Alerta roja en "Delfines de plata": terroristas en Madrid
Rodolfo Sancho protagoniza «Delfines de plata», el nuevo filme de Javier Elorrieta
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Sirviéndose del voltaje narrativo que la amenaza del terrorismo internacional lleva aparejado para configurar las bases coyunturales del relato, el cineasta Javier Elorrieta regresa a la dirección después de 12 años con «Delfines de plata» para proponer una historia, que es al tiempo un homenaje a las fuerzas de Seguridad del Estado, una suerte de alegato velado a la rebeldía interna en algunos estamentos oficiales y una fidedigna adaptación de la novela homónima de Félix García Hernán. Reconoce el director en conversación con LA RAZÓN que «la novela cae en mis manos por un periodista amigo, Ramón Bermejo, que me presenta al autor y me deja la novela. Desde el primer momento sus páginas me apasionaron porque tienen todos los elementos propios del cine que a mí me gusta hacer y de nuevo me embarco en esta aventura que supone siempre para un director el hecho de adaptar. Es la segunda novela negra que llevo a la gran pantalla, ya lo hice con «La camisa al revés», de Andreu Martín y el hecho de haber configurado el guión además a medias con Félix (el autor del libro en cuestión) ha sido todo un privilegio y ha ayudado mucho al ritmo y al tono que queríamos darle», asegura sobre su experiencia constatada en eso de las adaptaciones.
Pero en esta trama ágil y tensionada con la figura omnipresente de Rodolfo Sancho en la piel de heroico comisario encargado de desarticular una célula terrorista antes de que atenten contra un hotel de lujo de la capital madrileña, subyacen otras problemáticas que Elorrieta destaca con interés: «te diré que además del contexto del terrorismo, que enmarca gran parte del relato, creo que lo bueno de esta película y lo interesante, es que tiene muchos otros elementos sociales que se mezclan como son la inmigración, la homosexualidad, la violencia, el amor, la dinámica de trabajo de los hoteles, los procesos de investigación policial o la preparación de un atentado terrorista, que creo que es algo a lo que tal vez no estamos tan acostumbrados como espectadores», aduce.
Pero sí como ciudadanos: «Aquí en España, la secuela más importante que hemos tenido en este sentido ha sido sin duda el terrorismo de ETA que se prolongó durante demasiados años y de manera muy fuerte: todos los días nos despertábamos con un nuevo atentado en todos los medios de comunicación. Ahora la cosa está un poco más tranquila, pero creo que es gracias a estos cuerpos anónimos que comentábamos ahora impidiendo que los terroristas no se nos metan hasta la cocina. Ahora existen otras amenazas como el yihadismo, que también es terrible», indica antes de ensalzar la labor anónima de estos hombres y mujeres «desconocidos, anónimos, que nos mantienen a salvo de todo este tipo de amenazas. Personas que no sabemos dónde están ni lo que son pero que realmente hacen una labor impresionante».