Estábamos confundidos, las Fallas no son valencianas, sino catalanas
La última inventiva del independentismo ha sido apropiarse de las fiestas de sus vecinos
La maquinaria del revisionismo separatista continúa con su ansia de apropiación. Si hace no mucho Pere Coll Riera afirmaba en «Calder[ón] o la dramatúrgia catalana al servei de la monarquia» (Llibres de l'Índex) que Calderón de la Barca (Madrid, 1600) no era otro que el noble catalán Felip Ramon Calders, ahora ha sido el turno de las Fallas, entendidas como “fuegos festivos de los países catalanes”. Así lo recoge una exposición itinerante en el Museo Etnológico de Barcelona, dependiente del Ayuntamiento de la Ciudad Condal.
En la muestra, “Fallas y hogueras, fuegos festivos en los Países Catalanes”, se engloba dentro de lo “catalán” a todo aquello que se encuentre en los límites de Cataluña, Baleares y la Comunidad Valenciana. Sin distinciones. Una historia nada desconocida por tierras levantinas, donde recuerdan que en 2017 fue la Generalitat la que incluyó esta cita en un catálogo de “fiestas populares catalanas” difundido a través de la propia web de la Conselleria de Cultura.
Ante la nueva ofensa, han sido varios los políticos que han pedido una corrección al Gobierno de Colau de este “atraco cultural", como lo calificaba Fernando Giner, portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Valencia, grupo que reclama a Les Corts defender que las Fallas de Valencia y las Hogueras de Alicante no pertenecen a los Países Catalanes.
Por su parte, el PSPV, concretamente, Manolo Mata, ha preferido tirar de ironía para responder a sus vecinos del norte: «No tengo constancia de que siga abierta esta exposición, pero sí es así. Vamos a por ellos. Que sepan que los calçots son nuestros, que la coca de Oliva es antes que la pizza y que nuestro puchero es mejor que la escudella... y lo de la Sardana me lo reservo... Pero se pueden ir preparando, hay que ir a por ellos. Esto es mucho más serio de lo que parece».
Se dice que la Historia es cíclica, y Cataluña nos lo demuestra cada poco. No hace falta esperar mucho para toparse cada equis meses con la “novedad” de que esa eminencia que durante siglos ha sido de un lugar, de repente, pertenece a “ese país chiquitito al noreste de España”, que decía el bueno de Pep Guardiola. Ya les pasó a Leonardo “da Vic” (y a su “Gioconda”, pintada con las montañas de Montserrat de fondo...), a Miguel Cervantes y a Cristóbal Colón.