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Jorge Coll: “Nuestra relación con el Museo del Prado es fluida y excelente”

El CEO de Colnaghi, la casa especializada que se encargará de custodiar y ratificar el supuesto Caravaggio encontrado este mes en Madrid, habla sobre el proceso al que se someterá el cuadro
ANSORENAEFE/ Ansorena
La Razón
  • Matías G. Rebolledo

    Matías G. Rebolledo

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Jorge Coll (Barcelona, 1978) se sienta al otro lado de una robusta de mesa de roble, probablemente uno más de los numerosos objetos de alto valor que cuelgan y habitan en orden caótico la sede de Colnaghi en el centro de Madrid. La institución especializada en arte y antigüedades, de la que Coll es CEO, saltó al primer plano de la actualidad la semana pasada cuando la familia Pérez de Castro la seleccionó como la encargada de custodiar y ratificar la autoría del presunto Caravaggio que se descubrió a principios de mes en la capital. Antes de que fuera subastada por Ansorena, la propia casa se encargó de comunicar el probable descubrimiento al Ministerio de Cultura y, desde entonces, la novela no ha hecho más que enredarse. El último giro, lo ofrecía a última hora del viernes la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (RABASF), que afirmaba que el cuadro habría sido objeto de trueque entre la propia institución y Evaristo Pérez de Castro, ancestro de los actuales dueños de la pieza.
Con el cuadro en una “localización segura y apta” que no puede revelar, y habiéndose desplazado a España desde su domicilio habitual de Londres solo para estar atento al proceso, Coll se entrevista con LA RAZÓN para aclarar la cronología del hallazgo, la labor que llevará a cabo su anticuario y en qué situación burocrática y de conservación se encuentra el “Ecce Homo” que, hasta hace apenas un mes, se atribuía al círculo de Ribera pero cuya relación o sospecha de relación con Caravaggio se conoce desde, al menos, el año 2013, cuando se publicó el trabajo de investigación de Itziar Arana (RABASF) haciendo público el “trueque” de 1823.
-¿Cómo ha afectado la pandemia a su campo de negocios?
-Nosotros hemos aprovechado nuestra presencia en varias ciudades y capitales del arte para digitalizar el negocio. Hemos hecho, desde el inicio de la pandemia, varias exposiciones que han ido bien. Evidentemente, te ves forzado a buscar otro tipo de contenido, como es normal, pero seguimos teniendo éxito. El mercado del arte, realmente, no se ha parado. Si tú miras los resultados… De alguna forma, creo que la gente ha visto en el arte un refugio para estos momentos difíciles. En ese sentido, sorprendentemente hemos trabajado muy bien.
-¿Ustedes sabían de la historia del cuadro que publicó la Real Academia de Bellas Artes?
-No, no teníamos conocimiento. Es un asunto del que no sabíamos hasta que ellos publican el documento. Estamos hablando de que este cuadro se ha convertido en algo muy mediático, todo el mundo ha unido esfuerzos para intentar encontrar documentos. Muchas veces, estos documentos no aparecen nunca pero ahora hemos tenido suerte de que han aparecido documentos realmente importantes desde el punto de vista de la autentificación.
-¿Están ustedes en contacto y trabajando con la Real Academia a partir de ello?
-Normalmente, estos procesos llevan tiempo. Aquí todo el mundo está intentando, yo creo que con buena fe, que cuaje todo en una semana, pero un proceso como este lleva tiempo. Nosotros lo que estamos haciendo ahora mismo es recopilar toda la información, que es nuestro trabajo y luego estudiaremos los resultados que arroje, quedándonos con lo que resulte verdaderamente importante.
-¿Cuándo recibieron ustedes el encargo de la familia Pérez de Castro?
-Nosotros recibimos el encargo una vez el cuadro se retiró de la subasta. Creo que Ansorena hizo un buen trabajo, porque se dieron cuenta de que este cuadro tiene una relevancia que, oficialmente, no estaba prevista y aconsejó a la familia que el cuadro se estudira más detenidamente.
-Imagino que no me puede decir la ubicación exacta del cuadro, pero, ¿en qué condiciones está?
-El cuadro está en una localización de seguridad con las condiciones de conservación y humedad pertinentes. Está en el sitio perfecto.
-¿Qué ofrece Colnaghi que no pueda ofrecer otro servicio de restauración o conservación, pongamos el del Museo del Prado?
-Nosotros lo que ofrecemos, al final, es independencia. Nuestra empresa se fundó en 1760, hace 250 años, y tenemos mucha experiencia en obras de este calado. Hemos vendido obras de Miguel Ángel, de Leonardo, de Velázquez… Y ahora posiblemente de Caravaggio. En el año 2019 estuvimos involucrados, aunque sea de manera tangencial, en el Caravaggio que se descubrió en Toulousse y el cuadro estuvo en nuestra sede en Londres durante dos meses. Más allá de eso, yo soy español, que eso ayuda y tenemos una fluida y excelente relación con el Museo del Prado. Creo que todo ayudará, y que como empresa especializada, tiene más sentido que llevemos este tema.
