La muestra de Joana Vasconcelos cierra como la más visitada de la historia lusa
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La exposición de la artista portuguesa Joana Vasconcelos cierra hoy en Lisboa convertida en la muestra de arte más visitada de la historia de Portugal, un récord que se une al batido en Versalles y con los que ella dice no conformarse.
"Tengo muchos desafíos y el mayor es siempre el siguiente", dijo hoy a Efe Vasconcelos, una de las artistas portuguesas más reconocidas a nivel internacional.
Según los últimos datos ofrecidos por la organización, más de 178.000 personas han acudido desde marzo al Palacio Nacional de Ajuda a ver las cerca de cuarenta piezas de arte contemporáneo.
Las largas colas obligaron este fin de semana a ampliar el horario hasta la medianoche y la propia artista busca una explicación al porqué del éxito.
"Creo que se debe a una mezcla del interés por estar en el Palacio de Ajuda, a la curiosidad de los portugueses por el arte contemporáneo y al eco de la exposición en Versalles", señaló.
La muestra de Francia se instaló en los lujosos jardines y salas del Palacio de Versalles, y se convirtió en la más vista en el espacio en los últimos 50 años.
Con estos logros, Vasconcelos (París, 1971) se muestra satisfecha por cumplir su objetivo de llevar las piezas "lo más lejos posible".
En la exposición que cierra hoy en Lisboa, las obras se integran en los aposentos donde vivieron los monarcas lusos hasta 1910 e incluyen algunas de las piezas más famosas de la artista.
Entre ellas, se encuentran "Marilyn", unos zapatos de tacón realizados con cacerolas de acero inoxidable y de tamaño gigante, o "A Noiva", una escultura elaborada con tampones.
Esta última pieza es la que Vasconcelos sitúa como la favorita entre toda su producción por lo controvertida que fue desde el momento en que se presentó en la Bienal de Venecia de 2005.
A la edición de este año de la misma muestra internacional, la escultora ha acudido como representante única de su país a bordo de un barco reconvertido, que realizaba la ruta entre los márgenes del Tajo.
Para la artista, este proyecto, cuya elaboración requirió de un año de dedicación, es único, bastante particular y de gran dificultad.
Su participación ha sido muy diferente de la primera vez a la que acudió a la Bienal dentro del grupo de los artistas portugueses, ya que entonces "no era consciente de la importancia ni estaba suficientemente preparada", aseguró.
Aunque en esta ocasión participara como única protagonista, la experiencia fue "menos solitaria", pero "dura"a la hora de encontrar los apoyos económicos, explicó la artista.