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Leandro Pérez: «La libertad no se valora hasta que se pierde»

Publica «La última noche de Libertad Guerra», una novela ambientada en una España donde triunfó el golpe del 23-F
C G SantosLa Razón

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Leandro Pérez ha escrito un libro maduro y con fuste que parte de un presupuesto sorprendente: el golpe del 23-F triunfa, Juan Carlos I ha sido ajusticiado y Adolfo Suárez no ha corrido mejor suerte. Esta es una España de mucha violencia, donde permanece ETA, los baretos de la Movida mantienen su pelea musical y una periodista de fuerte personalidad dialoga con esa realidad. «La última noche de Libertad Guerra» (Planeta) es una historia alternativa del pasado que arroja luz sobre los que somos.
¿Quién es Libertad Guerra?
Una mujer que se encuentra en una situación que resulta extraordinaria. Podría haber vivido el Madrid de la Movida que conocemos y desempeñado su vocación de periodista musical, pero le toca una situación nefasta: una dictadura que oprime a la gente. Ella reacciona haciendo honor a su nombre y apellido. Vive en una España en la que triunfa el 23-F y donde se enamora de un tipo que ha desaparecido en un furgón.
¿Necesitamos personas tan rebeldes?
Necesitamos enfermeros, arquitectos, abogadas y mujeres como Libertad. Ha habido muchas, pero no siempre tuvieron prestigio. Las chicas, ya lo dice una canción, son guerreras, y las de esa época lo fueron. De ella me sedujo su voz, la que me guió como escritor. Por otro lado, con la libertad sucede como con la salud, solo se valora cuando se pierde o se ve amenazada. Cuando estás enfermo reparas en lo buena que es la salud. Igual ocurre con la libertad. No valoras lo maravillosa que es hasta que se ve atacada o se pierde.
¿Una historia alternativa le hizo valorar mejor nuestro tiempo?
Valoro mucho lo que tenemos. Es una España donde tenemos problemas y vivimos con dificultades. Pero también tenemos una democracia y a través de las elecciones podemos echar a un político inepto. Y esto se tiene que apreciar.
¿Qué le hizo pensar en un triunfo del 23-F?
Siempre lo hemos visto como un golpe abortado, pero, ¿y si llega a triunfar? ¿Y si uno de esos disparos mata a alguien? ¿Y si Carrero Blanco no llega a ser asesinado? ¿Qué hubiera ocurrido? A partir de ahí coloqué a mis personajes.
La Transición fue violenta.
Fueron años convulsos en los que ETA mata a muchas personas y la delincuencia, sobre todo a raíz de la heroína, está en el día a día. Es la época del cine macarra, donde las películas reflejan atracos y existe una clara presencia policial. He tratado de reflejar eso.
La música es importante.
La música te libera y te ensancha la mirada por los sonidos y ritmos que transmite. No es igual moverte con los Rolling que con Maria Callas. Las propias letras de las canciones que se compusieron en los 70 y 80 deslizaron mensajes importantes que resultaron clave para la apertura de la mentalidad en esa época.
¿Debemos seguir peleando por nuestros derechos?
Pelear por nuestros derechos y nuestros sueños sigue siendo necesario. No se puede recurrir a las armas. También se puede luchar con las palabras, pero lo que nunca puedes hacer es quedarte cruzado de brazos. Libertad no es un personaje que se encierre en una torre de marfil. Cuando ocurre una desgracia, lo que nos pide el cuerpo a todos es intentar evitarla, remediarla y afrontar la injusticia, la enfermedad, el dolor y la estupidez. Justo como hace ella.