89 años en deuda con Clara Campoamor, la mujer que logró el voto femenino
Un día como hoy de 1931, tras el discurso de la abogada en el Parlamento, se concedió el derecho al voto a la mujer por primera vez en España
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El pasado martes, el Gobierno anunciaba el cambio de nombre de la estación de metro y tren madrileña de Chamartín. Pasará a denominarse estación Madrid Chamartín Clara Campoamor, en homenaje a la abogada, escritora, política y defensora de los derechos de la mujer. Pero, ¿qué hizo esta mujer y por qué es de tal importancia no solo en Madrid, sino en España en general?
Un día como hoy de 1931, la Constitución concedía el derecho a voto a las mujeres por primera vez en España. Un gran paso adelante para la sociedad, así como para el movimiento feminista. Y, cada año, se recuerda el gran discurso de Clara Campoamor, figura determinante en este hito histórico.
Aquel día de hace 89 años, Campoamor defendió en el Parlamento el sufragio universal, a través de un discurso alentador y que presentaba a las mujeres como ciudadanas de pleno derecho, al igual que los hombres, como sujetos que debían incorporarse a las leyes.
“Os disteis a vosotros mismos las leyes; pero no porque tengáis un derecho natural para poner al margen a la mujer. Yo, señores diputados, me siento ciudadano antes que mujer, y considero que sería un profundo error político dejar a la mujer al margen de ese derecho, a la mujer que espera y confía en vosotros”, clamaba Campoamor.
Defendió sin miedo, con fuerza e inteligencia, y consiguió uno de los grandes derechos de los que las mujeres de hoy seguimos disfrutando. Junto a Campoamor, en aquel momento había 3 mujeres diputadas en el Parlamento: Margarita Nelken y Victoria Kent. Sin embargo, estas dos últimas no lucharon con la convicción de Campoamor en este sentido, sino que querían aplazar e incluso dinamitar el derecho a voto femenino.
De la taquigrafía al Derecho
Clara Campoamor nació en 1888 en Madrid y murió en 1972 en Lausana. Su vida fue bastante agitada, no solo por la lucha mencionada, sino porque tuvo que huir de España durante la Guerra Civil, muriendo exiliada en Suiza.
Hija de una costurera y un contable, comenzó a trabajar con 10 años. Fue modista, dependienta y telefonista, hasta que consiguió plaza como auxiliar del cuerpo de Telégrafos gracias a unas oposiciones. Durante los siguientes años, combinó su trabajo de profesora de taquigrafía y mecanografía con el de traductora de francés.
Se licenció en Derecho en diciembre de 1924, convirtiéndose a los 36 años en una de las pocas abogadas españolas de la época. Y esto tan solo fue el comienzo de una serie de grandes éxitos que fue alcanzando durante su carrera personal y profesional. Fue “la primera” en muchas cosas, así como también consiguió, gracias a sus logros, que, más tarde, hubiese más mujeres que fueran “las primeras” en cada vez más ámbitos.