Andrés Pascual: «El lector es inteligente, no se le puede dar gato por liebre»
Publica «A merced de un dios salvaje», un intenso drama rural en forma de «thriller» en el que habla del síndrome de Dravet
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Publica «A merced de un dios salvaje», un intenso drama rural en forma de «thriller» en el que habla del síndrome de Dravet
El corazón de La Rioja es el escenario elegido por Andrés Pascual para su última novela. «A merced de un dios salvaje» (Espasa) es un intenso drama rural escrito como un vertiginoso «thriller» psicológico dispuesto a enganchar al lector desde la primera página y, de paso, visibilizar el síndrome de Dravet, una enfermedad rara que padece Raúl, el hijo de Hugo, un fotógrafo de prensa viudo que llega al pueblo vitivinícola de San Vicente de la Sonsierra para reclamar la herencia de su hijo. Veinte años atrás, el tío del niño, estremecedoramente idéntico a él, había desaparecido sin dejar rastro durante una tormenta.
–Esta vez se ha quedado en casa
–Hace tiempo que quería escribir una novela situada en mi tierra. Esto era una carga de responsabilidad añadida, pero La Rioja tiene magia y fantasía suficientes como para llenar mil novelas.
–¿Un homenaje a ella y a la cultura del vino?
–Por mi despacho de abogado pasaron muchas personas que me trasmitieron sus problemas y conflictos y esto me ayudó mucho para dotar a los personajes de profundidad y voz narrativa. La trama es ficción, pero los escenarios y ciertos acontecimientos son reales, el museo del vino de Briones, los «picaos»...y el ambiente bodeguero del agricultor artesano. Nos gusta decir que en La Rioja no producimos vinos, los elaboramos.
–Ser universal desde lo local.
–Francesc Miralles me dijo, el día que escribas una novela sobre La Rioja será la más traducida. Lo local, lo esencial, es lo más universal. En cualquier parte del mundo, las personas tenemos los mismos sueños, anhelos, miedos, padecemos las mismas tragedias y las mismas dificultades del día a día.
–Un drama rural que se desarrolla en la España profunda.
–Envidias, recelos, cuentas pendientes... y, sobre todo, secretos enterrados que se silencian en estos microuniversos de los que no se quiere hablar o ante los que no somos capaces de luchar. ¿Qué ocurre? Que cuando salen a la luz, se llevan por delante todo lo que encuentran, no sólo a los afectados sino a toda la comarca. Todos tenemos dentro un infierno y un cielo y depende de cada uno dónde vivir, independientemente de las circunstancias que nos toca atravesar.
–Un dios salvaje
–Efectivamente, las dificultades diarias que a veces parecen un drama predestinado, los pecados heredados, el peso de las tradiciones, enfermedades, problemas familiares, laborales...frente a las que tenemos dos opciones, hincar la rodilla y desesperarnos o sacar la épica del héroe cotidiano rebelándonos contra nuestro destino. Lo importantes es asumir estos dioses salvajes con naturalidad, aceptándolos y enfrentándonos a ellos. No podemos rechazarlos ni despreciarlos porque siempre los vamos a llevar en la mochila y cada vez pesarán más.
–Lo que hacen estos padres frente al síndrome de Dravet.
–Así es, una dolencia terrible que se manifiesta en crisis epilépticas constantes desde el primer año de vida, algo inhumano que ataca cada noche. La primera reacción es, yo no puedo vivir con esto. ¿Me escondo bajo un edredón de frustración e impotencia o saco lo mejor de mí mismo para conseguir que mi hijo brille y pueda sacar el potencial que lleva dentro?
–Una tarea heroica
–Efectivamente, son los verdaderos héroes cotidianos de nuestra vida que tienen que desplegar esa épica cada minuto de sus vidas.
–Y aquí la hace visible
–Se merecen un gran homenaje y espero, desde la humildad, contribuir a que se conozca más, es lo que necesitan las enfermedades raras, visibilidad para sensibilizarnos, para empatizar con ellos, para que nos conmovamos y conseguir más medios para la investigación.
–Contactó con una familia con un hijo así.
–Tomé muchos datos de ellos, de la enfermedad y de las anécdotas del día a día, que han enriquecido enormemente al libro, incluso tomé su nombre. El Raúl de la ficción es maravilloso porque existe uno real así. Sus padres me abrieron las puertas para mostrarme la vida y el amor en el reino de la tormenta, que es como llaman a la enfermedad.
–¿Es su libro más maduro?
–Ojalá los lectores lo consideren así, he puesto todo de mí como escritor y como persona. Creo que es mi novela más completa porque no hay nada superfluo. El lector es inteligente y no se le puede dar gato por liebre. Para que una novela te atrape y atraviese el corazón debe de partir del tuyo propio.
–Escrito con ritmo casi cinematográfico
–Mi propuesta es mezclar la profundidad y el dramatismo del thriller psicológico con un escenario idílico, intentando un ritmo trepidante, casi cinematográfico. El precepto de oro narrativo es cerrar una página deseando saber qué pasa en la siguiente.
–¿Cree que saldría una buena película de él?.
–Espero. Ya hay un grupo importante de televisión y cine francés leyéndola con esa intención, con lo cual, animo a los españoles a que hagan lo mismo.
El lector
«Soy lector de prensa, sobre todo digital últimamente, y un fiel de LA RAZÓN desde hace años. Primero voy a la sección de Cultura y después a noticias del mundo, porque, al final, nuestra patria es el planeta entero», declara.