Estadística

Un estudio cifra en 7.800 los miembros y colaboradores de ETA

El informe «Medio siglo de terrorismo. Un recuento estadístico» revela que la banda «sabía matar, pero quería sobre todo el desgaste emocional y propagandístico»

El atentado de ETA con coche bomba costó la vida al juez Querol, a su escolta y a su chófer y a un conductor de autobús en octubre de 2000
El atentado de ETA con coche bomba costó la vida al juez Querol, a su escolta y a su chófer y a un conductor de autobús en octubre de 2000PAUL WHITEAgencia AP

En España nunca se ha publicado una estadística completa de las acciones terroristas de ETA. Bajo el título de “ETA: Medio siglo de terrorismo. Un recuento estadístico” el catedrático Emérito de Economía Aplicada de la Universidad Complutense Mikel Buesa estudia el impacto numérico que ha supuesto el terrorismo donde el Grupo de Economía del Terrorismo ha analizado los datos cuantitativos que ha supuesto el terrorismo mediante la aplicación de las técnicas estadísticas y econométricas pertinentes. Y de todas las cifras destaca una en particular: alrededor de 7.800 personas pudieron estar directa o indirectamente relacionadas con la banda terrorista y sus acciones criminales.

El estudio abarca desde la realización de atentados y sus efectos victimales, los enfrentamientos armados entre sus militantes y las fuerzas policiales, las acciones de pillaje (atracos y robos), las detenciones de sus militantes y colaboradores, y los secuestros de personas, así como las bajas de terroristas (muertos y heridos). Según destaca, ha empleado como “fuente primaria” la “Cronología” del libro publicado por Manuel Sánchez y Manuela Simón:“Historia de un desafío. Cinco décadas de lucha sin cuartel de la Guardia Civil contra ETA” (Península) donde, a través de sus 571 páginas, queda reflejado un catálogo “muy completo” de hechos relacionados con esa organización terrorista.

Algunos registros -principalmente de los primeros años de la actuación de la banda terrorista- se hacen referencias ambiguas a los efectos de los atentados -sobre todo en materia de heridos-, a la cantidad de detenidos en las operaciones policiales o a los disparos efectuados en algunos ataques.

Este estudio revela que se llevaron a cabo un total de 4.121 acciones armadas de ETA, siendo esta cifra la más elevada de cuantas se ha dispuesto hasta ahora, lo que, “avala la idea de que la fuente primaria utilizada es la más completa que existe”. La comparación con los datos de Zuzen - publicación periódica que los dio a conocer- se alude a 2.406 acciones armadas hasta 2003; es decir, a una cantidad que representa tan solo el 61 por ciento de la que, para el mismo periodo, se desprende de la “Cronología” -3.923 acciones-. Aunque este dato no sería completo debido a que la organización terrorista no se hace eco en él de las actividades de algunas de sus disidencias armadas.

Cinco décadas de lucha sin cuartel, en cifras
Cinco décadas de lucha sin cuartel, en cifrasMiguel Roselló

Sobre los daños ocasionados por la banda terrorista, recoge cómo, casi el 73 por ciento de sus acciones no lograron causar víctimas, aunque muchas veces daños materiales, en tanto que el otro 27 por ciento se saldó con muertos o heridos. “Este desequilibrio entre las acciones sin y con víctimas fue una constante a lo largo de la existencia de ETA”. Esto, apunta dicho estudio, es debido a que muchas de las acciones “tuvieron un propósito propagandístico”. Además, incide en cómo, las acciones de obtención de recursos -atracos y robos- “carecieron casi siempre de contenido victimal”.

Armas o explosivos

En cuanto al modus operandi, en el 68,5 por ciento de los casos se utilizó el método de los explosivos,en tanto que solo en un 20,3 por ciento su base estuvo en el empleo de armas de fuego y en otro 11,3 por ciento se basaron en otras técnicas. Además, en este contexto, destaca cómo los atentados con explosivos fueron menos eficaces que los cometidos con armas de fuego. Así, de los primeros (2.821 en total) solo un 13,5 por ciento (381) se saldaron con algún muerto o herido -que a veces, en los atentados de mayor impacto, se contaron por decenas-. Además, en 395 casos (14 por ciento) los atentados resultaron frustrados por la actuación de los equipos policiales de desactivación de explosivos.

En cambio, los asesinatos con armas de fuego -en los que incluyen en la estadística los enfrentamientos de los etarras con los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado- resultó ser “muy superior”, pues en tres cuartas partes de ellos -628 casos sobre 836- hubo muertos o heridos.

Desgastar la “voluntad política del Estado”

¿Por qué, entonces, ETA se volcó preferentemente sobre las acciones con explosivos?, se preguntan los que han elaborado dicho documento. En él no pueden dar una respuesta, pero lanzan varias hipótesis: Una de ellas es que ETA sabía matar” y planeó muchos de sus atentados con esa finalidad; “pero sabía también que su estrategia tenía que centrarse en el desgaste de la voluntad política del Estado”. Para ello, además de alargar todo lo posible su campaña -siguiendo la estrategia teorizada por Mao Tse-tung Sobre la guerra prolongada- incidió sobre el impacto emocional y propagandístico de sus acciones. Y es ahí, apuntan, “donde los explosivos juegan un papel muy superior a los tiroteos con armas de fuego”. Recuerda que, por supuesto, “ETA preparó atentados de esta naturaleza para asesinar a personas”, pero también para generar daños.

