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Vicente Aleixandre escribe a Francisco Brines: «Precioso tu libro ’'gordo’'»

Una exposición recupera los diálogos epistolares del último Premio Cervantes con varios poetas
Natxo FrancésEFE
  • Víctor Fernández está en LA RAZÓN desde que publicó su primer artículo en diciembre de 1999. Periodista cultural y otras cosas en forma de libro, como comisario de exposiciones o editor de Lorca, Dalí, Pla, Machado o Hernández.

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Su delicada salud hará que Francisco Brines no pueda acudir, como a él le gustaría, a recoger el Premio Cervantes en la Universidad de Alcalá de Henares mañana, como viene siendo habitual, con motivo del Día del Libro. Él no estará físicamente, pero sí su palabra y su tiempo. Una exposición, comisariada por Àngels Gregori, directora de la Fundación Brines, reflejará lo que ha sido una biografía dedicada a quien ha hecho de la poesía su vida. Por todo ello, no está de más recordar la definición que el mismo Brines hace de la poesía, tal y como contó el pasado mes de noviembre a este diario: «Por poesía entiendo el encuentro con lo intenso y profundo, por eso prefiero quizá la que surge desde dentro y que se va descubriendo ante quien la escribe, ante aquel que la halla en él mismo al escribirla. Eso es la poesía».
Uno de los atractivos de la muestra es la presentación de las cartas que varios poetas enviaron a Brines. Son los papeles que el flamante Premio Cervantes guarda en su refugio en el pueblo valenciano de Elca, entre los que se encuentran muchas misivas, algunas de ellas inéditas, a amigos y maestros, como dos miembros destacados de la Generación del 27: Luis Cernuda y Vicente Aleixandre.
La misiva de Cernuda no se incluye en el volumen con las cartas del autor de «Perfil del aire» preparado por James Valander. Está escrita el 10 de enero de 1963, durante el último año de vida del autor sevillano, y se hace referencia a un trabajo que Brines había dedicado a «La realidad y el deseo». Dice así: «Querido Francisco Brines: Hace algunos días que recibí su separata del número de “La caña gris”, conteniendo el trabajo tan generoso, inteligente y amistoso que dedica a la tercera edición de “La R. y el D.” Ya lo conocía, por la lectura del número de la revista, que recibí poco antes de Navidad. Se lo agradezco en extremo, porque no es cosa acostumbrada para mí verme tratado con tanta simpatía y entendimiento». Cernuda, en agradecimiento, le remitía un ejemplar de su «Desolación de la Quimera». También aprovechaba la carta para preguntar a Brines si escribía. «Recuerdo que el otoño pasado, me envió [Jacobo] Muñoz, de parte de usted, ejemplar de “Las Brasas”, y le puse unas pocas líneas agradeciéndole el libro y la lectura del mismo, que me interesó y gustó no poco. ¿Ha escrito más? Supongo que sí, claro; y si tiene tiempo y ganas, no deje de hablarme alguna vez sobre usted, su vida y su trabajo».
Sobre Lorca y Neruda
Otra carta interesante es la que Brines recibió de Vicente Aleixandre. Fechada el 12 de junio de 1965, en ella el autor de «Espadas como labios» escribe: «Querido Paco: Esta hojilla va de despedida. Llega tu carta. Sigo [pensando] en que es una leyenda eso de que tú no escribes. ¡Y con fruitivo pormenor! Estoy en que Neruda no es más amigo de Lorca que mío. Lo recuerdo bien: pero, ay, Federico y su tragedia y halo le habrán hincado más la memoria, y veloz, que dicen en mi tierra».
La carta también hace referencia a una enfermedad del crítico José Olivio Jiménez, a artículos de Emilio Miró y José Luis Cano, pero también a la propia obra de Brines, concretamente, al poemario «El santo inocente»: «Sé que tu “Inocente” anda por el mundo y bellísimamente presentado. Lo espero desde Valencia cuando regreses». Aleixandre también le comenta la salida de sus libros recientes: «Salieron mis “Presencias” (Biblioteca Breve), que quedan bien de presentación. Y estos días sale “Retratos con nombre”, que te mandaré a Valencia desde Miraflores».
La misiva acaba con un consejo típico de la generosidad de Aleixandre, de aquel que siempre deseaba ayudar a los jóvenes poetas que querían de su apoyo: «En verano debes disponer y ordenar tu libro, sin falta. Precioso libro “gordo”. Para consulta sobre orden o inclusión, ya sabes que en calidad de lector me tienes, como a Carlos [Bousoño], a tu “servicio”, y feliz en ello. Tienes que dar el libro enseguida, sin más retraso». Muy probablemente el futuro Nobel se refería a «Palabras a la oscuridad», que Brines llevaría a la imprenta al año siguiente.
Por otra parte, en el archivo de Brines hay copia de una carta a Jaime Gil de Biedma. Al Premio Cervantes le acusaban equivocadamente de haber escrito un poema contra el autor de “Moralidades”, pero no era así. Todo era por culpa de una composición titulada «Poeta póstumo» y que nada tenía que ver con los «Poemas póstumos» del barcelonés: «Aunque nos veamos poco, me considero verdadero amigo tuyo, y por mi manera de ser nada podría escribir que te desmereciera personalmente». Igualmente Brines reconocía que «tu poesía me gusta tanto como me divierte».