
Sección patrocinada por 

Exposición
Alicia, de icono victoriano a heroína feminista
CaixaForum Madrid ofrece en un viaje hacia los orígenes, adaptaciones y reinvenciones de la obra de Lewis Carroll

A la mesa de la Liebre y el Sombrerero se han sentado todos. Cualquiera de ustedes puede ser Alicia. ¿O es que nunca ha corrido tras el tiempo, se ha topado con los caprichos del poderoso o ha ignorado a la lógica? A la hora del té han asistido todos quienes hayan encontrado el sentido a la tontería, la belleza en lo arbitrario. Todos tenemos una parte de Alicia en nuestras vidas, quizá porque quien creó este ahora multidisciplinar universo fue en su origen polifacético: un matemático, fotógrafo y escritor. Charles Dogson, bajo el pseudónimo Lewis Carroll, publicó en 1865 «Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas» y en 1871 «A través del espejo y lo que Alicia encontró allí». Dos títulos que han impregnado de imaginación y aprendizajes cada rincón de cada ámbito que nos rodea, y que aún hoy figuran en un lugar primordial de nuestro imaginario. Por ello que no carece de belleza y curiosidad la exposición que ofrece el CaixaForum Madrid hasta el 3 de agosto: «Los mundos de Alicia. Soñar el país de las maravillas» acerca al público el potente alcance que estos libros protagonizados por esta rebelde heroína han tenido a lo largo de los años.
En colaboración con el Victoria and Albert Museum de Londres –ha sido comisariada por su conservadora senior Kate Bailey–, esta muestra ofrece 283 objetos y obras de arte que evidencian hasta qué punto todos formamos parte de Alicia. A través de una puesta en escena inmersiva a cargo del escenógrafo y dramaturgo Ignasi Cristià, la exposición arranca por el principio: ¿cómo nació Alicia? Aquella joven de rasgos prerrafaelitas nació en un entorno victoriano cuyos ideales de progreso y perspectivas morales se encargaron de moldearla. Todo comenzó con unas historias que Carroll narró a Alice Liddell y a sus hermanas, y para las cuales se inspiró en su propia vida. Unas creaciones que emergían en una sociedad cambiante y una época marcada por la industrialización y que, combinadas con las ilustraciones de John Tenniel, sentaron las bases de un eterno icono. Un símbolo de la rebeldía y la inocencia del descaro, que se perfiló hasta consolidarse de la mano de Hollywood.

Estado mental
La exposición refleja los diversos proyectos cinematográficos que se inspiraron en Alicia. Desde la primera adaptación al cine que dirigieron Cecil Hepworth y Percy Stow en 1903, hasta «Alice au pays de merveilles» (1949), dirigida por un Lou Bonin perseguido por la llamada «caza de brujas» que asoló Hollywood en los cuarenta. Y, cómo no, Disney. La llegada del gigante en 1951 confeccionó su imagen más famosa: de cabello rubio y largo, obtuvo un impacto cuyo eco supo abrazar Tim Burton en 2010. El cineasta potenció el surrealismo de Dalí –a quien también le inspiró el universo de Carroll– ofreciendo una Alicia empoderada. Acababa con el enigma de su identidad, de tal manera que hoy, recoge la muestra, concebimos a Alicia como un estado mental, un agente de cambio hacia el feminismo, una mujer que sobrepone la fuerza de la verdad ante las garras del poder.

El arte que envuelve a Alicia no sólo se impregnó de las creaciones victorianas. Sino que tuvo gran influencia en el surrealismo. En el siglo pasado fueron muchos los artistas que se sintieron atraídos por el anárquico sindiós del País de las Maravillas, y la exposición recoge en este sentido interesantes trabajos de Dalí, Max Ernst o Leonora Carrington. Así como personajes como la oruga que fuma en pipa o el gato parlante atrajeron otros movimientos como fue el de la música psicodélica: por ejemplo, Jefferson Airplane interpretó en Woodstock «White Rabbit», para la que se inspiró en este mundo. Alicia sigue estando por todas partes. Si no lo cree, mire a través del espejo.
✕
Accede a tu cuenta para comentar