Un acuerdo a la baja para la Colección Carmen Thyssen
El ministro de Cultura se mostró ayer dispuesto a retomar las negociaciones teniendo en cuenta «la difícil situación económica» actual y traer de vuelta «Mata Mua»
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El ministro de Cultura Rodríguez Uribes ha hablado sobre retomar las conversaciones del préstamo de la colección Carmen Thyssen. «Voy a plantear a la baronesa que hagamos una valoración técnica por parte de expertos, también por los conservadores del museo, del valor aproximado de la colección privada», señaló ayer durante su intervención en el Nueva Economía Forum. Y destaca que la realidad hoy es bien distinta a la de hace cuatro meses: «No estamos en la situación previa del año pasado, sino en una económica más difícil y compleja. Yo ofrezco mi voluntad de llegar a un buen acuerdo, incluido el ‘‘Mata Mua’’, es importante».
Una situación dura que marcará presumiblemente la negociación a la baja a la que la propia Carmen Thyssen ha aludido en las últimas semanas. Dice el ministro que «incluido ‘‘Mata Mua’’», que ahora mismo está excluido de la negociación (el Gobierno autorizó su salida el pasado diciembre por silencio administrativo), la colección se ha quedado en 426 piezas. Carmen Thyssen dijo en estas páginas que «la vuelta de esa obra va a estar supeditada a la negociación con Cultura». La colección está en España desde 1999 pero ninguno de los ministros que ha pasado por la Plaza del Rey ha conseguido firmar un acuerdo que atara la colección a España de manera definitiva y las prórrogas (hasta dieciséis) se han sucedido de forma consecutiva bien por periodos de tres, cuatro o seis meses. La nueva vence el 31 de septiembre.
José Guirao, anterior titular de Cultura, estuvo a punto de alcanzar un acuerdo el pasado diciembre por un alquiler de 7 millones durante 15 años y la condición de que el precio pagado durante ese periodo (más de cien millones si hacemos la multiplicación) se restara de una posible venta posterior de la colección de las hasta ahora 426 obras y que podría ser una de las opciones más beneficiosas para ambas partes. En ese acuerdo aún estaba incluido el cuadro de Gauguin, pero ya no.
«No hubiéramos querido aceptar ninguna exclusión (...)», asegura el ex ministro en un diario, pero para lograr un acuerdo hay que «ceder» y «Mata Mua» era una pieza a la que no iba a renunciar, porque es «la más importante dentro de la historia del arte y la más significativa de la colección». Este principio de acuerdo se cerró en su despacho a fines de diciembre y solo estaba «pendiente de calcular la cifra a restar a los siete millones por la salida de los tres cuadros citados», que son un Degas, un Hopper y un Monet.
Un paso adelante
Desde el entorno de la negociación aseguran que «aún no se ha producido la llamada del ministro, pero estamos seguros de que se hará en breve. Es un paso muy positivo». El titular de Cultura aseguró el viernes que desconocía cómo había quedado el asunto al llegar a su despacho y que tendría que estudiar si había «un pacto de caballeros o de señoras». Es fácil suponer que no era ajeno a dos de los temas fundamentales que tenía sobre la mesa su antecesor, asuntos que habían ocupado muchas horas de su tiempo en el Ministerio, la Sociedad General de Autores, por un lado, y la negociación del préstamo de la colección, habida cuenta de que el plazo vencería con Uribes ya en Cultura.
Cierto es que llegó la pandemia y arrasó con todo, pero es ahora cuando toca empaparse de cómo han sido llevadas las conversaciones anteriormente para tratar de buscar una solución definitiva que estuvo muy cerca de producirse a finales de 2019. Una solución en la que sí estaba incluido «Mata Mua» como piedra angular de la colección y que hoy ha salido de la misma, y en la que tres lienzos, de Monet, Degas y Hopper, quedaban excluidos del pacto final, según consta en el BOE de 30-1-2020.
Un cuadro para presionar
«No es el tema económico el escollo o el problema que nos hemos encontrado, pues cada punto que se negocia tiene su importancia y se concibe como un conjunto. Desde luego que no estábamos lejos en los precios para llegar a un acuerdo, pero no había presupuestos y eso generaba un problema final», aseguran quienes asistieron a las negociaciones desde una atalaya privilegiada. Otro asunto es el protagonismo que toma, por su importancia artística, el lienzo de Gauguin, que no es tampoco la primera vez que sale a escena y se convierte en actor principal. ¿Se puede utilizar la salida de esta obra para presionar a Cultura en la negociación? «No tiene absolutamente nada que ver, ni antes ni ahora. Es un cuadro de una sociedad de la baronesa, Omicron Collections Ltd., y está en estos momentos prestado. La capacidad de negociación o de conseguir llegar a un acuerdo no depende de que la obra esté colgada en el Museo Thyssen-Bornemisza». Y la pregunta del millón es dónde está «Mata Mua». Por cuestiones de seguridad, no se puede desvelar el paradero, aunque seguro está a buen recaudo.
La disposición, recalcan, es buena por ambas partes, «máxima, hay voluntad e interés por cerrar», aunque todo apunta a que si el 30 de septiembre, agotado ya el tiempo para la decimoséptima prórroga, quedara algún fleco suelto, se podría acordar una nueva; de lo que no cabe duda es que en algún momento este culebrón ha de acabar. Paradojas de la vida, «Mata Mua» significa «Érase una vez». como si de un cuento se tratara.