Sociedad
Los supervivientes de La Movida valenciana se reencuentran por Navidad
Los generadores del movimiento cultural que surgió en Valencia en los años 80 se reúnen cada año en estas fechas
Si algo queda de aquella fiebre noctámbula de los años ochenta en relación con la Movida y su estela en Valencia, es la amistad y la relación entre sus promotores y mantenedores. Empresarios, djs. “camatas”, go-gós, relaciones públicas y también clientes destacados, se reúnen cada año como colegas en fechas navideñas para recordar viejos tiempos y suspirar, en muchos casos repletos de nostalgia, por aquellas innumerables experiencias vividas con 40 años menos.
Puzle, Barraca, Spook, Chocolate, Villa Adelina, Espiral, Genaro y un largo etcétera de locales de moda de entonces en Valencia y en las carreteras de la costa, de norte a sur y de este a oeste, cuentan ese día del año con alguna representación en la mesa.
En aquellos tiempos, la sociedad valenciana se dividía entre quienes a aquel movimiento lúdico y ocioso que destacaba por estrujar de un tirón el fin de semana le llamaban cultura y quienes en eso mismo no veían más que desfase. Seguramente ambos tenían su parte de razón, pero aquello que ocurría contenía mucho más.
En Valencia, aquel movimiento de los ochenta comenzó en los setenta con epicentro en el Barrio del Carmen y murió en los noventa con la que fue denominada, peyorativamente, como la Ruta del Bacalao, que con el empeño de las autoridades y los controles de alcoholemia, puso fin a dos décadas largas viviendo deprisa, con una banda sonora que llegaba en vinilos desde Picadilly Circus a las cabinas de Carlos Simó, Juan Santamaría o Fran Leaners, tres de los grandes mitos de los platos en aquella época. Carlos y Fran estaban en la comida. Juan, el llorado Juanito, falleció hace uno años de una enfermedad.
El de este 2024 ha sido el “XII Encuentro de los Propulsores valencianos de los 80”, una comida convertida en tradicional, que en esta ocasión ha buscado la cocina y los salones de La Cooperativa, bar restaurante con 55 años de mucha solera en la calle Archiduque Carlos 19 y que se ha especializado en esos almuerzos a la valenciana que tan de moda se han puesto. Menú: Ensaladilla, croquetas y puntilla y de segundos, carrilleras de ternera, bacalao al contraste muselina o chuletón de ternera, con vinos de Utiel-Requena. Precio, menos de 40 euros.
Todo comenzó en 2010 por iniciativa de Miguel Jiménez, un emprendedor avezado, propietario de Genaro, aquel bar musical que se coló entre los merenderos de toda la vida de Las Arenas, propietario en los ochenta de las tiendas de discos Zic Zac Import Records y manager de grupos como Seguridad Social y Girasoules o productor de varios trabajos de Radio Futura y Auserón. Miguel presentó este año el libro “Historia Verdadera de la Ruta del Bacalao” que ha sido todo un revulsivo en los ambientes y se está vendiendo muy bien. Tomó el pulso a los colegas de aquella aventura y les convocó por primera vez y así hasta la fecha.
Algunos años se han visto las caras, desde Luis Merino, que fue director general de Los 40 Principales y que comenzó en la SER en Valencia, el icónoco diseñador Francis Montesinos o Nacho Moscardó, diseñador y decorador de preciosidades como las discotecas Dream Village y Chocolate; Carlos LLobet, el que fue director de Distrito 10, Julio Andujar, cerebro de ACTV o Migue Sonka, manager, promotor y director en los 90 del Festival de Benidorm, que acudió a la llamada.
El que no falla nunca y este año también estaba, era el mítico y respetado Jeff Teyssandier, un francés pied noir que llegó a España en los setenta y se convirtió en el promotor y productor más cotizado de los ochenta. En Woody, en Rockola, en Pachá Auditorium y su lanzamiento internacional y sobre todo en Benidorm, en donde gestionó las mejores discotecas de aquellos años del boom del ocio nocturno.
Y de Benidorm, el querido Filippo, amigo de todos y animador musical desde todas las cabinas toda la vida.
Entre los ochenteros, muchos con nietos, que la liaron por entonces y que acuden a la cita anual navideña alrededor de la mesa se presentaron djs. como Victor Pérez, actualmente director de la activa FOTUR, la Federación de Ocio y Turismo de la Comunidad Valenciana o Juan Martinez “Torpedo”, dj., promotor y productor de conciertos que en su día hacía de correo entre Londres y Valencia para traer esa música de vanguardia que se pinchaba en las mejores discotecas. Manolo Sánchez, Manolei, dj y RRPP de la vieja escuela; Caco Monsell, uno de los imprescindibles en el campo de los RRPP y de la dirección de equipos.
Spook es toda una referencia, un templo del ocio nocturno y allí estaban Felix Gabaldón y Solís en lo más alto de la representación del éxito lúdico. Tony Vidal, El Gitano, activista nocturno desde Chocolate y como promotor de conciertos o Kike Jaén, que sigue en gira permanente por las cabinas más cool cuarenta años después.
Entre las poquísimas mujeres presentes, Mila Moll, del grupo Mamá ya lo sabe, empresaria y artista querida. Y Santi Martínez, rostro visible de los “relaciones” de Distrito 10, Pablo Vivancos, del recordado Villa Adelina, que hoy dirige Chic en la calle Ciscar de Valencia y así un gran número de nombres que entre todos forjaron la leyenda de un territorio nocturno que no acababa con la salida del sol.
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