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Fernando Vilches recomienda “Ateismo ideológico” de Ángela Vallvey

Para este doctor en Filología Hispánica este libro es esencial porque apela a pensar por uno mismo
larazonRubén Mondelo
La Razón

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Fernando Vilches es Profesor Titular de Lengua Española y columnista de LA RAZÓN, autor de ensayos como “La divertida aventura de las palabras: Del buen uso del español”, “La Educación: sistema y comportamientos sociales”, “Con buenas palabras” o “El lenguaje en los medios de comunicación”, entre otros muchos publicados, de forma didáctica y divertida, con la intención de perfeccionar el uso de nuestro idioma. Vilches recomienda vivamente la lectura de “Ateísmo ideológico”, de Ángela Vallvey.
Un libro reciente
De octubre y lo leí en vacaciones de Navidad. Es un análisis lucidísimo de la actualidad política española que considero imprescindible.
¿Qué encontró en él?
La comprensión de mi situación. Yo pienso mucho a quién voto y por qué, pero siempre he tenido muchas dudas sobre mi ideología y Vallvey me acaba de descubrir lo que soy, un ateo ideológico.
¿Por qué?
Ella sostiene que la ideología ha sustituido a la reflexión, la opinión, la religión, a todo. Si tienes una ideología la votas porque sí, sin plantearse si está respondiendo a los problemas. Critica esto con una lucidez tremenda y dice que necesitamos más reflexión, menos ideología y más política efectiva.
¿Se vive la ideología como una religión?
Eso es lo terrible, dice, porque actualmente la política está bañada de radicalidad, de derechas o de izquierdas, incluye a todos. Falta política y sobra fanatismo, falta cotejar propuestas para encontrar soluciones. Necesitamos menos enfrentamiento y más confrontación de ideas, que muchos confunden con enfrentamiento. Confrontar es cotejar y a lo que asistimos ahora en política es a un juego de frontón.
¿Quiénes son los creyentes?
Aquellos que votan al partido de su ideología y punto, al margen de cómo estén actuando, les da igual, lo justifican todo, hasta la corrupción y la ineptitud, porque son de los suyos. Esos electores, más que ciudadanos, son creyentes que manejan una doble vara de medir, para los suyos y para los de enfrente.
¿El fanatismo es contrario a la sensatez?
Ese es el mensaje del libro, para mucha gente la ideología es una auténtica cárcel, un lastre que nos impide progresar, porque la persona que no reflexiona, que no duda –la duda es síntoma de inteligencia- , no tiene conciencia de qué se está haciendo ni del por qué.
¿A quién se lo recomienda?
A todo mayor de 18 años, para que sepa que hay que meditar y elegir de forma consciente, y no cegados por la ideología. Para los jóvenes que empiezan a votar lo considero un libro imprescindible. A mis alumnos de la universidad ya se lo he recomendado.