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Clásicos en Alcalá “resucita” a Marsillach

El renovado Festival Iberoamericano del Siglo de Oro se inaugura hoy recuperando la mítica puesta en escena que hizo el director de “El médico de su honra”

Pase gráfico de "El médico de su honra" en el Teatro Salón Cervantes de Alcalá de Henares
Pase gráfico de "El médico de su honra" en el Teatro Salón Cervantes de Alcalá de HenaresLuis DíazLa Razón

Aunque sí contó con el beneplácito del público, ni a los filólogos, ni a los especialistas en el Siglo de Oro, ni a los estudiosos de la obra concreta de Calderón de la Barca, ni tampoco a la crítica teatral, les gustó la propuesta escénica –entonces transgresora– de “El médico de su honra” con la que Adolfo Marsillach inició la andadura de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, con él mismo al frente, allá por 1986. Más bien al contrario; según recuerda hoy Roberto Alonso, miembro fundador y director adjunto de la compañía, y ayudante de dirección de Marsillach en aquel montaje, “el espectáculo fue atacado despiadadamente, precisamente por su modernidad”.

No obstante, a pesar de las objeciones iniciales, aquel montaje no solo se considera hoy icónico en la historia de la institución, sino que, además, abrió un camino para todos en la forma de leer, entender y representar los textos clásicos, que hoy es el que siguen transitando los actores y directores más importantes de nuestro país. “De acuerdo a como hoy entendemos el teatro, sentó las bases a la hora de mirar a los clásicos y de llevarlos a escena –corrobora Alonso–. En España, a pesar del incomparable patrimonio teatral que poseemos, no teníamos una tradición ni un método en la manera de trabajar el verso, como sí había en Francia o en Reino Unido. Y fue a partir de aquí cuando empezó a fraguarse”.

A esa decisión de naturalizar y clarificar el verso –sacrificando a veces la rigidez métrica– hay que añadir otras dos originalidades en aquella época que hoy ya están perfectamente asimiladas por todos: la inclusión de personajes que no estaban en el original, y que sirven para facilitar el desarrollo de la acción, y la marcada reducción de decorados y elementos escenográficos para dar protagonismo al texto y a los actores.

Pase gráfico El médico de su honra
Pase gráfico El médico de su honraLuis DíazLa Razón

Ciertamente, este fue un montaje del que todos los amantes del teatro clásico han oído hablar más de una vez, por no decir mil veces; pero, teniendo en cuenta la naturaleza inasible y efímera de este arte, no todos tuvieron la oportunidad de verlo en su momento y, por tanto, no todos conocen de primera mano los aciertos o virtudes que pudo encerrar. Por eso el nuevo director del Festival Iberoamericano del Siglo de Oro Clásicos en Alcalá, Mariano de Paco Serrano, está empeñado en recuperar para el público, en la medida de sus posibilidades, “algunas de las grandes puestas en escena que han marcado el devenir de la historia de nuestro teatro”. Y qué mejor que empezar, en esta 20ª edición del festival que se inaugura hoy, por aquel “Médico” de Marsillach; y qué mejor que confiar la dirección de su reposición a Roberto Alonso, que será a todas luces quien mejor conozca, con Marsillach fallecido, las características y particularidades del montaje original.

“Esta apuesta de Mariano (de Paco) es tan atípica como sugerente y modélica –opina Alonso–; creo que es fundamental que la gente pueda conocer algunos de los montajes más importantes de nuestro teatro. Y este, sin duda, es uno de ellos”. Evidentemente, después de 35 años, no todo puede ser exactamente igual, empezando por el reparto. Sergio Otegui, Álex Gadea, Jorge Mayor, Verónica Ronda, Marta Gómez, José Manuel Seda o Antonia Paso son solo algunos de los intérpretes que conforman un renovado elenco con nada menos que 17 nombres.

Como ya hiciera en 1986, Rafael Pérez Sierra firma la versión del texto –entonces lo hizo en colaboración con Marsillach y ahora con Alonso– de una obra cuya duración, según su director, “se ha adecuado a los tiempos y los ritmos que imperan hoy en los teatros”. La obra, que duraba originalmente dos horas y cuarenta minutos, se ha reducido a poco más de dos horas. Y señala Alonso algunas otras modificaciones: “También se ha reducido un poco la escenografía, se han matizado las luces, hay algunas variaciones en ciertas situaciones y movimientos…; en definitiva, se han adaptado algunas cosas a las circunstancias y al contexto concreto en el que se va a ver hoy la función; pero todo se ha hecho, aunque pueda parecer paradójico, respetando escrupulosamente el espíritu de Adolfo (Marsillach) en la concepción escénica de la obra”.

  • Dónde: Teatro Salón Cervantes, Alcalá de Henares (Madrid). Cuándo: 10, 11 y 12 de junio. Cuánto: de 8 a 16 euros.