Además, destaca el estudio que, aunque la confección de artefactos explosivos requiere una cierta cualificación, “son relativamente fáciles de organizar sin incurrir en riesgos de detección por parte de las fuerzas policiales”.

Atracos, robos y secuestros

En relación a los atracos, según la Cronología analizada, ETA fue intensificando la explotación de esta fuente de financiación hasta mediados de la década de 1980 –cuando no existían tantas medidas de seguridad para el cobro de las nóminas o en los bancos-, algo que fueron abandonando, no del todo hasta 1990.

Después, unido al aumento de detenciones vinculadas a los atracos, pasaron a los secuestros con fines extorsivos se habían convertido en la principal fuente de financiación de ETA. En total, se han contabilizado 221 acciones de este tipo entre los años (1965 y 1990 y se hicieron con unos 17,2 millones de euros, (medidos a precios de 2010).

ETA secuestró a 118 personas. Esta cifra contempla, además, las acciones fallidas de la organización terrorista además de hacer referencia a los secuestros instrumentales perpetrados (donde se incluye el secuestro de conductores para hacerse con un vehículo, así como la retención de directores de bancos).

Destaca, por tanto, los secuestros extorsivos, con 43 casos. Esto revela queETA recurrió a los secuestros con una mayor amplitud de lo que se creía hasta ahora.

En cuanto a los robosLa Cronología” alude a116 acciones de este tipo, pero consideran que esta cifra esta “subvalorada” porque no incluye la sustracción de vehículos. En una investigación anterior, en el período 1999-2012, contabilizan, reconociendo que puede ser incluso una cifra incompleta, 407 robos de coches, así como otras 20 acciones de saqueo de explosivos, troqueladoras, placas de matrícula, impresoras, material para la confección de documentos y otros enseres. En total, por tanto, 427 acciones.

En cuanto al número de víctimas de ETA, en Vidas Rotas se cuantifica un total de 857, mientras que el de “Heridos y olvidados” lo hace en 856. En dicho estudio se recoge el nombre de numerosas víctimas que unos y otros cuantifican o no y que consideran que “deberían ser revisados para establecer la nómina completa de las víctimas mortales de ETA”, aunque “ciertamente para algunos de ellos pudiera resultar dudosa su adscripción a la nómina negra del terrorismo” etarra, apuntan.

Donde más bailan las cifras en la cuantificación de los heridos. No existe el nombre de todos ellos y a veces se les cita solo de manera numérica. Solo hay comparativa con la recopilación hecha por el libro “Heridos y Olvidados” que solo da algunos nombres notorios. Esa es la comparativa que han tomado para elaborar el documento donde “se comprueba que la fuente que estamos explotando en este documento ofrece, en general, una cuantificación notoriamente inferior a la elaborada por el Ministerio del Interior. Para el conjunto del periodo, la primera alude a 1.524 heridos -“Cronología”, en tanto que la segunda lo hace a 2.593; es decir a 1.069 casos más”. Entre los años 1973 y 1976 -con una diferencia de 82 casos-, 1979 y 1982 -52 casos- y los años 1984 -4 casos- y 2005 -64 casos-.

Por tanto, durante los años que se acaban de mencionar la fuente en la que se basan alude a 202 heridos más que la basada en los datos del Ministerio del Interior. Para ello han tomado la muestra del atentado de 1973 donde constatan que bailan las cifras en los medios y que Interior no dio como heridos a los leves de manera que los datos de que disponen para el estudio “son insuficientes para conocer las dimensiones reales de este asunto”.

Detenciones

“Cronología” ofrece una información novedosa y valiosa que en cuanto al número de detenciones de militantes y colaboradores de ETA y apuntan que, a través de ella, puede establecerse una aproximación cuantitativa al número de individuos que estuvieron implicados en la campaña terrorista de ETA.

La Cronología cuantifica en 6.417 las detenciones de miembros y colaboradores de ETA entre 1960 y 2017. De ellas un 82,3 por ciento (5.280 tuvieron lugar en España) y el 17,3 restante(1.137), en otros países muy destacadamente Francia, aunque el cómputo de ellos se extiende tanto por el continente europeo como por las dos Américas. Destacan que, esta cifra es “inferior” a la reflejada por un informe del Gobierno Vasco en el que se mencionan unas 10.000 personas detenidas que «fueron imputadas por su relación con ETA», atribuyéndose esta información al Ministerio del Interior.

Sin embargo, esta cifra del Gobierno vasco sería, en realidad “exagerada”. También subraya el estudio que entre sus militantes y sus colaboradores, al menos ETA logró movilizar a unas 7.000 personas en el curso de su trayectoria terrorista. Dado que, seguramente, no todos los etarras fueron detenidos, aplicando un margen de error del 10 por ciento, indica que “podríamos estar ante una cifra cercana a los 7.800 individuos” vinculados con ETA al evaluar el total de sus efectivos entre 1960 y 2017.