Apoyo a las familias

Misa funeral por las víctimas de la DANA: vítores a los Reyes y un presidente ausente

El Arzobispado de Valencia celebra una misa funeral por los fallecidos en las inundaciones ante la petición de los párrocos de las zonas afectadas, que reclamaron un acto colectivo al no convocarse uno de Estado

Pasaban las cinco de la tarde cuando han empezado a llegar las primeras familias a la misa funeral que se ha celebrado este lunes en Valencia. Se cumplen 41 días después de la catástrofe de la DANA que ha dejado 222 víctimas mortales y otras cuatro siguen desaparecidas. En los alrededores de la Catedral de Valencia, ya con decoración de Navidad, la fuerte presencia policial marcaba la diferencia con respecto a cualquier otro día. Los familiares, con invitación en mano, hacían cola para entrar. En la calle, un grupo de diez personas portaba pancartas en las que se podía leer «asesinos». En la puerta, una vecina de Alfafar contaba cómo que fue el cura de su parroquia quien le contó que se estaba organizando este acto. "Fui a encargarle una misa para mi madre cuando me lo dijo", explica antes de empezar a relatar la impotencia de no poder salvarla pese a estar en casa con ella. A su madre no le dio tiempo a subir al piso de arriba. "Quería salvar papeles, la escritura de la casa. Casi pierdo también a mi hermano. A él le salvó el ángel de la guarda".

El dolor se ve reflejado en sus caras, pero también entran a la Catedral buscando algo que les pueda reconfortar. La iniciativa partió del Arzobispado de Valencia después de que los párrocos de las zonas afectadas transmitieran la necesidad de hacer un acto colectivo para dar consuelo a las familias, pues no hay noticias de cuándo se convocará un funeral de Estado. «La única finalidad es orar por los difuntos pidiendo a Dios que lleguen a completar la belleza de su gloria y también por los desaparecidos, para que todos, especialmente las familias, lleguemos a conocer con certeza su situación», ha remarcado el arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, al comenzar su homilía.

Unos 400 familiares de las víctimas habían confirmado su asistencia, algunos de ellos se organizaron para llegar desde las parroquias y desde localidades como Paiporta, salió un autobús. Para todos ellos se reservó el espacio preferente de la nave central de la catedral y en los laterales se habilitaron sillas para que entrase quien quisiera hasta que el aforo, de mil personas, se completó.

Los Reyes han hecho su entrada poco antes de las siete de la tarde. En la calle han sido recibidos con aplausos y algún grito aislado. Don Felipe y Doña Letizia fueron a dar cariño a las víctimas, pero también lo recibieron. Algunas familias se abrazaron al verlos entrar, otros grababan el momento que jamás pensaron que les tocaría vivir con sus teléfonos móviles. Hubo aplausos para recibirles y varios vítores cuando acabó la misa y se acercaron a saludar a las familias. En ese momento, se oyó: «¡Cobarde!» y un joven increpó al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, al que le entregó una fotografía de un familiar fallecido. No fue el único que había ido acompañado con la imagen de su ser querido.

El jefe del Consell estaba en la nave lateral derecha junto a alcaldes, todo el Gobierno valenciano, y tres ministros que confirmaron a última hora su asistencia. La vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero; el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres y la ministra de Ciencia, Diana Morant. La delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, ha cerrado la representación del Ejecutivo central. Pedro Sánchez ha sido el gran ausente. El presidente no ha vuelto a Valencia desde la accidentada visita a Paiporta de la que fue evacuado por razones de seguridad. Hoy sí acudirá a un homenaje a las víctimas del franquismo.

Otros presidentes autonómicos también asistieron a la misma, como la de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; el de Aragón, Jorge Azcón; y el de la Región de Murcia, Fernando López Miras, y el de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla. También lo hizo el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo y otros representantes de la sociedad civil y empresarial valenciana como el presidente de Mercadona, Juan Roig. Este último también se ha acercado a hablar con las familias e incluso algunos de los presentes se han acercado a darle las gracias. A la salida también ha recibido aplausos

Durante su homilía, Benavent ha pedido evitar la división en este momento de dificultad. «Que las perspectivas distintas a la hora de afrontar los problemas no perjudiquen a los más necesitados, que los intereses propios no prevalezcan sobre el bien común. Solo así podremos mirar el futuro».

La misa ha terminado con el himno a la Virgen de los Desamparados, patrona de Valencia, que ha tenido gran protagonismo. El arzobispo trasladó la imagen de la Virgen de los Desamparados peregrina desde la basílica hasta la catedral. La Geperudeta, siempre ha sido símbolo de consuelo y ha sido colocada en el presbiterio. Además sigue luciendo el crespón negro y se le ha colocado el manto morado, el que se utiliza en señal de duelo. A ella ha ido dedicadas las últimas palabras de Benavent para encontrar consuelo.