Cha In-Ha, tercer artista de K-Pop muerto en tres meses

Las cifras son tan incontestables como alarmantes. En tres meses son tres los jóvenes fallecidos. La nueva muerte es la de Cha In-Ha, artista de 27 años vinculado al mundo del espectáculos, perteneciente a una banda masculina, Surprise U, y actor de serie de televisión de renombre en Corea del Sur se suma a las de Sulli y Goo Hara, todos de edades similares.

Desde la agencia que lleva la representación del joven se ha pedido no difundir rumores o especulaciones sobre su fallecimiento, cuya investigación está ahora está en manos de la policía. Según los últimos indicios a que han tenido acceso fuentes del caso, el muchacho se sentía presionado y llegó a escribir en su móvil “Todos me miran”, una frase que podría dar alguna pista sobre lo que estaba viviendo en los últimos tiempos. “Estamos devastados por tener que dar esta noticia tan terrible. Chan In-Ha nos ha dejado para siempre. Se nos rompe el corazón y aún nos cuesta creerlo. Pedimos que no se extiendan rumores por respeto, sobre todo, a su familia, que está sumida en una gran tristeza. Por expreso deseo de ellos el funeral se celebrará en la más estricta intimidad”, rezaba el comunicado emitido por sus representantes.

Nacido en 1992 debuto hace dos años con el cortometraje “You, deep inside me”, y fue el protagonista de “Miss Independent Jieun 2”, así como de varias series de éxito. Su último trabajo empezó a emitirse el pasado 27 de noviembre.

La noticia llevaba a movilizarse a numeroso fans de este fenómeno, que arrastra a legiones de seguidores en todo el mundo. De hecho, este 2019 de los cinco vídeos que habían tenido más éxito en Youtube dos eran de grupos de K-Pop, que se medían directamente con Ariana Grande, Eminem o Taylor Swift. Y es que este género musical excede lo puramente artístico para convertirse en un modo de vida del que sus protagonistas, lo jóvenes que suben al escenario, son las auténticas víctimas, ya que se les exige una determinada manera de trabajar y de cumplir en escena con contratos draconianos que les sitúan a merced de unas ávidas casas discográficas que apenas les dejan tiempo para su vida personal y que, por contra, les obligan a ofrecer una imagen de cara al público que pocas veces tiene que ver son la que realmente están viviendo e incluso a transformarse físicamente a través de retoques faciales o a cambiar su nombre.

La víctima anterior, Goo Hara, murió hace unas semanas. Tenía 28 años y una vida que se había transformado en un torbellino que ya no podía controlar. Su cadaver fue hallado sin vida en su casa de Seúl. No atravesaba un buen momento y se barajó que fuera un suicidio tras conocerse que se hallaba inmersa en un proceso depresivo. Diferentes parejas la habían llevado, señalan, al borde del precipicio. Incluso había sido chantajeada por la última, quien al amenazaba con publicar fotos de ella de alto contenido sexual en redes.

La muerte de su íntima amiga Sulli, también cantante, significó otro mazazo para Goo Hara. Sulli había decidido interrumpir su carrera tras recibir amenazadas en redes sociales. A principios de octubre la hallaban muerta en su apartamento. Tenía 25 años y había comenzado una meteórica carrera a los 11. Aseguraba a a sus allegado que quería salir de la espiral en que estaba inmersa, que deseaba parar, pero no le dieron tiempo suficiente para hacerlo.