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Paulina Flores, promesa cumplida en «Isla Decepción»

La escritora chilena se estrena como novelista: «El mundo es bello pero lo estamos llenando de basura», afirma

La chilena Paulina Flores, ganadora del premio Roberto Bolaño y elegida por Granta como una de las mejores narradoras en español
La chilena Paulina Flores, ganadora del premio Roberto Bolaño y elegida por Granta como una de las mejores narradoras en españolMarta PérezEFE

Paulina Flores es una de las grandes voces literarias del momento, una de esas escritores que merece tener en cuenta. Si con su primer libro «Qué vergüenza», una carta de presentación a partir de relatos, sorprendió a lectores y críticas, su primera incursión en la novela, «Isla Decepción» (Seix Barral), confirma que es, como dijo hace poco la revista «Granta», una de las 25 mejores escritoras en español.

En «Isla Decepción» nos invita a viajar hasta el estrecho de Magallanes, además de presentarnos la vida de Marcela, una mujer que tras fracasar en el amor, lo deja todo para irse a vivir hasta Punta Arenas, en la Patagonia, donde vive Miguel, su padre, y que tiene oculto en su casa a Lee, un joven coreano rescatado en el mar tras tirarse de un barco.

La escritora aseguró ayer, en conversación con este diario, que pasar del relato breve a la novela «ha sido arduo, pero lo he disfrutado mucho. Ha sido un trabajo de investigación, de ir palabra a palabra. Cuando escribía un relato lo hacía sabiendo lo que pasaría al final y entendiendo el lector el pacto que propongo, como es el de estar en un momento en la vida de alguien. La novela puede durar toda la vida de alguien, desde que nace hasta que muere, por lo que para mí fue muy difícil ponerle fin. Ha sido un proyecto de total aprendizaje porque he tenido que conocer datos de viajes, de moluscos, de invertebrados y eso me encanta. Los temas son una excusa para poder obsesionarme con algo. Así que he sido muy feliz»

Sobre cómo ha dibujado los personajes, Paulina Flores comentó que «quería que todos ellos huyeran de distintas formas. Paulina es el personaje más cercano a una vida normal, alguien que tiene un trabajo y que quiere cumplir sus sueños, además de ser feliz y enamorarse, pero también ser infiel. Lo que trato de hablar con estos personajes, pero sobre todo con Miguel y Li, es que hay formas de vida distintas. Alguien me ha dicho que todos son perdedores, pero no es así: buscan otras formas».

El amor es otro de los grandes temas de esta obra, pero «no es un amor romántico sino de compañerismo, amistad, conexiones y entender que uno puede amar intensamente, pero luego eso se evapora aunque eso no significa que no haya existido. Miguel, que es electricista, dice que nosotros conducimos electricidad, somos los conectores porque a veces conectas con la gente y crees que ha sido un sueño porque después todo se ha evaporado».

Hay también en las páginas de «Isla Decepción» una reivindicación de la naturaleza en estos tiempos turbulentos. «Quise mostrar que el mundo es bello y lo estamos llenando de basura y también que no se puede escapar de ello. Porque incluso cuando queremos estar absolutamente solos y desolados hay una botella de Coca-Cola de plástico al lado, diciéndote que por aquí pasó el ser humano». A este respecto, añadió que una de sus principales ideas es «que nos demos cuenta de que no podemos escapar, aunque esta novela trate de escaparse, pero siempre hay un poco de basura rondando».

Flores vive en la actualidad en Barcelona y es aquí donde está escribiendo estos días un cuento inspirado en el Raval con tres personajes como protagonistas: Al Pacino con treinta años, el fantasma Casper y ella misma. A la vez ya trabaja en una novela que define como una mezcla de anime japonés con picaresca, con un niño no binario de protagonista y cuyo punto de partida es un relato suyo titulado «Buda flaite».