Lactancia

La madre que decide no amamantar

La lactancia materna, debe abordarse desde la libre elección de las mujeres, no como una obligación de la maternidad

El calostro es la mejor bienvenida al mundo que una madre puede dar al bebé
El calostro es la mejor bienvenida al mundo que una madre puede dar al bebé La Razón

No cabe lugar a dudas que la decisión de cómo alimentar al recién nacido corresponde a la madre. Una decisión personal que no debe ser juzgada ni cuestionada. Ante esta cuestión, la responsabilidad del profesional sanitario es ofrecer información a las madres, especialmente durante la gestación sobre las dos opciones de alimentación disponibles, para que, en base a ello, la madre pueda elegir la opción que considere más adecuada.

La elección debe ser respetada y apoyada, ofreciendo a la madre que decide alimentar con leche de fórmula, información de cómo debe de prepararla de forma segura. Porque no podemos obviar que las leches de fórmula no son estériles, y las bacterias que puede haber en este tipo de preparados pueden ser peligrosa para el bebé. Por lo tanto, es crucial que las madres conozcan las normas de cómo preparar el biberón, con el fin de minimizar con ello el riesgo de infección por estos patógenos.

La labor de los profesionales sanitarios no consiste, ni debe consistir, en juzgar ni cuestionar las decisiones que toman las madres, sino en empatizar y normalizarla, sin crear estigmas y mucho menos culpabilidades. La lactancia materna, debe abordarse desde la libre elección de las mujeres, no como una obligación de la maternidad.

No obstante, es de esperar que todas las madres cuenten con información previa acerca de la alimentación del lactante, y en el caso de que no la posean tener accesibilidad para preguntar a los profesionales.

Puede ocurrir que lo que igual desconoce la madre que ha decido no amamantar es el valor que tiene el calostro para el recién nacido y que puede decidir ofrecerle esa primera leche al recién nacido para posteriormente continuar si es su deseo con leche de fórmula. Es nuestro deber y responsabilidad, como agentes de salud, informar de ello.

Es importante explicar a las mujeres la transcendencia que tiene esta primera leche tiene. Informar no supone no aceptar su decisión de no amamantar, sino, una recomendación para que libremente decida si privar o no al recién nacido de ese oro líquido, un chute de anticuerpos, defensas que lo mantendrán protegido de infecciones, en especial, de todas las que la madre haya pasado. Una protección que es crucial para un recién nacido que llega a un mundo lleno de gérmenes, bacterias y virus.

Las inmunoglobulinas y anticuerpos presentes en el calostro lo protegerán frente a estos patógenos, en un momento de su vida que más inmaduro es su sistema inmunológico.

En definitiva, el calostro es la mejor bienvenida al mundo que una madre puede dar al bebé que lo preparara para enfrentarse a los nuevos desafíos fuera del útero.

Porque con la lactancia la mujer puede hacer lo que quiera. Dar tan solo calostro y punto, para después continuar con la leche de fórmula si es este su deseo.

O dar teta hasta que ella quiera, o hasta que el bebé decida destetarse. También optar por no amamantar, es decir, ofrecer al recién nacido leche de fórmula desde el inicio… En definitiva, lo que la madre decida, estando informada, estará bien.

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