Así era Maya Angelou, la primera mujer negra en aparecer en una moneda estadounidense
La escritora y poeta publicó siete autobiografías, tres ensayos y varias obras de poesía, así como su figura fue clave en el activismo por los derechos civiles de su país
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Conectaba con las palabras y transmitía con cada verso. Marguerite Annie Johnson, más conocida como Maya Angelou, fue una escritora y poeta clave en la historia de Estados Unidos. Además de ofrecer al público siete autobiografías, tres ensayos y varias obras de poesía, la autora destacó por su incansable activismo por los derechos civiles de su país. Tal fue su aportación creativa e intelectual, que aún hoy sigue siendo modelo a seguir y su figura continúa siendo homenajeada. Por ello, Angelou se ha convertido esta semana en la primera mujer afroamericana en ser el rostro de una moneda de 25 centavos de dólar en Estados Unidos, conocidas como “quarter”, y los primeros ejemplares han comenzado ya a distribuirse a los bancos del país.
Mientras que en un lado de la moneda aparece un retrato del primer presidente de Estados Unidos, George Washington, en el otro aparece Angelou, quien también fue pionera al ser la primera mujer afroamericana en escribir y declamar un poema en la toma de posesión de un presidente de dicho país, en su caso la de Bill Clinton en 1993. De esta manera, según ha informado el Departamento del Tesoro, la Casa de la Moneda aprovecha el lanzamiento de las monedas de Angelou para continuar en este alegato de igualdad, pues planea emitir 20 monedas más durante los próximos cuatro años que representen a otras mujeres estadounidenses que hayan desempeñado papeles importantes durante la historia del país.
“Cada vez que realizamos el rediseño una moneda o un billete, tenemos la oportunidad de decir algo de nuestro países, lo que valoramos y cómo hemos avanzado como sociedad”, señaló la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, en un comunicado. Con esto, entre las próximas mujeres que recorrerán carteras y bolsillos están Sally Ride, la primera mujer astronauta; Wilma Mankiller, la primera mujer jefe de la Nación Cherokee; Anna May Wong, la primer estrella china-estadounidense de Hollywood; y Nina Otero-Warren, una líder del movimiento sufragista en Nuevo México.
El objetivo es diversificar las imágenes y referencias usadas en las monedas y billetes de curso legal en Estados Unidos, dado que la mayoría de ellas corresponden a hombres blancos. La Administración del presidente estadounidense, Joe Biden, ha señalado su intención de conseguir que Harriet Tubman, una esclava afroamericana que se convirtió en abolicionista, sea la imagen de los nuevos billetes de 20 dólares en el futuro próximo.
Entre Malcolm X y Barack Obama
Angelou, nació en Misuri en 1928 y murió en 2014 a los 86 años. Vivió durante casi una década junto con su abuela en Arkansas, una de las regiones más pobres de EE UU, sufriendo de primera mano la segregación racial en el llamado sur profundo. Una serie de vivencias que relataría en la que fuera su primera autobiografía y una de sus obras más conocidas y reconocidas: “Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado” (1970). Y es que la vida de Angelou no fue nada fácil, ya no por la discriminación y el racismo, sino por que a estos riesgos sociales se le suma el de ser mujer.
A los 7 años la poeta fue violada por la pareja de su madre, quien fue detenido, enjuiciado y posteriormente liberado. Poco después murió asesinado, pero Angelou vivió con el dolor para siempre, hasta el punto de no volver a hablar durante los cinco años siguientes. No obstante, aunque no practicara la palabra hablada, sí lo hacía con la escrita, tanto a la hora de leer como de escribir. Era lectora voraz, y en el momento en que comenzaron a reconocer su pasión por la poesía fueron convenciéndola para que leyese sus versos en voz alta.
Con 15 años se convirtió en la primera conductora de tranvía de San Francisco, con 16 tuvo su único hijo y fue a partir de 1961 cuando comenzó su activismo social. Trabajó como coordinadora de la Conferencia de Liderazgo Cristiano del Sur de Martin Luther King, así como conoció a Malcolm X en Ghana y trabajó con él en EE UU. “Yo, junto con varios jóvenes en ese momento estábamos desencantados y nos sentimos enojados, protestamos por la desigualdad. Pero hasta que apareció el movimiento de derechos civiles, no había una forma clara de oponerse a las desigualdades”, dijo a la BBC años más tarde mientras recordaba a los asesinados Malcolm X y Martin Luther King.
Su primera autobiografía fue un éxito en ventas y hizo otros seis volúmenes más. Además, comenzó a publicar poesía, realizó un guión cinematográfico, escribió una serie de televisión y se convirtió en académica y profesora de estudios estadounidenses en la Universidad de Wake Forest, un centro en Carolina del Norte. Era, por tanto, una de las autoras negras más reconocidas ya no de Estados Unidos, sino a nivel internacional, de tal manera que en 2010 Barack Obama le otorgó la Medalla Presidencial de la Libertad, así como recibió docenas de títulos honoríficos y publicó más de 30 best sellers.
Una autora carismática, apasionada, cercana, intelectual, que supo exprimir su talento como escritora para llevar alrededor del mundo la necesidad de igualdad social. Ahora, se recuerda su figura gracias a esta iniciativa de las monedas estadounidenses, a modo de recordatorio de sus grandes aportaciones a la historia de Estados Unidos y a la evolución hacia un mundo más justo.