-¿Se puede establecer un plazo de lo que tardaremos en confirmar que es un Caravaggio?
-Cualquier plazo es una especulación, pero sí que es verdad que procesos parecidos a este se han llegado a alargar años. Es cierto que el que sea tan mediático y que, al final, digamos que todo el mundo esté aunando esfuerzos, puede recortar los plazos. Estos plazos ahora podrían convertirse en meses.
-¿Le molesta la mediatización del caso?
-En estas cosas, cuanto más calma haya mejor para todos, para poder trabajar. Entendemos que la parte mediática es una realidad y hay que lidiar con ello.
-¿Tenían ustedes una relación previa con la familia Pérez de Castro?
-Nosotros entramos en este escenario por una relación meramente profesional y luego ha resultado que, casualidades de la vida, teníamos contactos previos pero meramente casuales. No había una relación constante. Es algo que hemos descubierto luego del tiempo que hemos pasado juntos trabajando.
-¿Cómo le explicaría a alguien que no tiene idea qué van a hacer con el cuadro, qué procesos van a seguir?
-Hay tres procesos: primero el de investigación, de recopilación de información y datos relevantes, como el de la Real Academia de Bellas Artes que ayuda a contextualizar el cuadro; luego hay un proceso de restauración y conservación. Nosotros, directamente, no restauramos, pero si asesoramos y monitorizamos el proceso. Y luego hay un tema de atribución, en el que coordinándonos con todos los expertos podremos llegar a algún tipo de consenso. Con casi todos habíamos trabajado varias veces en el pasado. Hecho eso, si la familia considera que quiere vender el cuadro, se llevará a cabo un estudio de mercado.
-¿Cuál es el estado del cuadro?
-El cuadro no está en mal estado, al contrario. Es un cuadro barroco, del S.XVII con barnices que se tienen que mejorar y restaurar, pero está en buen estado. El cuadro está en un estado normal para el trote que tiene encima.
-¿En qué estado está el marco del cuadro?
-No se conserva el original, como es normal yo creo. Lo que se hará es buscar un marco de la época, basándonos en catálogos y referencias ya habituales.
-¿En qué punto está su colaboración con el Ministerio de Cultura?
-Al final, por ley y al estar protegido como Bien de Interés Cultural, tenemos que estar en contacto permanente tanto con el Ministerio de Cultura, con la Comunidad de Madrid, y también con el Prado. La comunicación va a ser fluida.
-Cuando se ratifique la autoría, ¿Cuál será el siguiente paso?
-Hay mucha gente que ya se ha posicionado y estamos trabajando con la mente puesta en que es un Caravaggio. La familia lo que quiere es un trabajo profesional y autorizado, en el que las opiniones estén contrastadas y no queden dudas sobre la autoría. Llegados a ese momento, tendrán que sentarse entre ellos y ver cuál es el siguiente paso que quieren dar.
-A nivel de relevancia, ¿dónde pondría el descubrimiento de un Caravaggio perdido en 2021?
-Es algo muy importante, es algo que se podría considerar, sin exagerar, como el descubrimiento del siglo. Pero bueno, estos descubrimientos suceden, aparecen y nos muestran lo bonito de la investigación en la pintura antigua.
-A nivel personal, ¿Cómo ha vivido la novela?
-No te puedo decir que estemos habituados a que aparezca un Caravaggio, pero es un proceso parecido al de muchos otros cuadros de artistas menores que han aparecido. Lo primero que hicimos fue asesorarnos comunicativa y legalmente y, a partir de ahí, queremos estar del lado de la confianza de la familia. Conocemos a todas las partes implicadas y lo que tenemos que hacer ahora es encargarnos de ponernos manos a la obra y poner orden para que los pasos se den de forma adecuada.

El descubrimiento del “trueque” tiene ocho años

En 2013, la doctora Itziar Arana, experta en el archivo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, hizo pública la permuta que acordó la institución con Evaristo Pérez de Castro. En aquella investigación, de la que da cuenta a LA RAZÓN, el vicepresidente y tesorero, Alfredo Pérez de Armiñán, se señalaba que el Alonso Cano de marras se había ofrecido a la Academia y, a cambio, esta otorgaría a Pérez de Castro el que mejor conviniera de una lista de cuatro. Siendo el último el supuesto Caravaggio, ahí se incluían «Lot y sus hijas», de Furini, «La Magdalena», de Murillo, y el Cristo despojándose de sus vestiduras, atribuido de igual forma a Alonso Cano. Después de deliberar en una comisión en la que estaba presente incluso el pintor Zacarías González Velázquez, se eligió el «Ecce Homo».