Cultura

Concha Piquer, la valenciana que inventó la copla

Una exposición y una novela de Manuel Vicent reivindican la dimensión internacional de esta figura

Concha Piquer, durante el rodaje de una película en 1956
Concha Piquer, durante el rodaje de una película en 1956La Razón

Ignorar la grandeza de artistas, obras, lugares o efemérides cuando son propias es tan valenciano como la paella, las tracas o el aparcar en segunda fila. Debe ser una expresión más del tan paseado "meninfotisme" que conforma el ser antropológico por estos lares.

Una artista internacional silenciada y olvidada es sin duda Concha Piquer, una joven que conquistó Nueva York cuando la mayoría aún no sabía situarlo en el mapa. Bailó en todos los escenarios de Broadway y luego saltó a México y a Cuba antes de regresar a una España en la que convivió con el franquismo sin bailarle el agua, quizá por convencimiento o quizá por despecho ya que el matrimonio Franco era más de Juanita Reina.

El escritor castellonense Manuel Vicent ha sido uno de los primeros en reivindicar la figura de la creadora de la copla, y lo ha hecho con una libro, que pretende ser una biografía novelada y que desde su propio título, rompe esquemas preestablecidos: «Retrato de una mujer moderna».

Y es que Conchita Piquer fue moderna antes de que la modernidad llegara a España, mucho antes. Vicent, en su novela, relata el sorprendente periplo de esta valenciana de la calle Sagunto que no solo arrasó en los escenarios sino también en la gran pantalla en blanco y negro de Hollywood.

La Piquer se codeó con otros gigantes como Blasco Ibáñez o Federico García Lorca, y fue tal la admiración que este sentía, que le reportó a la contra, la mofa de otros como Dalí o Buñuel, quizá convencidos de que la copla era un arte menor.

Sea menor o mayor, las letras de su coplas, analizadas en su texto y su contexto, se adelantaron a su tiempo en aspectos de los que nadie hablaba: prostitución, homosexualidad o adulterio, entre otras.

Valencia inauguró en 2001, cuando se cumplía el 95 aniversario de su nacimiento, la casa museo de Doña Concha, en el edificio que la vio nacer en la calle Ruaya de Valencia, que debe ser uno de los museos más desconocidos de la ciudad.

Ahora, a su reivindicación y homenaje ha venido a unirse la exposición que se inauguró recientemente en la sala del Ayuntamiento de Valencia recayente a la calle Mayoral.

«Doña Concha. Una exploración alrededor de la copla y Conchita Piquer» es el título de la muestra que tiene como hilo conductor la novela gráfica de Carla Berrocal, «Doña Concha. La rosa y la espina».

La comisaria de la exposición, Cristina Chumillas, ha manifestado que, a pesar de la relevancia de Concha Piquer, «continúa siendo hoy en día prácticamente una desconocida y se la asocia a un género musical considerado rancio por motivos ideológicos».

Y añade que «es posible que no fuera feminista, pero tanto su comportamiento respecto a cuestiones de género, a la homosexualidad y a su valía como profesional, se merecen esta exposición».