelante a los seis años
“Es clave para prevenir situaciones de machismo o agresiones sexuales”
La vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, defiende que la educación afectivo sexual, clave para prevenir situaciones de machismo o agresiones sexuales grupales como las conocidas en las últimas semanas, habría que empezar a impartirla en las aulas mucho antes, incluso desde los 6 años porque ahora ya se llega tarde.
Oltra señala, en los Desayunos de la Agencia EFE en el Colegio de Abogados de Valencia, que esta es una de las cuestiones que se analiza en la estrategia valenciana contra la violencia sexual, que está en su última fase de elaboración y prevé presentarse el 25 de noviembre, Día Mundial de la Erradicación de la Violencia Contra las Mujeres.
Preguntada por el aumento de agresiones sexuales en grupo, afirma que antes también ocurrían pero no se denunciaban tanto, y considera una “buena noticia” que en la Comunitat Valenciana haya habido “un extraordinario aumento de las denuncias, tanto en violencia de género como en violencia machista en general”.
Sobre el hecho de que muchas de estas agresiones en grupo sean cometidas por menores, considera que existe un problema sobre el que hay que actuar, y de ahí la necesidad de iniciar la educación afectivo sexual “a edades muy tempranas”.
Destaca que el acceso a la pornografía se produce también a edades muy tempranas, y es necesario que los menores tengan claro que “no se puede dar el salto a la realidad desde este ámbito cinematográfico, de la misma manera que uno no coge una capa y se tira por el balcón pensando que va a volar como Superman”.
En este sentido, cree que a las chicas hay que educarlas en “el empoderamiento del deseo y el placer propio” y en no supeditar su placer al deseo del otro, mientras que a los chicos hay que enseñarles “el respeto del deseo del otro, o de la otra en este caso”.
Junto con la educación afectivo sexual, Oltra cree necesario también que el aprendizaje del manejo de las emociones forme parte del currículum escolar, como enseñanza transversal e “hilo conductor de todas las etapas educativas”.
“Educar en la tolerancia a la frustración es muy importante, y ha habido generaciones muy poco tolerantes al frustración, que no aceptan un no por respuesta, que creen que todo lo que deseas se puede tener o comprar”, advierte.
Reconoce que siempre que se plantea la enseñanza afectivo sexual en las escuelas se genera un debate y hay quien dice que “eso se enseña en las casas”, normalmente lo dice “el más macho del barrio”, y cree que se trata de un debate que “hay cerrar”.
“Educar en la libertad y el respeto de la otra persona trasciende mucho más allá de las agresiones sexuales” y puede evitar cuestiones como el bulling o las agresiones por orientación sexual, entre otras cosas, afirma la vicepresidenta.
Señala que aunque se trata de una cuestión que puede regularse a nivel autonómico porque forma parte de los currículos que deciden las comunidades, “estaría bien que en la ley de Educación nacional tuviera una presencia destacada la educación en las emociones”.
Ademas, cree que este tipo de educación podría ser también una solución a la polarización y agresividad social, que alimentan algunos partidos políticos, pues, a su juicio, “aquí hay generaciones de políticos a los que han educado sin tolerancia a la frustración, que pierden unas elecciones y no lo encajan bien”.
“Lo primero es educar -a los niños y niñas- en la gestión de las emociones, y eso empieza cuando tienen la primera rabieta”, insiste la también consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas.
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