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Un estudio sugiere que las mujeres gobernaron pueblos de la Edad de Bronce

A partir del análisis de una tumba hallada en el Argar, unos expertos explican que las féminas de clase dominante pudieron ser líderes de su época
UAB

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Hace 4.000 años, durante la Edad de Bronce, existió en lo que hoy son las provincias de Almería y Murcia una sociedad que floreció en el sudeste peninsular entre los 2200 y 1550 a.C.: el Argar. El lugar, que hoy es un yacimiento arqueológico, estuvo habitado al menos 600 años y fue allí donde se estableció la primera organización estatal del Mediterráneo occidental, formando una de las sociedades de mayor relevancia en la Europa del III y II milenios a. C. Ahora, una investigación liderada por arqueólogos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha arrojado nueva luz sobre quiénes y cómo eran aquellos que verdaderamente manejaron el poder.
El estudio, publicado en la revista “Antiquity”, ha desvelado el poder político y económico que tuvieron los miembros de la élite de esa sociedad, así como ha asegurado que fueron ante todo mujeres de la clase dominante quienes gobernaron en El Argar. Han llegado a esta conclusión tras analizar los restos hallados en 2014 en una tumba principesca -en La Almoloya, en Murcia-, donde encontraron restos de una pareja o una diadema de plata.
“La Almoloya y la tumba 38 son ese tipo de hallazgos excepcionales que proporcionan una visión sobre los gobernantes y los objetos emblemáticos de las primeras sociedades que emergieron en Europa durante la Edad de Bronce”, explica en “Antiquity” Vicente Lull, uno de los coordinadores de la investigación. A partir de la tumba donde hallaron a dos personas de entre 25 y 40 años, destaca la diadema colocada sobre la cabeza de la mujer. Tras ser analizada y comparada, se ha concluido que todas las diademas halladas de la época fueron exclusivas.
“La singularidad de estas diademas es extraordinaria. Fueron objetos simbólicos hechos para estas mujeres para que fueran sujetos emblemáticos del poder de la clase dominante”, ha explicado la también experta Cristina Rihuete. Así, consideran este artilugio como un indicio del papel destacado de dichas mujeres, quienes posiblemente gobernaran por derecho propio, según los investigadores. Asimismo, añaden el dato de que en la sociedad argárica las mujeres eran enterradas con diademas frente a los hombres, sepultados con espada y daga: objetos de menor calidad. “Las espadas eran el medio para hacer cumplir las decisiones políticas y ciertos hombres habrían jugado un papel ejecutor, aunque la legitimación y, quizá también el gobierno, recayera en ciertas mujeres”, explican.